Asalto A Los Dioses - Stephen Goldin 4 стр.


No los subestime. Ya he perdido a uno de mis tripulantes, no puedo permitirme perder otro. Y con eso terminó de hablar. Dunnis, comprendiendo que ella no tenía intenciones de hablar más, se sentó taciturno a su lado e intentó acompañarle a través de la lluvia y la oscuridad mientras su daryek caminaba lenta y pesadamente.

***

Fue cuestión de suerte el hecho que Dev había encendido algunas luces externas al dejar la nave, de lo contrario, podrían haber ido más allá de su destino, más allá de los bosques, en la penumbra. La Foxfire era pequeña para ser una nave de cargasiendo una bala de apenas treinta metros de altura y doce de diámetro en su baseaunque aquí en Dascham se veía gigantesca. Aunque es grande en comparación con las construcciones a pequeña escala de este mundo, podría ser completamente engullida por la total oscuridad de la noche daschamesa.

Dev ató al cansado daryek a una aleta estabilizadora de la nave, para eliminar la posibilidad de que la patética criatura intentase escapar durante el resto de la noche. Luego, tomando el empapado uniforme espacial que era todo lo que quedaba de Zhurat, siguió a Dunnis subiendo la escalera y entró en la compuerta de aire. Una vez adentro, continuó subiendo todo el camino hacia la nariz de la nave, moviéndose silenciosamente para que el ingeniero la siga. Pasaron el área de alojamiento y en su lugar, fueron a la sala de control, donde Dev caminó decididamente hacia la consola del capitán y activó un par de interruptores. Suspiró levemente y cerró sus ojos. Creo que estaremos bien ahora.

Dunnis la había observado con creciente curiosidad. Por sus acciones, ella había encendido las pantallas deflectoras alrededor de la nave. ¿Le preocupaba que los meteoritos pudieran golpearnos aquí? preguntó.

No, sino que el campo de las pantallas debe ser suficiente para atajar cualquier transmisión de baja intensidad proveniente desde el exterior de la nave. Ahora podremos hablar libremente.

¿Sobre qué?

Sobre los dioses. No se equivocó al pensar que yo no creía en ningún ser sobrenatural. Pero lo más importante es que alguieno algún grupo de alguienesha armado un teatro aquí, y son bastante poderosos.

Pero ¿qué relación tiene con las pantallas...?

Comencemos por el principio, dijo Dev. Asuma que esos dioses son mortales como nosotros y que son tecnológicamente más avanzados que los demás nativos. Para una raza tan primitiva como la daschamesa, las maravillas de la ciencia serían vistas como magia, y pudieran ser vendidas por cualquiera que desee esforzarse para hacerlas. Por ejemplo, los dioses dicen ser capaces de escuchar todo lo que sucede en todo el mundo. Usted es un ingeniero, ¿cómo manejaría eso?

Micrófonos y transmisores, dijo lentamente el hombre grande. Existen dispositivos en forma de insecto, tan pequeños que los nativos nunca se darían cuenta de su función.

Exacto.

Pero hacer eso a lo largo y ancho del planeta

Olvide eso por ahora. Asuma que hay una cuenta ilimitada para los gastos y hable de posibilidades tecnológicas.

Dunnis hizo una mueca. Sí, es posiblepero coordinar todas las conversaciones espontáneas debe ser muy difícil.

Sabemos que pueden escuchar lo que se dice porque obviamente escucharon a Zhurat, continuó Dev, ignorando el comentario de Dunnis. Por lo tanto debemos asumir la posibilidad de que nuestras conversaciones estén siendo monitoreadas. ¿Por qué cree que yo era tan cuidadosa con lo que decía de regreso aquí? Aún no nos encontrábamos fuera de peligro y usted aún quería continuar metiéndonos en él. Hasta que podamos hablar con seguridad, no quería decir cualquier cosa que me haga candidata para su práctica de puntería etérea.

Dunnis miró al panel de control, donde la luz azul de las pantallas deflectoras brillaba frescamente. ¿Y cree usted que tienen algunos de sus bichos aquí? ¿Cómo?

No puedo ser certera, pero hemos llevado una gran cantidad de carga la semana pasada. Algunos de los diablillos pudieron haberse colado por allí y haberse esparcido por la nave, por ahora. Pero si fuesen tan pequeños, no podrían transmitir con mucha intensidad, y las pantallas deflectoras deberían hacer suficiente interferencia para bloquearlos.

¿Qué hay de ese ángel? ¿Cómo lo explica?

Era un robot, dijo Dev, sentándose en su sillón de aceleración y tocando ociosamente el uniforme de Zhurat. Debió haberlo sido, para brillar así. Me han dicho que algunos peces en las profundidades del océano tienen su propia fosforescencia natural, pero es una adaptación a su medio ambiente. Este ángel no la necesitabani tampoco necesitaba sus alas.

Entonces, ¿cómo volaba?

De la misma manera como el Foxfire lo haceimpulso gravitacional. ¿No se dio cuenta de cómo permaneció lo suficientemente alto y distante de cualquier persona, para evitar matarnos a todos con su estela? Cuando aleteaba, sus movimientos no eran lo suficiente rápidos o fuertes para llevar algo tan grande al cielo. Luego planeó durante un largo tiempo sin aletear en lo absoluto. Con el equipo adecuado, posiblemente usted pueda construir uno para usted en un par de días.

El ingeniero negó con su cabeza. Sí, ahora que lo explica todo suena tan simple. Pero aún así no puedo pasar sobre el alcance de la operación.

Cuando se desea controlar un planeta, se debe pensar en grande, Dev señaló.

Eso supongo, admitió Dunnis. Bien, ¿qué vamos a hacer al respecto?

Nuestra primera instrucción para los negocios será limpiar nuestra naveasumiendo que esté llena de bichos, en primer lugar. Dejar los escudos antimeteoros encendidos durante todo el tiempo es un gran derroche de energía. ¿Hay alguna manera en que pueda usted fabricar un detector para encontrar los transmisores?

¿Ahora, capitana? No he dormido nada desde la noche anterior

Tampoco yo. Como recuerdo, el hecho de que usted y Zhurat se hayan quedado afuera durante más tiempo del que debían, ha sido lo que inició esta cadena de eventos. Me estaba preguntando sanción sería adecuadaposiblemente una pérdida adicional de sueño sería apropiada.

No agregó que, para asegurarse de él no arruinase el trabajo, ella también tendría que perder horas de sueñosin haber hecho nada que le hiciera merecer un castigo. La responsabilidad viene con la autoridad, se recordó a sí misma. Por eso eres una capitana y él es sólo un ingeniero.

Dunnis sacudió su cabeza. Aún si yo no estuviese cansado, sería horriblemente difícil detectarlos. No tengo la más remota idea de cuál es la frecuencia en la cual transmiten, o la intensidad de su señal. Tomaría una eternidad.

Dev pensó acerca de eso. Entonces tendríamos que encontrar una primero y examinarlo. Eso debería darnos suficientes pistas para construir algo. Se puso de pie. La bodega de carga es el lugar más lógico para comenzar nuestra búsqueda. Vamos.

Notoriamente, Dunnis se sentía infeliz por tener que trabajar cuando estaba tan cansado, pero también estaba claro que respetaba la autoridad de Dev. Al menos ella había establecido eso durante las seis semanas que llevaba con la nave a su cargo. Zhurat había sido el único que la despreciabay ahora ella ya no tendría ese problema de nuevo, aunque su pérdida significaba más trabajo para todos, inclusive ella misma, al menos podía darle las gracias a los dioses de Dascham por ese pequeño favor.

Los incómodos camarotes del equipo estaban cerca de la sala de control. Roscil Larramac dormía detrás de una de esas puertas cerradas, y Lian Bakori, el astrogador de la nave, estaría en la otra habitación. El complemento restante del Foxfire consistía en robots, que habían estado bajo la responsabilidad de Zhurat; habían sido apagados durante la noche y estaban almacenados en una habitación especial, justamente delante de la bodega. Una nave de este tamaño realmente debería tener al menos el doble de esta tripulación, pero Roscil Larramac recortó los gastos a modo de poder tener gananciales; Dev había discutido con él para incrementar el número de tripulantes, por lo menos una o dos personas más, pero él se había rehusado. Ahora, en su primera parada planetaria, ya se encontraban cortos de manos.

No disfrutes al señalar a los demás cuando eres ti quien tiene razón, citó a un escritor del siglo veintidós llamado Mellers, a menos que ellos disfruten al señalarte cuando tú estés equivocada. No obstante, le hubiese gustado haber tenido esos compañeros extra.

Inmediatamente atrás de los camarotes se encontraban las áreas comunes, que incluían cocina, capilla, lavandería, muelle de salvavidas, reciclador y sala de recreación. Después, la sala de almacenaje de robots y finalmente la bodega de carga, con los motores hacia el final de la nave. La distribución era estándar para la mayoría de las naves comerciales pequeñas. Aunque Dev sólo había estado a bordo durante dos meses, sentía como si hubiese vivido allí durante la mayor parte de su vida.

Mientras se acercaba a la bodega, Dev creyó haber escuchado un ruido proveniente del otro lado de la puerta. De inmediato miró a Dunnis y el gran hombre hizo un gesto indicando que también lo había escuchado. Silenciosamente, ambos bajaron hacia la escotilla de la bodega. Dev retiró su arma láser de su cinturón, preparándola para disparar, incitando a Dunnis a hacer lo mismo. Cuando ambos estuvieron listos, presionó el botón que hacía que se abriera la escotilla.

La bodega estaba oscura por dentro, la única luz se filtraba a través del corredor donde se encontraban. Nada se movía, nada parecía estar fuera de lugar, pero Dev no se bajó la guardia. Al llegar al próximo botón, encendió las luces adentro de la bodega.

Allítras una fila de cajas cubiertasvio que algo se movió, de eso estaba segura. Se lanzó cuidadosamente a través de un agujero en la pared, aterrizó con las rodillas flexionadas y miró en dirección al ruido. Encima de las cajas, sólo pudo ver un techo de pelaje marrón.

Había un polizón a bordo del Foxfire.

CAPÍTULO 3

La más alta moral hace una reverencia por un simple respeto hacia los demás.

Anthropos, La Bondad del Hombre

Dev se puso de pie, ligeramente agachada, con el arma en su mano y corrió rápidamente hacia su lista de alternativas. Estaría entre sus derechos, como capitana de esta nave, abrir fuego de inmediato contra el intrusopero ese curso de acción sería una estupidez bajo estas circunstancias. Los rayos láser de su arma podrían dañar parte de la mercancía que se encontraba estibada hacia arriba y que la rodeaba por completo; y de todos modos, los nativos no podrían tener armas muy potentes, ya que su tecnología no se extendía mucho más allá de cuchillos y lanzas.

Por su cabeza se cruzó el pensamiento de que este no podría ser un nativo ordinario y su aparición aquí podría tener alguna conexión con los eventos acaecidos más temprano. Posiblemente, era algún espía de los dioses, que vino a observarlos personalmente. Pero hace apenas un momento, ella había afirmado que los dioses eran seres con una elevada experiencia tecnológica; enviar a un nativo para espiarlos no sería algo propio de esos personajes. Por ahora, Dev tachó esa posibilidad, aunque mantuvo su arma preparada. Era su política personal que al negociar con cualquier otro ser pensante, debía usar la coacción física sólo como un último recurso.

Dunnis, llamó al ingeniero en voz baja, quien continuaba en el corredor sobre ella, mirando con preocupación hacia la bodega. Despierte a Larramac y a Bakori. Dígales que tenemos un polizón en la bodega y tráigalos aquí. Puedo requerir de su ayuda.

El gran hombre dudó dejarla sola. ¿Está segura que estará bien? Una mujer sola con un intruso desconocido

Ten paciencia con las buenas intenciones, dijo para sí con firmeza. Con frecuencia, no pueden evitarlo. Vaya. Ahora. Es una orden.

Dunnis obedeció.

Dev volcó toda su atención sobre el nativo. No se había movido de su posición inicial tras un lote de cajas. Ya que la criatura debía saber que Dev había ingresado a la bodega, al parecer no se encontraba segura de haber sido vista y no quería hacer ningún otro movimiento. Además, debía usar el silencio para escuchar cualquier sonido que le indicara movimiento en dirección a ella.

Manteniendo el arma lista para disparar, Dev encendió el casco traductor que aún tenía puesto. Quienquiera que seas, sé que estás aquí, dijo en un tono tranquilo y calmado. Mi nombre es Ardeva Korrell y soy la capitana de esta nave. ¿Cuál es su nombre?

El interlocutor seguí sin moverse. Posiblemente haya pensado que Dev estaba fingiendo, o probablemente tenía mucho miedo. Tuvo que disipar cualquier temor que pudiera tener.

Quiero decir que no tiene malas intenciones, prosiguió. Sólo quiero saber por qué decidió ocultarse a bordo de mi nave. Sé exactamente dónde se encuentra, pero le prometo que no me acercaré hasta que hablemos. Si no me perjudica ni a mi equipo, ni a mi nave, le garantizo que no lo lastimaré.

La alfombra de pelaje que originalmente había visto, se perdió de su vista mientras el nativo se agachó aún más debajo tras las cajas.

Por favor, no intente esconderse; eso no le hará ningún bien. Esta es una nave pequeña, y hay pocos lugares adonde pueda usted ir antes de que lo encontremos. Imagino que este es un lugar extraño y atemorizante para ti, y soy una criatura desconocida y repulsiva, proveniente de las estrellas. A pesar de ello, he negociado justamente con su gente durante los dos días que he estado aquí en su pueblo. Todo lo que le pido es saber por qué has venido.

Su voz hizo un eco a través de la bodega grande, pero el silencio regresó mientras las últimas partes de sus palabras se desvanecían. Miró la cámara buscando un punto táctico, preguntándose exactamente qué hacer en caso de hacerse necesaria la acción. La bodega no estaba aclimatada; las frías paredes de metal al parecer multiplicaban el clima frío y húmedo del exterior y producían un escalofrío que la hizo temblar aún a pesar de que el material de su uniforme espacial mantenía su cuerpo a una temperatura adecuada.

Cajas y cajones de diferentes tamaños estaban apiladas muy cerca entre sí, por la necesidad de acomodar un gran número en un pequeño volumen; los pasillos entre las pilas de contenedores necesariamente eran estrechas y no eran apropiadas para realizar frenéticas cacerías. Ella esperaba que eso no fuera necesario.

El nativo continuaba sin hacer ningún movimiento para mostrarse. Piensa, se dijo a sí misma. Intenta razonar con la psicología de estas personas. Sabes lo suficiente sobre ellos para hacer una suposición educada. Mi paciencia es genial, más no es ilimitada, dijo finalmente. Estoy comenzando a sentirme un poco cansada del monólogo. Si no me respondes pronto, me veré obligada a tomar acciones más drásticas.

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