Luz Nocturna - Amy Blankenship 6 стр.


Trevor no vio realmente lo que sucedió después, ya que fue atacado inmediatamente por otro vampiro. Su cuerpo fue lanzado contra la pared del callejón por la que se deslizó hasta el suelo. Su 9mm voló mientras intentaba no contar las estrellas que veía frente a sus ojos. El otro vampiro se acercaba cuando Trevor sintió algo en su pierna. Mirando hacia abajo, vio la cabeza del vampiro al que acababa de disparar y la agarró.

Tomando la cabeza decapitada por el cabello, Trevor lanzó esa cosa que todavía no terminaba de desintegrarse hacia el chupasangre que se aproximaba. La criatura lo esquivó y le gruñó, lista para atacar. Algo brillante resplandeció en sus ojos y Trevor vio una larga daga que salía de su pecho. Girando la cabeza, Trevor vio a Kat de pie, parecía un desastre.

“¡Cuidado!” Gritó Trevor.

Kat levantó su otra daga y gritó de asombro cuando el vampiro tomó su mano y la arqueó hacia abajo, llevando la daga directamente a la parte interna de su muslo. El dolor solo le dio la fuerza para quitarse al vampiro de encima. Rápidamente tropezó sobre Trevor y logró sacar la daga de su muslo. Sintió el líquido caliente salir rápidamente y recorrer su pierna.

Trevor sabía que había que hacer algo. Ambos estaban heridos ahora. Podía sentir el dolor en las costillas y el hombro y le resultaba difícil respirar. Mirando a Kat, que estaba de pie frente a él, pensó en su siguiente movimiento.

Necesitaba transformarse en algo lo suficientemente grande y fuerte como para luchar contra ellos y sobrevivir. La desventaja era que si cambiaba, revelaría su verdadera naturaleza a Kat. Su raza nunca se había llevado bien con las otras tribus de cambiantes debido a su diversidad. Podían mezclarse con cualquiera de los clanes y desaparecer sin dejar rastro, a veces durante décadas a la vez. Ellos eran las armas perfectas en una guerra.

Debido a esto, cualquier animal que él eligiera sería siempre diez veces más fuerte que ese animal en particular. En su forma humana las mismas reglas se aplicaban, pero no les había ayudado mucho hasta ahora. Sin embargo, si él no cambiaba, sus traseros estaban perdidos.

De pronto Kat dejó caer su arma y se inclinó. Debido a sus lesiones, el cambio fue segundos más lento de lo normal. Su cuerpo se movió hasta que estuvo de cuatro patas. La ropa se cayó de su cuerpo y un bello abrigo de piel manchado negro tomó su lugar.

Uno de los vampiros restantes atacó y Kat se levantó sobre sus patas traseras, bloqueándolo con algún tipo de llave de lucha libre. Sus garras se clavaron en los hombros de la criatura y descubrió ante ella sus largos dientes. Sin pensarlo dos veces, Trevor eligió ese momento para el cambio.

Los dos restantes vampiros siseaban enojados cuando el ser humano que estaban a punto de atrapar se transformó en un oso Kodiak. Trevor lanzó una de sus gigantes garras sobre el que estaba más cerca y de un zarpazo le arrancó la mitad del cuerpo, dejando caer las piernas sin vida. Sabiendo que el vampiro no estaba muerto, Trevor se acercó a él y aplastó su cabeza con sus poderosas mandíbulas.

Se levantó para ir a ayudar a Kat cuando los dos últimos vampiros lo atacaron con toda su fuerza. Trevor retrocedió unos pasos antes de rugir en voz alta y lanzar a uno de ellos, tirándolo por el callejón. Volvió a rugir cuando el último vampiro hundió sus dientes en su omoplato. Oyó el grito de jaguar de Kat, sintió como el muro de ladrillo caía en el costado de su sien y cayó luego del impacto.

*****

Quinn y Warren habían peinado toda la zona en un radio de cinco millas desde el club.

“No hay nada alrededor”, dijo Quinn tratando de dejar de lado su frustración. Algo no estaba bien... podía sentirlo en el aire.

Warren oyó la tensión en la voz de Quinn. “Después de la pelea en el almacén, no estoy tan sorprendido.” Su teléfono zumbó causando que ambos hombres saltaran y se dieran cuenta de lo tensos que estaban. Sacó el celular del bolsillo de sus jeans.

“Hola”, contestó Warren y luego asintió con su cabeza después de un momento. “Está bien, vamos a comprobarlo”. Colgó y guardó el teléfono en el bolsillo. “Era Nick, parece que encontraron un túnel debajo de la iglesia”.

“Deberíamos ir a verlo”, dijo Quinn tratando de ignorar el hecho de que su piel estaba llena de adrenalina y no tenía ni idea de dónde había venido.

El grito característico de un jaguar atravesó la tranquila noche haciendo que ambos hombres se congelaran de repente. Volvieron sus cabezas en dirección al sonido antes de mirarse.

-¡Kat! -exclamaron al unísono.

Warren inmediatamente sacó el teléfono celular de su bolsillo y lo puso en una funda elástica alrededor de su tobillo.

No vacilaron ni un instante y en segundos los dos hombres se habían transformado y corrían por la calle. La gente gritó y corrió para alejarse de los enormes gatos, causando una gran conmoción. Quinn tomó la delantera y corrió hacia el tráfico causando que un auto frenara en seco. El auto detrás de él se estrelló contra el primero golpeándolo por detrás, creando una reacción en cadena.

Warren saltó el capó del primer auto y miró para asegurarse de que la gente estuviera bien antes de continuar siguiendo a Quinn por la carretera.

El conductor del auto estaba temblando por lo que acababa de suceder y tomó su teléfono celular.

*****

Jason estaba mucho más que aburrido. Nada había sucedido realmente en los últimos días y con Tabby y Envy fuera de la ciudad, se estaba volviendo loco.

Cuando sonó el teléfono, casi se muere del susto y contestó rápidamente.

“Estación de guardabosques,” Jason dijo con voz de aburrimiento.

“Sí”, respondió una voz temblorosa. “Me gustaría informar de algo inusual”.

Jason mentalmente suspiró y agarró una pluma y papel. “De acuerdo señor, dígame qué fue lo que vio.

“Lo más tenebroso que he visto en mi vida”, dijo el hombre sin aliento. “Acabo de ver a un puma y un jaguar corriendo sueltos en medio de la ciudad. Frené de golpe cuando el puma salió corriendo delante de mí y un jaguar saltó sobre en el capó de mi auto, me miró y después se fue detrás del puma.

“Probablemente se escaparon de nuevo del zoológico”, dijo Jason, lo cual era una mentira que le decían a la gente para ocultar el hecho de que la ciudad parecía estar en negocios con peligrosos especímenes de la vida silvestre en estos días.

“No”, exclamó el hombre. “El jaguar tenía un teléfono celular atado a su tobillo trasero”.

Jason miró al otro guardabosque que estaba en la oficina con él, Jacob Savage.

“¿Me está diciendo que el jaguar tenía un teléfono celular atado a la pierna?”, preguntó Jason.

Jacob casi se atraganta con su café y bajó su taza, limpiándose la nariz indicando que parte del líquido se había metido por ahí.

“¡Eso es exactamente lo que estoy diciendo!”. El hombre gritó lo suficientemente fuerte como para que Jacob lo oyera.

Jason asintió, “Muy bien, señor, cálmese. Dijo que ya se fueron, así que usted está a salvo. Gracias por llamar, vamos a investigar qué fue lo que pasó”.

Jason colgó el teléfono apresuradamente y lo miró por un momento, como si el aparato fuera a saltar y se lo fuera a comer.

“Muy bien”, pudo al fin decir Jacob después de que acabó con su ataque de tos.

*****

Warren finalmente alcanzó a Quinn justo cuando se acercaban a un callejón donde el perfume de Kat se percibía más fuertemente. Al doblar de la esquina, llegaron justo a tiempo para ver a Kat desgarrar la garganta de un vampiro y a un enorme oso incrustar sus enormes garras en el pecho de otro. Una de las garras del oso salió por la parte trasera del vampiro, llevando en ella guindado el corazón ensangrentado del vampiro, para luego apretarlo como si fuera un globo de agua.

Kat parpadeó, dándose cuenta de algún modo durante la pelea... que los vampiros se habían multiplicado. Apenas tuvo tiempo de tomar aire antes de ser atacada por otro de los vampiros. Lanzó un grito casi primitivo cuando los afilados colmillos se clavaron en su costado. Sus garras atravesaron la parte trasera del vampiro que la atacaba, tratando de quitárselo de encima. De repente, el peso que sentía en su costado desapareció y ella cayó, desmayada por el dolor, la pérdida de sangre, y el agotamiento.

Quinn vio al vampiro atacar a Kat y sintió que la rabia explotaba en su pecho. Corrió por el callejón sin importarle si Warren estaba con él o no. Derribó de golpe al vampiro, y le gruñó de forma amenazante en su cara antes de destrozarle el cuello con sus dientes afilados. Podía sentir como le clavaba sus garras lleno de pánico, pero no le importó y continuó despedazándolo. Echando la cabeza a un lado, se volvió hacia Kat y gruñó.

Trevor había hecho un breve trabajo en el último vampiro, destrozándolo hasta que no quedó más que un torso sin cabeza ni extremidades. Levantó la vista cuando oyó a Kat gritar y luego vio a un puma embestir al vampiro que la había atacado. Cuando ella se transformó de nuevo a su forma humana, Trevor fue a colocarse junto a su cuerpo desnudo e inconsciente, agachándose luego para protegerla de algún otro ataque.

Un gruñido profundo llamó su atención y se encontró con la mirada de un puma enfurecido que caminaba sigilosamente con una intención muy obvia de matar a... Quinn Wilder.

Debido a la pelea, Trevor estaba cansado y sus reflejos lentos. No fue capaz de hacer a Quinn a un lado y recibió toda la fuerza del ataque en su costado. Trevor fue lanzado a través del callejón contra la pared de ladrillo por segunda vez esa noche.

Trevor gruñó y pudo ponerse de pie sobre sus patas traseras por dos segundos antes de inclinarse hacia atrás y deslizarse hasta el suelo. Quinn se acercaba y no quería transformarse en frente del puma, pero sabía que tenía que hacerlo. Kat al fin y al cabo se lo diría de todos modos... ¿qué tenía que perder? Incapaz de ver sus heridas bajo el pelaje, se transformó lentamente y trató de levantarse de nuevo.

Quinn hizo una pausa cuando vio al macho humano del bar... Warren lo había llamado Trevor. Siseó cuando su sentido del olfato le dijo que Trevor no era un cambiante normal... o por lo menos no de algún tipo que él hubiera conocido. El no saber a qué se enfrentaba no ayudaba mucho a calmar sus estribos.

Dio un paso más pero Warren se atravesó en su línea de visión y se acercó a Trevor, mientras volvía a la forma humana. Cuando Trevor se balanceó, Warren lo agarró por el brazo y lo llevó sobre su hombro. No vio ninguna razón para permitir que Quinn hiciera leña del árbol caído.

Trevor miró a Warren y sonrió cuando se dio cuenta de su situación. “Bonito lío, ahora todos estamos desnudos”, murmuró y enseguida se desmayó.

Warren sacudió la cabeza y no pudo evitar sonreír porque Trevor había hecho una observación muy válida. En momentos como este se alegraba de haber traído su teléfono celular y de haberlo llevado atado de la manera en que lo había hecho. Suavemente colocó a Trevor contra la pared y estaba a punto de tomar el celular cuando oyó que Quinn empezaba a gruñir.

Quinn se había movido y estaba mirando por encima de una Kat inconsciente. Su ropa estaba a pocos metros de distancia, destrozada por su transformación e imposible de usar otra vez. Quinn decidió pensar en eso más tarde, y empezó a examinarle sus heridas y se detuvo cuando vio que la sangre todavía brotaba de la parte interna de su muslo.

Movió la pierna de Kat lo suficiente como para examinar de dónde venía la sangre, y quedó paralizado cuando vio una marca de apareamiento. El gruñido estalló de su garganta antes de que pudiera detenerlo. Alguien se había apareado con Kat, le había dejado su marca y la había abandonado.

Quinn sintió que los celos brotaban desde lo más profundo en su interior y se inclinó un poco para olfatear su piel para ver si aún mantenía el olor. Eso sólo lo enfureció aún más... no olía a otro hombre, olía fantástico.

Mirando al otro hombre con el que Warren estaba, Quinn se preguntó si la marca de apareamiento habría sido dada por ese oso rubio.

Warren sacó su teléfono celular y decidió ignorar por el momento la pequeña rabieta de Quinn. Kat necesitaba ayuda y no era el momento para decirle a Quinn a quién pertenecía esa marca de apareamiento. Prefirió dejarlo pasar por el infierno de averiguarlo por sí mismo.

“¿Señora Tully?”, preguntó Warren, y luego sonrió. “Estoy muy bien señora. Me preguntaba si nos podíamos encontrar en el Moon Dance. Mi hermana y su amigo Trevor están heridos y necesitan atención médica que solo usted les puede dar”.

Warren se quedó callado por un momento y luego asintió con la cabeza. “Gracias, señora Tully”.

“No sabía que conocías a Tully “dijo Quinn en voz baja. Él había conocido a Tully poco después de que las familias se habían separado.

Warren sonrió mientras marcaba otro número. ¿Acaso Quinn pensaba que era el único que podía espiar? “Nick se ha metido en más problemas de los que puedo recordar. La señora Tully siempre lo está “remendando” y su casa siempre está abierta si necesitamos un lugar donde ocultarnos.

“Me sorprende que no nos hayamos encontrado en el camino antes”. Quinn respondió sospechando algo más.

“Nick, estamos en un callejón diez cuadras al oeste del club y necesitamos que vengas por nosotros. Trae ropa para tres hombres y para tu hermana, y ven en el Hummer”. Warren colgó el teléfono sin esperar a que Nick respondiera y dirigió su atención hacia Trevor de nuevo.

“¿Es él quien le dejó a Kat la marca de apareamiento?”, preguntó Quinn.

“Amigo mío, no me corresponde a mí contar esa historia” Warren dijo misteriosamente.

Capítulo 5

Nick acababa de dejar a Steven y Jewel en el Night Light cuando recibió la llamada. Jewel había estado muy callada desde el pequeño acto de Dean en la iglesia, pero podía darse cuenta de que lo que fuera que había hecho el caído para mantenerla tranquila empezaba a perder efecto. Cuanto más lejos de la iglesia estaban, más paranoica se había vuelto. Sólo podía imaginar el infierno por el que su amigo estaba a punto de pasar.

Saludando a Steven, Nick rápidamente tomó su teléfono e hizo malabares con él, y por poco se le cae. Finalmente lo cogió en la tercera vuelta y lo abrió.

Назад Дальше