DEL MAR
Careimi Assmann cuenta: Diego no conocía el mar. Santiago Kovadloff lo llevó para descubrir el océano.
Durante días, viajaron hacia el sur. Cierta tarde, Santiago le dijo a Diego: "Atrás de aquellas dunas está el mar". El corazón del muchacho latía de emoción. Subió corriendo las arenas, sin esperar por nadie, y de repente, estaba delante del océano.
Fue tanta la inmensidad, fue tanto el fulgor, que el pequeño quedó mudo. Cuando consiguió recuperar la voz, tartamudeó: "¡Es muy grande! ¡Ayúdame a mirar!"
El maestro comenta al respecto: "así como nadie puede ayudarnos a mirar el océano, no podemos usar los ojos de nadie para entender y divisar lo que acontece con nosotros".
DE BORGES
El escritor argentino Jorge Luis Borges, ya con 80 años, estaba en México. Después de varios días de charlas, conferencias y homenajes, Borges consiguió tener una tarde libre. Pidió visitar las pirámides aztecas de Yucatán.
Le explicaron que se trataba de un viaje muy cansador, donde era preciso andar en taxi, avión, jeep. Borges insistió, y consiguió que lo llevasen hasta Uxmal.
Llegó al final del día, después de varios cambios de medio de transporte. Se sentó delante de una pirámide de siglo X, y se quedó una hora sin decir nada. Al final, se levantó y agradeció a sus acompañantes: "¡gracias por esta tarde inolvidable!".
Como sabemos, Borges era ciego. Pero esto no le impidió percibir todo con su alma.