Sin duda, dijo Bael, quieres sacar tu comunicador e informar a Java-10 la buena noticia de que todos estamos vivos y bien, y reunidos todos en un mismo lugar.
De hecho, eso era exactamente lo que Ryan quería hacer. A pesar de la expresión amistosa en las caras de los hombres, sentía una aguda incomodidad de estar rodeado por dieciséis desertores. Ahora mismo, quería más que nada, sostener esa fría caja metálica en sus manos, que le diera la cálida seguridad de que había alguien allá arriba que se interesaba por su bienestar. Pero esta conversación parecía estarse convirtiendo en un duelo entre Bael y él mismo y se rehusaba a darle a su adversario la satisfacción de estar en lo correcto. Entonces dijo en su lugar, Puedo informar más tarde.
¡Buen chico!. Sonrió Bael. Ya estás aprendiendo. En un par de días, serás tan libre como cualquiera de nosotros.
Ryan tenía el incómodo sentimiento de haber caído en la trampa del otro. Pero no tengo un par de días, respondió rencoroso. Si no me voy de aquí para mañana a medio día, seré considerado perdido, al igual que ustedes. Y si lo soy, Java-10 bombardeará esta ciudad hasta partículas subatómicas.
Los otros hombres dejaron de sonreír. Todos menos Bael, cuyo buen humor parecía inquebrantable. No creo, dijo tranquilamente, que la ciudad vaya a permitir que eso suceda.
Era el turno de Ryan de quedarse en silencio por un momento. Hablas como que si fuera un ser vivo.
No tengo ni la mínima idea si lo es o no. Pero después de que has estado aquí por algún tiempo, comienzas a preguntártelo. Ciertamente sabe lo que está en nuestras mentes. Actúa sobre nuestros pensamientos y moldea nuestros sueños. Nos ama, Jeff y no dejará que nada nos lastime.
Un escalofrío recorrió la espalda de Ryan. Bael lo decía en serio, como sólo un demente podría hacerlo. Tragó grueso y dijo, Sin embargo, a mí no me gustaría estar aquí para probar su amor cuando empiecen a caer las bombas.
Eres libre de irte cuando quieras, señaló Bael. Nadie te detendrá.
Ryan se dio cuenta con sorpresa que Bael tenía razón. Él estaba seguro de que encontraría una fuerza diabólica acechando en algún lugar de la ciudad, que trataría de retenerlo allí en contra de su voluntad. En cambio, todo lo que había encontrado hasta ahora era una maravillosa tecnología y dieciséis lunáticos amigables. Él no había sucumbido aún a la demencia de los otros y no sentía ninguna compulsión extraña de evitar esta partida. Era libre de irse en cualquier momento.
Por supuesto, dijo Tashiro Surakami, uno de los otros exploradores a quien Ryan conocía vagamente, Java-10, podría no estar del todo contenta contigo si lo hicieras.
Esa era la trampa. Si se iba ahora, no tendría nada significativo que informar. Lo enviaron para descubrir por qué estos hombres no habían regresado a sus naves. Hasta ahora, excepto por algunas generalizaciones hedonistas pronunciadas por Bael, aún no tenía una pista de la razón. Si dejaba la ciudad ahora y regresaba a la nave, podría muy bien nunca regresar.
Aún tengo que hacer mi trabajo, insistió Ryan obstinadamente. No voy a rendirme a la mitad. Tengo que descubrir por qué... Y se detuvo.
¿Por qué enloquecimos?. Terminó Bael por él. Desde nuestro lado de la cancha, es por qué nos sanamos. La respuesta está a tu alrededor, si sólo te detienes a buscarla. Los otros chicos y yo probablemente te estamos distrayendo. Quizá ayudará si te quedas solo un rato. Amigos, dejemos a Jeff aquí por un momento. Recuerda Jeff, si quieres hablar con alguien, sólo grita. Alguien te escuchará.
Bael y los demás comenzaron a alejarse como si nada, hablando y riendo entre ellos. Era como si de repente Ryan hubiera dejado de existir para ellos. En un minuto, todos se habían ido. Regresó una vez más el sofocante silencio, dejando a Ryan sentado en el medio de una ciudad aparentemente desierta.
El explorador buscó rápidamente su comunicador y escupió rápidamente un informe desesperado a la nave de arriba. Esperaba consejo, pero la nave sólo confirmó secamente la recepción del mensaje, le dijo que se mantuviera cauteloso y apagó.
No fue sino hasta que se paró de nuevo que vio a la chica.
***
La miró fijamente por un largo momento, incapaz de decir nada.
La chica no tenía la misma dificultad. Hola, Jeff, le dijo en tono suave. ¿Te acuerdas de mí?.
¿Recordarla? ¿Cómo podía olvidar a Dorothy, la primera chica con la que se había acostado? Dorothy, con sus pequeños pero femeninos senos, su risa de campana, su cálido deseo de complacer...
No existes, afirmó llanamente Ryan. Tú no eres real.
Dorothy ladeo su cabeza de esa forma graciosa en que siempre lo había hecho, siempre que él decía algo que ella no entendía. ¿No lo estoy?.
No estoy de humor para jugar juegos de preguntas y respuestas. Primero Bael, ahora tú. Lo que quiera que seas, no eres Dorothy. Ella está a cientos de pársec de distancia, ella está casada y tiene tres niños. Tú no eres más que un fraude. Vete.
Dorothy sólo miraba fijamente a sus pies y no se movió. Ya no me amas.
Mira, dijo Ryan, admito que eres un engaño inteligente. Es sólo que sé que no eres real. No es tu culpa...lo intentaste.
¿No soy real?. Dorothy miró hacia arriba, sus ojos enrojecido y llorosos, su voz vacilante. ¿Puedes verme y escucharme, o no? Si te acercaras un poco más, podrías oler mi perfume. Si estiraras la mano, me tocarías. Si me mordieras, me saborearías. ¿Qué tanto más real podría ser?. Su ruego rayaba en la histeria.
Ryan dudó. Ella debe ser una alucinación. No había duda de ello. El bien entrenado oficial dentro de él deseaba buscar el comunicador en su bolsillo. Pero el hombre en él dijo que no. Una tercera parte de su mente seguía repitiendo, Eres un tonto. ¿Pero cuál parte era la tonta? No podía amar bien a un producto de su imaginación que de alguna manera se había materializado delante de él. Esta Dorothy era fría, irreal, una sombra producto de la ciudad misterio.
Y de repente ella estaba en sus brazos, se sentía muy real, muy viva. Su rostro se elevó, buscando el de él. Sus pequeños senos se pegaron a él, su cadera se presionaba contra la de él con pequeñas ondulaciones que eran claramente sexuales. Ryan trató de resistirse, trató de decirse a sí mismo que esto no estaba pasando. Él tenía su selección de mentiras, pero la Dorothy en sus brazos era de alguna forma la más convincente. La mano izquierda de ella acarició el cabello del lado derecho de la cabeza de él. La mano derecha de ella tocó ansiosamente los botones de cuello de la túnica de él. Su boca presionada contra la de él, abierta y su pequeña lengua afuera, firme, recorría el borde de los dientes de él.
Ya no había, no podía haber ninguna duda. ¡Al diablo con su lógica ! Esto era real. Esto no era un delirio de su mente, sino el artículo genuino en carne y hueso. Nadó en un mar de sensaciones. Los dos cayeron al suelo, que de alguna manera pareció hacerse gomoso y elástico. Pero su mente no tuvo la oportunidad de permanecer en estos asuntos, porque su cuerpo se rehusaba a permitírselo. La razón se marchitó ante la pasión, como ha hecho siempre por los siglos.
Tan absorto estaba, de hecho, que ni siquiera notó el insistente zumbido de su comunicador.
***
Tan absorto estaba, de hecho, que ni siquiera notó el insistente zumbido de su comunicador.
***
Más tarde, Dorothy volvió a ponerse de pie. Me tengo que ir, dijo ella.
¿Tienes que irte?.-
Ella asintió. Pero regresaré en cualquier momento que me necesites. Sólo llámame. Yo sabré. Y se fue.
Ryan estaba ahí acostado boca arriba, mirando fijamente hacia el cielo. Era mucho más tenue de lo que había sido antes y no lastimaba tanto sus ojos. Debía ser finales de la tarde. En pocos minutos, se levantaría y continuaría su inspección, pero en este momento estaba demasiado saciado para moverse. Incluso parpadear parecía un esfuerzo gigantesco...
¿Divirtiéndote?, le preguntó una vos familiar.
Ryan giró su cabeza bruscamente para ver a Bael parado a unos pocos metros, sonriéndole. Un arrebato de culpa, vergüenza y de indignante rabia lo puso de pie. ¿Qué haces, me estás espiando?.
No, dijo Bael, y se amplió su sonrisa. Sólo pasaba por aquí y pensé en visitar. Además, yo podría hacerte la misma pregunta, excepto que conozco la respuesta.
Ryan no estaba seguro qué lo enfurecía más si la fluidez de Bael o su propia incapacidad de lidiar con este desertor. Antes de que pudiera pensar en algo, Bael continuó, Supongo que fue sexo.
La expresión de Ryan lo traicionó. Me imaginé que lo sería, asintió sabiamente Bael. Eso parece ser lo que la mayoría de nosotros, solitarios exploradores tipo héroe, necesitamos más. Es la única cosa que la computadora de la nave no puede darnos. La ciudad sabe, Jeff. No importa que tan fuertemente trates de esconder algo en tu mente, la ciudad sabe.
Tú sí crees que está viva. No era una pregunta.
No lo sé. Eso depende de a qué llamas vivo. Si tú quieres decir viva y respirando, lo dudo. Si quieres decir consciente e informada de lo que ocurre, sí , definitivamente.
Pero como
¿Debes seguir haciendo esas preguntas infernales?. Sólo por un momento la máscara de Bael se rompió y le ofreció a Ryan un muy breve vistazo a la inseguridad bajo la superficie. Luego regresó la suavidad y Bael era el mismo casual y despreocupado de antes. Sólo acepta esto por lo que es, Jeff. Esta ciudad puede cumplir tus sueños. Quiere ayudarte. No sé cómo lo hace; no me importa. Sus constructores la hicieron de esta forma, esos es suficiente para mí.
¿Y dónde están ellos ahora? Los constructores. ¿Qué les pasó?.
Trataba de ver si podía quebrar la compostura de Bael de nuevo, pero esta vez falló. No lo sé. Probablemente se fueron a hacer cosas mayores y mejores. En cierta forma es una pena, porque realmente me gustaría agradecerles.
¿Agradecerles por qué?. Preguntó Ryan cínicamente. ¿Por convertirte en un vegetal? Sólo estás por ahí y dejas que la ciudad haga todo por ti, ¿no es así? Te olvidaste de ser un hombre y comenzaste a convertirte en un vividor
¿Eres tú más hombre, Jeff?. Replicó Bael, y cualquiera fuese la presión bajo la que estaba, se acercaba más a la superficie. ¿Quién es el marioneta aquí? ¿Quién brinca cada vez que Java-10 mueve los hilos? ¿Quién no puede aguantar estar lejos de su unidad de comunicador por más de un par de segundos? ¿Cuál de nosotros está en esta ciudad porque está bajo órdenes y cuál de nosotros va adonde quiere?.
Solías ser un buen oficial, Bael, dijo Ryan en voz baja. Por un momento, al menos, sus papeles se invirtieron Bael estaba en el borde y Ryan era quien desconcertaba.
Seguro, solía serlo, logró decir Bael. Seguía órdenes y arriesgaba mi vida por la vieja querida Tierra, Y qué me daba ella? Un puñado de medallas, un pequeño bono en mi sobre de pago en Navidad, un fondo de pensiones que se iba acumulando rápidamente. Todo careció de sentido después de un tiempo, Jeff. Pero no aquí. La ciudad me quiere, me necesita. Fue construida para servir a las personas, para darles lo que necesitan. Sólo quiere ayudar. ¿Es eso tan terrible?.
Sí lo es si logra hacer lo que te hizo a ti.
Bael luchaba por recuperar su autocontrol. No luches contra ello, Jeff. Es sólo una advertencia amistosa. La ciudad puede protegerse de ti, fácilmente. Puede concederte tus sueños, claro; pero las pesadillas también son sueños. No creas que puedes luchar contra todas tus pesadillas de una vez. Bael se dio la vuelta y se marchó.
Ryan se puso de pie y lo miró marcharse. Incluso después de que el desertor había desaparecido tras unos edificios, Ryan permanecía de pie, inmóvil. ¡Estaba Bael sólo amenazando o podía la ciudad dragar también las pesadillas así como los sueños? Se inclinaba a creer esto último. De nuevo, pensó en lo real que había sido Dorothy y se estremeció. No había tenido pesadillas en un largo tiempo, pero aun así...aun así.
Sacó el comunicador de su bolsillo e hizo otra llamada a Java-10. ¿Por qué no contestaste la última llamada?, fue la respuesta inmediata de la nave.
Vagamente, Ryan recordó el zumbido que había emitido la unidad durante su interludio con Dorothy. Lo...lo siento, tartamudeo. Luego, como un niño con sentimiento de culpa enfrentando a un padre que sabe, se encontró a sí mismo dando detalles sobre todo lo que había ocurrido desde la última vez que habló con la nave.
Java-10 escuchó desapasionadamente todas sus revelaciones. Fuiste negligente en tus labores durante ese devaneo, lo amonestó cuando él había terminado.
Lo sé. No dejare que vuelva a pasar.
Muy bien. Pero eso no excusa el que haya pasado la primera vez. Luego la máquina cambió completamente a otro asunto. Comienza a aparecer una imagen coherente de los trabajos de esta ciudad. Pareciera haber algún poder o poderes automáticos que operan detrás de la escena y son conscientes de lo que ocurre. Es razonable asumir que este poder controlador posee algún tipo de habilidades telepáticas, que le permite descubrir tus deseos y proyectar ilusiones a tu mente.
Debe haber algo más, algo adicional. Ese sillón en el que me senté era real. Soportaba mi peso. La chica también fue real. Esas definitivamente no fueron ilusiones.
La Java-10 dudó. Entonces, También podría ser apropiado postular un sistema de transformación de materia-energía, de tal forma que el poder que opera la ciudad puede ser capaz de crear materia en la forma que lo desee. Todas estas conclusiones tentativas presuponen una increíble cantidad de sofisticación técnica de parte de los constructores de la ciudad. Parece imperativo ahora que descubramos los secretos de la ciudad.
Debe haber un área central de control, algún lugar en el que residen las funciones cerebrales superiores de la ciudad. Debes buscar esta área e incapacitarla sin destruirla, de tal manera que pueda ser estudiada de forma segura.
¿Pero cómo puedo hacer eso?. Protestó Ryan.
La información es insuficiente en este momento para contestar a tal pregunta, respondió Java-10. Primero debes aprender más sobre este sistema.
Puede ser peligroso. Ryan repitió la amenaza de Bael sobre las pesadillas. ¿No podrías mandar unos hombres más para acá abajo a ayudarme?.
La respuesta fue inmediata y cruel en su brusquedad. No. Si un hombre no puede hacer esto, entonces las probabilidades están en contra de que un grupo sea capaz de hacerlo. Si la ciudad te vence, vencerá a cualquier otro que pudiéramos mandar. No podemos arriesgar más vidas. Si fallas, la ciudad debe ser destruida, sin importar su valor. Y, sin tan si quiera desearle buena suerte, Java-10 apagó.