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Aung San Suu Kyi
Premio Nobel por la Paz 1991
Libre de miedo
El 6 de mayo de 2002, luego de una fuerte presión de la ONU, Aung San Suu Kyi fue liberada. Las noticias dieron la vuelta al mundo, aunque su libertad duró poco. El 30 de mayo de 2003, mientras estaba a bordo de un convoy con muchos seguidores, un grupo de soldados abrió fuego, masacrando a muchas personas, y fue solo gracias a la rapidez de los reflejos de su conductor Ko Kyaw Soe Lin si Aung San Suu Kyi tuvo éxito en salvarse a sà misma, pero fue puesta nuevamente bajo arresto domiciliario.
El dÃa después de su liberación en mayo de 2002, a través de algunos contactos que tuve con el disidente birmano, logré hacerle una serie de preguntas para una entrevista "remota" por correo electrónico.
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A las diez de la mañana de ayer, silenciosamente, los guardias que estaban estacionados frente a la residencia de Aung San Suu Kyi, lÃder del disenso democrático birmano, volvieron a sus cuarteles. AsÃ, con un movimiento sorpresivo, la Junta militar de Rangún revocó las restricciones a la libertad de movimiento del lÃder pacifista, "la dama" como la llaman simplemente en Birmania, Premio Nobel de la Paz en 1991, bajo arresto domiciliario desde el distante 20 de julio de 1989.
Desde las diez de la mañana, luego de casi trece años, Aung San Suu Kyi puede abandonar la casa en el lago, comunicarse con cualquier persona, hacer polÃtica, ver a sus hijos.
¿Pero realmente ha terminado el terrible aislamiento de la "pasionaria birmana"? La oposición en el exilio aún no cree en las declaraciones altisonantes de la junta militar que declaró su liberación sin condiciones.
Incrédulos, los exiliados birmanos están esperando. Y rezan. Desde ayer, de hecho, la diáspora birmana ha celebrado manifestaciones de oración en todos los templos budistas de Tailandia y Asia oriental.
Ella, la Señora , acaba de regresar a la libertad no perdió el tiempo. Inmediatamente llegó a la sede de su partido en el coche, que la Liga Nacional para la democracia (LND), que en las elecciones de 1990, obtuvo una victoria abrumadora (80 por ciento de los votos), mientras que el partido gubernamental de la unidad nacional se Ganó sólo diez escaños en 485. El gobierno militar anuló el resultado de las elecciones, prohibió las actividades de la oposición, reprimió violentamente las manifestaciones callejeras y los lÃderes de la oposición fueron encarcelados o exiliados. El parlamento nunca fue convocado.
La edición italiana de su autobiografÃa se titula "libre de miedo". ¿Te sientes asà ahora?
Ahora, por primera vez desde hace más de una década, me siento libre. FÃsicamente libre. Libre sobre todo para actuar y pensar. Como explico en mi libro, hace ya muchos años que me sentà "libre del miedo". Desde que me di cuenta de que el abuso de la dictadura aquà en mi paÃs podrÃa herirnos, humillarnos, incluso matarnos. Pero ya no nos pueden asustar.
Hoy, tan pronto como estuvo libre, inmediatamente declaró que no habÃa estado sujeta a condiciones y que la junta militar en el poder la autorizó a ir al extranjero. ¿De verdad lo crees?
Un portavoz de la junta, en una declaración escrita publicada anoche, anunció la apertura de "una nueva página para el pueblo de Myanmar y para la comunidad internacional". Cientos de presos polÃticos han sido liberados en los últimos meses, y los militares me han asegurado que continuarán liberando a aquellos que, según dicen, "no representan un peligro para la comunidad". Todos aquà quieren creer, quieren esperar que este sea realmente el signo del cambio. La reanudación de ese camino hacia la democracia interrumpido bruscamente por la violencia con el golpe de 1990. Pero nunca olvidado en la mente del pueblo birmano.
Ahora que ha sido liberada, ¿No tiene miedo de ser expulsada, se alejó de sus seguidores?
Debe quedar claro que no me iré. Soy birmana, renuncié a la ciudadanÃa británica solo porque no ofrecà una disculpa al régimen. No tengo miedo Y esto me da fuerza. Pero la gente tiene hambre, entonces tienen miedo y se debilitan.
Usted ha denunciado en forma reiterada y enérgica la intimidación de los militares contra los simpatizantes de la Liga para la Democracia. ¿Todo esto continúa hoy?
Según datos que tenemos en nuestro poder solo en 2001, el ejército ha arrestado a más de mil militantes de la oposición por orden de los generales del SLORC. Muchos otros han sido forzados a renunciar a la Liga después de ser sometidos a intimidación, amenazas, presiones ilegales para las cuales no hay justificación. La estrategia de acción es siempre la misma, capilar: la unidad de los funcionarios del estado desatada en todo el territorio nacional gira "puerta a puerta" para que las casas pidan a los ciudadanos que abandonen la Liga . Las familias que se niegan son chantajeadas con el fantasma de la pérdida de trabajo y, a menudo, con amenazas explÃcitas. Muchas secciones del partido se han cerrado y todos los dÃas el ejército controla el número de personas que han renunciado. Esto muestra cuánto miedo tienen de la Liga . La esperanza en este momento es, para todos nosotros, que todo esto haya terminado realmente.
¿La vuelta de hoy, el golpe de efecto de su liberación, la tomó por sorpresa, o fue algo cuidadosamente preparado y estudiado por los militares para cuestiones de "imagen" internacional?
Desde el 95 hasta la actualidad, el aislamiento de Birmania se ha relajado gradualmente, la Universidad de Rangún ha sido reabierta y tal vez el nivel de vida ha mejorado ligeramente; pero la historia de Birmania continúa teniendo lugar en una vida cotidiana hecha de violencia, anarquÃa y abuso tanto contra los disidentes como contra las minorÃas étnicas (Shan, We, Kajn) en busca de autonomÃa, y en general contra la mayorÃa de su población. Los militares están cada vez más en problemas, tanto en el mercado nacional como internacional. Mientras tanto, continúan comerciando con drogas, a menos que puedan reemplazar esta lucrativa fuente de ingresos con otra, igualmente rentable. ¿Cuál? La nación es prácticamente una inmensa caja de seguridad, de la cual solo el ejército conoce la combinación. Y no será fácil convencer a los generales de compartir esta riqueza con los otros cincuenta millones de birmanos.
En este punto, ¿Cuáles son sus condiciones para comenzar el diálogo?
No aceptaremos ninguna iniciativa, estamos hablando de elecciones celebradas por generales, hasta que se cumpla el Parlamento elegido en 1990. Mi paÃs sigue dominado por el miedo. No habrá paz real hasta que haya un compromiso real que honre a todos aquellos que han luchado por una Birmania libre e independiente, incluso si con la gran conciencia de que la paz y la reconciliación no pueden alcanzarse de una vez por todas, es por eso que es necesario más y más vigilancia cuidadosa, mayor coraje y la capacidad de desarrollar en nosotros mismos la verdadera resistencia activa y no violenta.
¿Qué puede hacer la Unión Europea para ayudar a los birmanos?
Continúa presionando, porque los generales deben saber que el mundo los está mirando y que no pueden cometer otros actos perversos con impunidad.
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Finalmente, el 13 de noviembre de 2010, Aung San Suu Kyi estaba definitivamente liberada. En 2012 obtuvo un escaño en el parlamento birmano y el 16 de junio del mismo año pudo recoger el Premio Nobel de la Paz. Desde que el gobierno finalmente le dio permiso para ir al extranjero, fue a Inglaterra por el hijo que no habÃa visto en años.
El 6 de abril de 2016 se convirtió en Consejero de Estado (Primer Ministro) de Myanmar.
Birmania, hoy Myanmar, todavÃa no es un paÃs completamente libre y el pasado dictatorial pesa sobre la historia y el futuro de la nación. Pero ahora se ha abierto algo más que una esperanza de libertad y democracia en el paÃs de las Mil Pagodas.
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Lucia Pinochet
â Asesinar, torturar y hacer desaparecer â
Santiago de Chile, marzo 1999 .
« ¿Pinochet? Para los chilenos es como un cáncer. Un mal oscuro..., doloroso. Sabemos que lo tenemos, pero tememos incluso hablar de ello, pronunciar su nombre. Asà que terminamos fingiendo que no existe. Quizás esperamos qué al ignorarlo, este mal desaparezca solo, sin tener que enfrentarlo...». La chica que sirve en las mesas del Café El Biógrafo , un punto de encuentro para poetas y estudiantes, en el pintoresco Barrio de Bellavista en Santiago, el barrio de los artistas y los viejos restaurantes, con sus coloridas casas, tendrá poco más de veinte años. Quizás ni siquiera nació cuando el general Augusto Pinochet Ugarte, el "Senador vital", como lo llaman aquÃ, ordenó "asesinar, torturar y hacer desaparecer" a sus oponentes -como dicen los familiares de los más de tres mil desaparecidos- o mientras él brindaba un puño de hierro "para liberar a Chile de la amenaza del bolchevismo internacional", como aseguran sus admiradores. Pero es ella quien quiere hablar conmigo sobre Pinochet, y tiene ideas claras: "Aquà todo es Pinochet. Pros o contras, pero de todos modos en todos los aspectos de la vida de Chile está él, el general. Está en polÃtica, claramente. Está en la memoria de todos, en las historias de mis padres, en los discursos de los maestros en la escuela. Y está en las novelas, en los libros... en el cine. SÃ, incluso el cine, aquà en Chile, se hace a favor o en contra de Pinochet. Y nosotros seguimos simulando que no hay.... "
Ya este obstinado viejo caballero, que se enfrenta "con dignidad como soldado" a la justicia británica ("... ¡pobre viejo!", Me susurró el portero del "CÃrculo de la Prensa" al oÃdo, donde los fieles del vital Senador , en los años oscuros de la dictadura militar, vinieron a "recoger" a los periodistas con problemas, justo detrás del palacio de Moneda donde murió Salvador Allende, perseguido por el golpe del General), este "pobre viejo" que ahora, en Chile del Tercer Milenio, se convierte en engorroso coloso, ocupando con su volumen cada barrio, cada rincón de cada calle de esta ciudad, Santiago, que aparece como incierto, plegado sobre sà mismo.
Y luego él es el recuerdo viviente de este PaÃs, un inmenso recuerdo, entrometido, embarazoso para sus seguidores y acoso a sus detractores. Un recuerdo que se expande pegajoso como un blob en las vidas, esperanzas y tristezas, el pasado y el futuro de los chilenos.
En octubre de 1998, cuando se convirtió en senador, pocos meses después de dejar el puesto de jefe del ejército, mientras estaba en Londres para recibir tratamiento médico, Pinochet fue arrestado y puesto bajo arresto domiciliario. Primero en la clÃnica donde acababa de someterse a una cirugÃa de espalda, luego en una residencia alquilada.
La orden de arresto internacional la habÃa firmado un juez español, Baltasar Garzón, por crÃmenes de lesa humanidad. Los cargos incluyen casi un centenar de casos de tortura contra ciudadanos españoles y un caso de conspiración por cometer tortura. Gran Bretaña acababa de firmar la Convención Internacional contra la tortura, y todos los cargos eran por hechos ocurridos durante los últimos catorce meses de su régimen.
El Gobierno de Chile se opuso inmediatamente al arresto, la extradición y el juicio. Una dura batalla legal estalló en la Cámara de los Lores, el más alto tribunal británico, que duró dieciséis meses. Pinochet reclamó inmunidad diplomática como ex jefe de estado, pero los Lores lo negaron en consideración de la gravedad de las acusaciones y otorgaron la extradición, aunque con varias limitaciones. Poco tiempo después, sin embargo, una segunda declaración del Lord mismo le permitió a Pinochet evitar la extradición debido a sus condiciones de salud precarias (tenÃa ochenta y dos años en el momento de su arresto), por razones llamadas "humanitarias". Después de algunos controles de salud, el entonces secretario de Relaciones Exteriores británico Jack Straw permitió a Pinochet, después de casi dos años de arresto domiciliario o en la clÃnica, regresar a su paÃs en marzo de 2000.
En medio de este intrincado asunto legal internacional, a fines de marzo de 1999, fui a Santiago a seguir la evolución de la situación del periódico Il Tempo , y a conocer a la hija mayor del vital Senador , LucÃa. La Cámara de los Lores acababa de negar la inmunidad a Pinochet y el avión que, con la esperanza de la familia y los partidarios del general, - tendrÃa que traerlo de vuelta a Chile, vino sin él.
La reacción en las calles de Santiago fue inmediata. El 24 de marzo, la capital chilena habÃa esperado la sentencia con la respiración contenida, aunque no como una ciudad blindada. Mientras que una buena cantidad de "Carabineros", controlaba los puntos calientes de la capital chilena - el palacio presidencial de la Moneda, las embajadas de Gran Bretaña y España y las oficinas de las asociaciones pro y contra el vital Senador - los chilenos siguieron el evento minuto a minuto a través de la cobertura masiva que todas las redes nacionales le dedicaron. La atención se centró en un evento histórico, con enlaces satelitales en vivo desde Londres, Madrid y varios puntos en Santiago, que comenzaron alrededor de las siete de la mañana y continuaron durante todo el dÃa. Un poco menos de una hora después de la decisión del Señor, alrededor de las doce, dos de los periódicos de la tarde, ellos estaban listos con una edición especial. Uno de ellos se titula asÃ, efectivamente, en la primera página de: "Pinochet ha perdido y ha ganado".
En los momentos cruciales de la mañana, muchos santiagueños se apiñaban alrededor de los televisores instalados en lugares públicos, desde McDonald's hasta las tabernas más pequeñas. En una tienda departamental del centro incluso se tocó la revuelta de los clientes cuando éstos, enfurecidos, agredieron verbalmente al director para obligarlo a sintonizar la televisión directamente desde Londres.
Al caer la tarde, la situación, que hasta entonces habÃa permanecido en calma, comenzó a mostrar los primeros signos de tensión. A las dieciséis, ahora de Santiago, se registraron los primeros choques entre estudiantes y policÃa en el centro de la capital, en la intersección de las calles Alameda
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Muchos apelan a la calma, especialmente por parte de los funcionarios del gobierno. También las declaraciones amenazantes del general Fernando Rojas Vender, (el piloto que bombardeó el palacio presidencial de la Moneda), comandante de la Fuerza Aérea de Chile, el fiel FACH, que públicamente afirmó el martes que un clima "similar al del golpe de Estado de 1973, habÃa sido duramente censurada por el Gobierno, que incluso habÃa obligado a Rojas a una rectificación pública.
Ahora el foco cambió a la decisión del Ministro de Justicia británico, Straw. Y alrededor de su figura, el aparato de propaganda de los partidarios de Pinochet ya se habÃa puesto en marcha, señalando "hacer de Straw el fin de Lord Hofmann", o desacreditar al ministro británico acusado de haber manifestado, en su juventud, fuerte y pública simpatÃa por la izquierda chilena, durante un viaje a Chile a la edad de treinta y tres años. Incluso hubo quienes afirmaron poder proporcionar evidencia de una reunión amistosa entre el joven Straw y el entonces presidente Allende, quien lo invitó a tomar té.