La forma en que se produce esta confusión es cuando tu mente quiere algo que tu corazón no ha llegado a querer todavía, o tu corazón quiere algo que tu mente no ha llegado a querer todavía.
Típicamente, lo que sucede es que no estás completamente claro sobre qué es exactamente lo que quieres, así que tus mensajes al Universo son confusos.