DEL LADRILLO
Durante un viaje, recibí un fax de mi secretaria.
"Esta faltando un ladrillo de vidrio para la reforma de la cocina" – decía ella. "Le envío el proyecto original, es un proyecto que el albañil usará para recompensar la falta".
Por un lado, había deseado que mi mujer lo hiciera: filas armoniosas de ladrillos de vidrio, con una abertura para la ventilación. Del otro lado, el proyecto que resolvía la falta de un ladrillo.: un verdadero rompecabezas, donde los cuadrados de vidrio se mezclaban sin cualquier estética.
"Compren el ladrillo que falta", escribió mi mujer. Así se hizo. Y el diseño original fue mantenido.
Aquella tarde, me quede pensando mucho tiempo en lo ocurrido, cuantas veces, por la falta de un simple ladrillo, desfiguramos totalmente el proyecto original de nuestras vidas.
DEL DESIERTO
Un hombre deja la vida mundana y se transforma en un ermitaño. Lejos del centro de decisiones políticas de la época pasa años de su vida intentando preparar el camino para el Mesías. Se define como "una voz que clama en el desierto".
En un primer momento, podemos pensar que tal hombre – Juan Bautista – no tenía ninguna influencia en su época. Pero la historia nos muestra lo contrario: su presencia fue fundamental en la vida de Jesús.
¿Cuantas veces nos sentimos como voces que claman el desierto? Nuestras palabras parecen perderse en el viento, nuestros gestos aparentemente no despiertan ninguna reacción.
Juan persistió, nos cabe a nosotros hacer lo mismo. Las voces que claman en el desierto son las que escriben la historia de su tiempo.