Por Todos los Medios Necesarios - Джек Марс 5 стр.


Se dio la vuelta y salió disparado.

Un segundo después, se escuchó la voz de Momo detrás de él:

"¡EZA!".

Luego algo en persa.

El edificio abandonado estaba delante. El malestar volvió con fuerza. Se estremeció, la sangre salía a borbotones por su camisa pero siguió su camino. Ya estaba sin aliento.

Escuchó un chasquido como una grapadora. Hacía eco débilmente contra las paredes del edificio. Ezatullah estaba disparando; por supuesto que lo estaba haciendo. Su arma tenía un silenciador.

Una punzada aguda atravesó la espalda de Eldrick. Se cayó al pavimento, despellejando sus brazos sobre el asfalto roto. Una fracción de segundo más tarde, otro disparo hizo eco. Eldrick se levantó y siguió corriendo. La cerca estaba aquí. Giró y se dirigió hacia el agujero.

Otra punzada lo atravesó. Se cayó hacia delante y se aferró a la cerca. Toda la fuerza de sus piernas parecía desaparecer. Estaba colgado allí, sosteniéndose con sus dedos aferrados a través de la alambrada.

"Muévete", dijo con voz ronca. "Muévete".

Se dejó caer de rodillas, forzó la cerca arrancándola y se arrastró a través del agujero. Estaba en la hierba profunda. Se puso de pie, tambaleó por unos pocos pasos, se tropezó con algo que no podía ver y rodó por un terraplén. No trató de dejar de rodar. Dejó que su impulso lo llevara a la parte inferior.

Aterrizó, respirando con dificultad. El dolor en la espalda era irreal. Su cara estaba en la tierra. Estaba húmedo aquí, fangoso y estaba justo al lado de la orilla del río. Se podría dejar caer en el agua oscura si quería. En lugar de eso, se arrastró más profundamente en la maleza. El sol no había salido todavía. Si se quedaba aquí, no se movía y no hacía un sonido, era apenas posible…

Se llevó una mano al pecho. Sus dedos se apartaron mojados con sangre.

*

Ezatullah se paró frente al agujero de la cerca. El mundo giraba a su alrededor. Se había mareado tratando de correr detrás de Eldrick.

Su mano sostenía la alambrada de la cerca ayudándolo a mantenerse de pie. Pensó que podría vomitar. Estaba oscuro allí en esos arbustos. Podrían pasar una hora buscándolo allí. Si había logrado llegar al gran edificio abandonado, puede que nunca lo encontraran.

Moahmmar estaba cerca. Estaba agachado con las manos sobre las rodillas respirando profundamente. Su cuerpo estaba temblando. "¿Entramos?", dijo.

Ezatullah negó con la cabeza. "No tenemos tiempo. Le disparé dos veces. Si la enfermedad no lo mata, lo harán las balas. Déjalo morir aquí solo. Tal vez Alá se apiade de su cobardía. Eso espero. De cualquier manera, hay que seguir sin él".

Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la furgoneta. Parecía que la furgoneta estaba estacionada lejos. Estaba cansado y estaba enfermo pero siguió poniendo un pie tras otro. Cada paso lo llevaba más cerca de las puertas del paraíso.

Capítulo 9

6:05 a.m.

Centro de Mando Antiterrorista Conjunto – Centro de Manhattan


"Luke, lo mejor que puedes hacer es reunir a tu gente y volver a Washington", dijo el hombre del traje.

Luke estaba parado dentro del caos arremolinado de la sala principal del centro de mando. Ya era de día y una luz débil se filtraba por las ventanas dos pisos por sobre el piso de trabajo. El tiempo estaba pasando demasiado rápido y el centro de mando era un verdadero despelote en curso.

Doscientas personas llenaban el espacio. Había por lo menos cuarenta estaciones de trabajo algunas de ellas con dos o tres personas sentadas delante de cinco pantallas de computadora. En el gran tablero al frente había veinte diferentes pantallas de televisión y de computadora. Las pantallas mostraban mapas digitales de Manhattan, el Bronx, Brooklyn, vídeos en directo de las entradas al Túnel Holland y al Lincoln, fotos policiales de los terroristas árabes que se sabía que estaban en el país.

Tres de las pantallas mostraban actualmente al Alcalde DeAngelo con sus 1,90 haciendo parecer enanos a los asistentes que lo flanqueaban de pie ante el micrófono y diciéndole a la gente valiente de Nueva York que se quede en casa y abrace a sus hijos. Estaba leyendo un discurso preparado.

"En el peor de los casos", dijo el alcalde, su voz saliendo de los altavoces situados alrededor de la habitación, "la explosión inicial mataría a mucha gente y crearía pánico en masa en el área inmediata. La exposición a la radiación podría causar el terror generalizado en toda la región y probablemente el país. Muchas personas expuestas en el ataque inicial se enfermarían y algunos morirían. Los costos de limpieza serían enormes pero serían empequeñecidos por los costos psicológicos y económicos. Un ataque de bomba sucia en una estación de tren importante en la ciudad de Nueva York podría paralizar el transporte a lo largo de la costa este en el futuro previsible".

"Hermoso", dijo Luke. "Me pregunto quién escribe su material".

Ojeó la habitación. Todo el mundo estaba representado aquí; todo el mundo compitiendo por una posición. Era una sopa de letras. Policía de Nueva York, el FBI, NSA, ATF, el DEP, incluso la CIA. Diablos, hasta la DEA estaba aquí. Luke no estaba seguro de cómo robar residuos radiactivos constituía un delito de drogas.

Ed Newsam había ido a localizar al personal del ERE entre la multitud.

"Luke, ¿me escuchaste?".

Luke regresó al tema que los ocupaba. Estaba de pie junto a Ron Begley de Seguridad Nacional. Ron era un hombre calvo de 50 y tantos. Tenía una gran panza redonda y pequeños dedos regordetes. Luke conocía su historia. Era un tipo de escritorio; un hombre que había escalado a través de la burocracia gubernamental. El 11 de septiembre estaba en Hacienda liderando un equipo de análisis de evasión de impuestos y esquemas Ponzi. Se deslizó hacia la lucha contra el terrorismo cuando se creó Seguridad Nacional. Nunca había hecho una detención o disparado un arma en un rapto de ira en su vida.

"Dijiste que quieres que me vaya a casa".

"Estás invadiendo terreno aquí, Luke. Kurt Myerson llamó a su jefe en la policía de Nueva York y le dijo que estabas en el hospital tratando a las personas como tus sirvientes personales. Y que reclutaste a un equipo SWAT. ¿De verdad? ¿Un equipo SWAT? Escucha, este es su territorio. Se supone que tú debes seguirlos a ellos. Así es como se juega el juego".

"Ron, la policía de Nueva York nos llamó. Asumo que es porque pensaban que nos necesitaban. Saben cómo trabajamos".

"Vaqueros", dijo Begley. "Trabajas como vaquero de rodeo".

"Don Morris me sacó de la cama para llegar hasta aquí. Puedes hablar con Don…".

Begley se encogió de hombros. El fantasma de una sonrisa apareció en su rostro. "Don se ha retirado. Tomó un helicóptero hace veinte minutos. Te sugiero que hagas lo mismo".

"¿Qué?".

"Oíste bien. Lo ascendieron en este caso. Lo llamaron para hacer una sesión informativa en el Pentágono. Cosas de muy alto nivel. Supongo que no podían conseguir un interno para hacerlo, por lo que lo llevaron a Don".

Begley bajó la voz aunque Luke todavía podía oírlo fácilmente. "Un consejo. ¿Cuánto le queda a Don? ¿Otros tres años antes de jubilarse? Don es una especie en extinción. Es un dinosaurio y también lo es la ERE. Tú lo sabes y yo lo sé. Todas estas pequeñas agencias secretas dentro de una agencia se están dejando de lado. Estamos consolidando y centralizando, Luke. Lo que necesitamos ahora es análisis basado en datos. Así es como vamos a resolver los crímenes del futuro. Así es como vamos a atrapar a estos terroristas hoy. Ya no necesitamos súper-espías machos y ex comandos avejentados haciendo rapel por los costados de los edificios. Simplemente no los necesitamos. Hacerse el héroe ha terminado. En realidad es un poco ridículo si lo piensas".

"Fantástico", dijo Luke. "Voy a tomarlo en consideración".

"Pensé que estabas enseñando en la universidad", dijo Begley. "Historia, ciencias políticas, ese tipo de cosas".

Luke asintió. "Lo estoy haciendo".

Begley puso una mano rechoncha sobre el brazo Luke. "Deberías seguir con eso".

Luke se quitó la mano de encima y se sumergió en la multitud en busca de su gente.

*

"¿Qué tenemos?", dijo Luke.

Su equipo había armado una oficina periférica. Habían tomado algunos escritorios vacíos y habían construido su propio pequeño puesto de mando con computadoras portátiles y enlaces satelitales. Trudy y Ed Newsam estaban allí junto con algunos de los otros. Swann estaba solo en un rincón con tres computadoras portátiles.

"Llamaron a Don para que regrese", dijo Trudy.

"Lo sé. ¿Has hablado con él?".

Ella asintió. "Hace veinte minutos. Estaba a punto de despegar. Dijo sigan trabajando este caso hasta que llame personalmente para dejarlo. Educadamente hagan caso omiso a cualquier otra persona".

"Suena bien. Entonces, ¿en dónde estamos?".

Su rostro era serio. "Nos estamos moviendo rápido. Nos hemos reducido a seis vehículos de alta prioridad. Todos ellos pasaron dentro de un radio de una cuadra del hospital anoche y tienen detalles que son raros o no coinciden".

"Dame un ejemplo."

"Bueno. Uno de ellos es un camión vendedor de alimentos registrado a nombre de un ex paracaidista ruso. Lo hemos podido seguir con las cámaras de vigilancia y por ahora lo que podemos decir es que ha estado paseando por las calles de Manhattan durante toda la noche vendiendo perros calientes y Pepsi a prostitutas, proxenetas y a sus clientes".

"¿En dónde está ahora?".

"Está aparcado en la Avenida 11 al sur del centro de convenciones Jacob Javits. No se ha movido desde hace tiempo. Pensamos que podría estar dormido".

"Está bien, parece que se convirtió en prioridad baja. Pasa el dato a policía de Nueva York por si acaso. Pueden hacerlo salir a la fuerza y tirar su camión; averiguar qué más está vendiendo allí. Siguiente".

Trudy recorrió la lista. Una furgoneta operada como un coche Uber por un ex físico nuclear desairado. Un camión con remolque de cuarenta toneladas con una demanda de seguro que indica que fue destruido en un accidente y desguazado. Una furgoneta de reparto para un servicio de lavandería comercial con placas de circulación registradas a un negocio de pisos no relacionado en Long Island. Una ambulancia reportada como robada hace tres años.

"¿Una ambulancia robada?", dijo Luke. "Eso suena sospechoso".

Trudy se encogió de hombros. "Por lo general es comercio ilegal de órganos. Los extirpan de los pacientes recién fallecidos en cuestión de minutos después de la muerte. Tienen que extirpar los órganos, empaquetarlos y sacarlos del hospital rápidamente. Nadie mira dos veces a una ambulancia esperando en un estacionamiento de hospital".

"Pero esta noche tal vez no estaban a la espera de órganos. ¿Sabemos en dónde están?".

Ella negó con su cabeza. "No. La única ubicación que tenemos es la del ruso. Esto es todavía más un arte que una ciencia. Las cámaras de vigilancia todavía no están en todas partes, sobre todo una vez que sales de Manhattan. Ves un camión que pasa por una cámara, luego puede que no lo veas de nuevo. O puede ser que lo vuelvas a ver en otra cámara a diez cuadras, o a ocho kilómetros. El camión con remolque cruzó el puente George Washington hacia Nueva Jersey antes de que lo perdamos. La furgoneta de lavandería pasó por arriba del puente de la calle 138 hacia el sur del Bronx y desapareció. En este momento los estamos buscando a todos usando otros medios. Hemos contactado a la compañía de camiones, Uber, a la compañía del suelo y al servicio de lavandería. Deberíamos saber algo acerca de ellos pronto. Y tengo a ocho personas en la sede desmenuzando horas de imágenes de vídeo en busca de la ambulancia".

"Bien. Mantenme informado. ¿Qué está pasando con lo del banco?".

La cara de Trudy era de piedra. "Deberías preguntarle a Swann sobre eso".

"Está bien". Dio un paso hacia el pequeño feudo de Swann en el rincón.

"¿Luke?".

Se detuvo. "Sí".

Sus ojos se movían rápidamente alrededor de la habitación. "¿Podemos hablar? ¿En privado?".

*

"¿Vas a despedirme porque no voy a romper la ley por ti?".

"Trudy, no voy a despedirte. ¿Por qué siquiera pensarías eso?".

"Es lo que dijiste, Luke".

Se encontraban en un pequeño cuarto de servicio. Había dos escritorios vacíos allí y una pequeña ventana. La alfombra era nueva. Las paredes eran blancas sin nada colgado. Había una pequeña cámara de vídeo montada en un rincón cerca del techo.

Parecía que la habitación nunca se había utilizado. El propio centro de mando había estado abierto por menos de un año.

Los grandes ojos de Trudy lo miraban fijamente.

Luke suspiró. "Te estaba dando una salida. Pensé que lo entenderías. Si hay problemas, puedes echarme la culpa. Todo lo que hiciste fue lo que te dije que hicieras. Tenías miedo que ibas a perder tu trabajo si no seguías mis órdenes".

Dio un paso más cerca de él. En el confinamiento de la habitación, él podía oler su champú y la colonia sobria que usaba a menudo. La combinación de aromas le hizo algo a sus rodillas. Sintió que le temblaban una pequeñísima cantidad.

"No puedes siquiera darme una orden directa, Luke. No trabajas más en el ERE".

"Estoy en un permiso de ausencia".

Tomó otro pequeño paso hacia él. Sus ojos se centraban en él como láseres. Había inteligencia en esos ojos, y fuego.

"Y te fuiste… ¿por qué? ¿Por mí?".

Negó con la cabeza. "No. Tenía mis razones. Tú no eras una de ellas".

"¿Los hermanos Marshall?".

Se encogió de hombros. "Cuando matas a dos hombres en una noche es un buen momento para hacer una pausa. Tal vez reevaluar lo que estás haciendo".

"¿Estás diciendo que nunca sentiste nada por mí?", preguntó.

La miró, sorprendido por la pregunta. Siempre había sentido que Trudy coqueteaba con él y él nunca se había tragado el anzuelo. Había habido un par de veces, ebrios en fiestas, después de peleas fuertes con su esposa, que había estado cerca. Pero los pensamientos de su esposa e hijo siempre lo habían retirado del borde de hacer algo estúpido.

"Trudy, trabajamos juntos", dijo con firmeza. "Y estoy casado".

Ella se acercó aún más.

"No estoy buscando un matrimonio, Luke", dijo suavemente, aproximándose, a centímetros de distancia.

Se abalanzó sobre él ahora. Él tenía los brazos a los costados. Sentía su calor y ese viejo impulso incontrolable cuando ella estaba cerca, la excitación, la energía… la lujuria. Ella se movió para poner sus manos sobre su pecho y, tan pronto como las palmas de sus manos tocaron su camisa, él sabía que tenía que actuar ahora o rendirse ante ella por completo.

Con un último acto de suprema autodisciplina, Luke dio un paso atrás y empujó sus manos suavemente lejos de él.

"Lo siento, Trudy", dijo, con voz ronca. "Me importas mucho. Realmente me importas. Pero esto no es una buena idea".

Ella frunció el ceño pero, antes de que pudiera decir nada, un pesado puño golpeó la puerta de madera.

"¿Luke? ¿Estás ahí?". Era la voz de Newsam. "Deberías salir y mirar esto. Swann tiene algo".

Se miraron el uno al otro, Luke sintiéndose monumentalmente culpable cuando pensó en su esposa a pesar de que no había hecho nada. Se apartó antes de que algo más pudiera suceder y no pudiera evitar preguntarse cómo eso afectaría al hecho de que trabajan juntos.

También, lo peor de todo, no podía dejar de admitir que, en el fondo, no quería salir de la habitación.

*

Swann estaba sentado en una mesa larga con sus tres monitores de vídeo dispuestos en frente de él. Con el pelo ralo y gafas, le recordaba a Luke a un físico de la NASA en el control de una misión. Luke estaba detrás de él con Newsam y Trudy; los tres cernidos sobre los hombros estrechos de Swann.

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