Mendigos En España - Кресс Нэнси (Ненси) 10 стр.


Esta idea la paralizó por un momento. Pero siguió mirando a Camden, que le devolvía la mirada sin inmutarse, un hombre que aún en su lecho de muerte estaba seguro de tener razón.

Alice la tomó del codo, hablándole tan suavemente que nadie más pudo oírla.

– Ya pasó, Leisha. En un rato te sentirás bien.

Alice había dejado a su hijo en California, con el que era su esposo desde hacía dos años, Beck Watrous, un contratista de obras que había conocido cuando era camarera de un centro turístico de las Islas Artificiales.

Beck había adoptado a Jordan, el hijo de Alice.

– Antes de Beck pasé una mala temporada -dijo Alice con su voz distante-. ¿Sabes que cuando estaba embarazada solía soñar que Jordan sería insomne, como tú? Y me despertaba con mareos matinales por un bebé que sólo sería un estúpido como yo. Estuve con Ed (en Pennsylvania, ¿recuerdas?, viniste a verme allí una vez) dos años más. Me alegraba cuando me pegaba. Deseaba que Papá pudiera verlo. Al menos Ed me tocaba.

Leisha hizo un ruido con la garganta.

– Finalmente me fui porque tenía miedo por Jordan. Me fui a California, y no hice más que comer durante un año. Llegué a pesar más de ochenta kilos.

– Leisha calculó que mediría alrededor de un metro sesenta-.

Luego vine a casa a ver a Mamá.

– No me lo dijiste -intervino Leisha-. Sabías que estaba viva y no me lo contaste.

– Pasa la mitad del tiempo en un secadero -dijo Alice con brutal simplicidad-. No te hubiera visto aunque lo intentaras. Pero me vio a mí, y se babeaba llamándome su "verdadera” hija, y me vomitó encima. Yo me alejé de ella y miré mi vestido, y me di cuenta de que

Leisha se volvió hacia ella.

Estaba intrigada por la complejidad de su expresión. Reflejaba determinación, satisfacción, enojo y algo más que Leisha no ubicaba.

– Lo publicaremos la semana próxima -dijo Susan-, en la

– Nunca estuve enferma -dijo Leisha.

– Sí. Tuviste varicela y tres resfríos leves a los cuatro años -precisó Susan-. Pero en general erais todos un grupo muy sano. De modo que a los investigadores nos quedó la teoría alternativa para el refuerzo inmunológico durante el sueño: que el aumento de la actividad inmune existe como contrapartida de una mayor vulnerabilidad del cuerpo a las enfermedades durante el sueño, probablemente conectada a las fluctuaciones de la temperatura corporal durante el sueño REM. En otras palabras, que el sueño

– Todos son temor, de uno u otro tipo -dijo finalmente Carolyn Rizzolo, y la Red dejó de clasificar.

Leisha estaba dando los exámenes finales de su último año en la escuela de leyes. Los comentarios la acompañaban cada día en el campus, por los corredores, en clase; cada día los olvidaba en el trajín de los exámenes, donde todos los estudiantes quedaban reducidos al mismo status de suplicantes ante la gran universidad. Luego, temporalmente exhausta, caminaba silenciosamente a casa hacia Richard y la Red del Grupo, consciente de las miradas de la gente en la calle, consciente de su guardaespaldas, Bruce, entre ella y los demás.

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