SOLDADO, HERMANO, HECHICERO
(DE CORONAS Y GLORIA-LIBRO 5)
MORGAN RICE
Morgan Rice
Morgan Rice tiene el #1 en éxito de ventas como el autor más exitoso de USA Today con la serie de fantasía épica EL ANILLO DEL HECHICERO, compuesta de diecisiete libros; de la serie #1 en ventas EL DIARIO DEL VAMPIRO, compuesta de doce libros; de la serie #1 en ventas LA TRILOGÍA DE SUPERVIVENCIA, novela de suspense post-apocalíptica compuesta de tres libros; de la serie de fantasía épica REYES Y HECHICEROS, compuesta de seis libros; y de la nueva serie de fantasía épica DE CORONAS Y GLORIA. Los libros de Morgan están disponibles en audio y ediciones impresas y las traducciones están disponibles en más de 25 idiomas.
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Algunas opiniones sobre Morgan Rice
“Si pensaba que no quedaba una razón para vivir tras el final de la serie EL ANILLO DEL HECHICERO, se equivocaba. En EL DESPERTAR DE LOS DRAGONES Morgan Rice consigue lo que promete ser otra magnífica serie, que nos sumerge en una fantasía de trols y dragones, de valentía, honor, coraje, magia y fe en el destino. Morgan de nuevo ha conseguido producir un conjunto de personajes que nos gustarán más a cada página… Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores que disfrutan de una novela de fantasía bien escrita”.
--Books and Movie Reviews
Roberto Mattos
“Una novela de fantasía llena de acción que seguro satisfará a los fans de las anteriores novelas de Morgan Rice, además de a los fans de obras como EL CICLO DEL LEGADO de Christopher Paolini… Los fans de la Ficción para Jóvenes Adultos devorarán la obra más reciente de Rice y pedirán más”.
--The Wanderer, A Literary Journal (sobre El despertar de los dragones)
“Una animada fantasía que entrelaza elementos de misterio e intriga en su trama. La senda de los héroes trata sobre la forja del valor y la realización de un propósito en la vida que lleva al crecimiento, a la madurez, a la excelencia… Para aquellos que buscan aventuras fantásticas sustanciosas, los protagonistas, las estrategias y la acción proporcionan un fuerte conjunto de encuentros que se centran en la evolución de Thor desde que era un niño soñador hasta convertirse en un joven adulto que se enfrenta a probabilidades de supervivencia imposibles… Solo el comienzo de lo que promete ser una serie épica para jóvenes adultos”.
--Midwest Book Review (D. Donovan, eBook Reviewer)
”EL ANILLO DEL HECHICERO tiene todos los ingredientes para ser un éxito inmediato: conspiraciones, tramas, misterio, caballeros valientes e incipientes relaciones repletas de corazones rotos, engaño y traición. Lo entretendrá durante horas y satisfará a personas de todas las edades. Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores del género fantástico”.
-Books and Movie Reviews, Roberto Mattos
“En este primer libro lleno de acción de la serie de fantasía épica El anillo del hechicero (que actualmente cuenta con 14 libros), Rice presenta a los lectores al joven de 14 años Thorgrin “Thor” McLeod, cuyo sueño es alistarse en la Legión de los Plateados, los caballeros de élite que sirven al rey… La escritura de Rice es de buena calidad y el argumento intrigante”.
--Publishers Weekly
Libros de Morgan Rice
EL CAMINO DE ACERO
SOLO LOS DIGNOS (Libro #1)
DE CORONAS Y GLORIA
ESCLAVA, GUERRERA, REINA (Libro #1)
CANALLA, PRISIONERA, PRINCESA (Libro#2)
ESCLAVA, GUERRERA, REINA (Libro#3)
REBELDE, POBRE, REY (Libro#4)
SOLDADO, HERMANO, HECHICERO (Libro#5)
HÉROE, TRAIDORA, HIJA (Libro#6)
REYES Y HECHICEROS
EL DESPERTAR DE LOS DRAGONES (Libro #1)
EL DESPERTAR DEL VALIENTE(Libro #2)
EL PESO DEL HONOR (Libro #3)
UNA FORJA DE VALOR (Libro #4)
UN REINO DE SOMBRAS (Libro#5)
LA NOCHE DE LOS VALIENTES (Libro#6)
EL ANILLO DEL HECHICERO
LA SENDA DE LOS HÉROES (Libro #1)
UNA MARCHA DE REYES (Libro #2)
UN DESTINO DE DRAGONES(Libro #3)
UN GRITO DE HONOR (Libro #4)
UN VOTO DE GLORIA (Libro #5)
UNA POSICIÓN DE VALOR (Libro #6)
UN RITO DE ESPADAS (Libro #7)
UNA CONCESIÓN DE ARMAS (Libro #8)
UN CIELO DE HECHIZOS (Libro #9)
UN MAR DE ARMADURAS (Libro #10)
UN REINO DE ACERO (Libro #11)
UNA TIERRA DE FUEGO (Libro #12)
UN MANDATO DE REINAS (Libro #13)
UNA PROMESA DE HERMANOS (Libro #14)
UN SUEÑO DE MORTALES (Libro #15)
UNA JUSTA DE CABALLEROS (Libro #16)
EL DON DE LA BATALLA (Libro #17)
LA TRILOGÍA DE SUPERVIVENCIA
ARENA UNO: TRATANTES DE ESCLAVOS (Libro #1)
ARENA DOS (Libro #2)
ARENA TRES (Libro #3)
VAMPIRA, CAÍDA
ANTES DEL AMANECER (Libro #1)
EL DIARIO DEL VAMPIRO
TRANSFORMACIÓN (Libro #1)
AMORES (Libro #2)
TRAICIONADA(Libro #3)
DESTINADA (Libro #4)
DESEADA (Libro #5)
COMPROMETIDA (Libro #6)
JURADA (Libro #7)
ENCONTRADA (Libro #8)
RESUCITADA (Libro #9)
ANSIADA (Libro #10)
CONDENADA (Libro #11)
OBSESIONADA (Libro #12)
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Derechos Reservados © 2016 por Morgan Rice. Todos los derechos reservados. A excepción de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de EE.UU. de 1976, ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida en forma o medio alguno ni almacenada en una base de datos o sistema de recuperación de información, sin la autorización previa de la autora. Este libro electrónico está disponible solamente para su disfrute personal. Este libro electrónico no puede ser revendido ni regalado a otras personas. Si desea compartir este libro con otra persona, tiene que adquirir un ejemplar adicional para cada uno. Si está leyendo este libro y no lo ha comprado, o no lo compró solamente para su uso, por favor devuélvalo y adquiera su propio ejemplar. Gracias por respetar el arduo trabajo de esta escritora. Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes, son producto de la imaginación de la autora o se utilizan de manera ficticia. Cualquier semejanza con personas reales, vivas o muertas, es totalmente una coincidencia. Imagen de la cubierta Derechos reservados Ralf Juergen Kraft, utilizada bajo licencia de istock.com.
ÍNDICE
CAPÍTULO UNO
CAPÍTULO DOS
CAPÍTULO TRES
CAPÍTULO CUATRO
CAPÍTULO CINCO
CAPÍTULO SEIS
CAPÍTULO SIETE
CAPÍTULO OCHO
CAPÍTULO NUEVE
CAPÍTULO DIEZ
CAPÍTULO ONCE
CAPÍTULO DOCE
CAPÍTULO TRECE
CAPÍTULO CATORCE
CAPÍTULO QUINCE
CAPÍTULO DIECISÉIS
CAPÍTULO DIECISIETE
CAPÍTULO DIECIOCHO
CAPÍTULO DIECINUEVE
CAPÍTULO VEINTE
CAPÍTULO VEINTIUNO
CAPÍTULO VEINTIDÓS
CAPÍTULO VEINTITRÉS
CAPÍTULO VEINTICUATRO
CAPÍTULO VEINTICINCO
CAPÍTULO VEINTISÉIS
CAPÍTULO VEINTISIETE
CAPÍTULO VEINTIOCHO
CAPÍTULO VEINTINUEVE
CAPÍTULO UNO
Thanos se sorprendió de haber despertado. Por lo que había dicho la reina antes de que los soldados le golpearan hasta dejarlo inconsciente, esperaba que le hubieran cortado el cuello y hubieran acabado con todo.
No sabía si era bueno o no que hubieran cambiado de opinión.
Debía haber recuperado la conciencia, pues estaba mirando la sangre con la que se había cubierto el suelo de los aposentos de su padre. Podía recordar la sensación de sujetar a su padre en brazos, el que una vez fue un gran hombre parecía tan frágil como un niño. En sus sueños, sus manos estaban cubiertas de sangre.
Al despertarse parpadeó, y la luz del sol le hizo ver que aquello ya no era un sueño. Pero la sangre todavía estaba allí. Sus manos todavía estaban manchadas de rojo, y ahora Thanos no sabía qué cantidad era suya. Notaba la rigidez del hierro contra su cuerpo, pero no parecía que fueran cadenas.
Pero no podía concentrarse en aquello, y Thanos empezó a preguntarse lo brutalmente que le habían golpeado que no podía ni tener recuerdos claros. Estos lo volvieron a desmoralizar, lo llevaron a los momentos en que estaba viendo morir a su padre, sin poder hacer nada para poder parar aquello.
“Tienes que demostrar la verdad. Toda la verdad”.
Su padre había necesitado mucha fuerza para decir aquellas palabras. En aquel momento, para él fue muy importante que Thanos pudiera demostrar que era el hijo del rey. Quizás había visto una manera de enmendar el daño que había hecho en su vida. Quizás simplemente había visto el daño que Lucio podía infligir si se le daba poder de verdad.
Thanos gimió al pensar en todo aquello, la luz del sol se colaba corriendo entre sus sueños, mientras el dolor los hacía retroceder de una manera más física. Aún así, la voz de su padre se resistía a irse.
“Felldust. Encontrarás las respuestas que necesitas en Felldust. Allí es donde ella fue después de que yo…”
Incluso en sus sueños, no había conclusión a aquellas palabras excepto la mirada ausente en los ojos de su padre. Solo había el nombre de un lugar, una pista de un viaje que se lo podría explicar todo.
Si vivía lo suficiente para hacerlo.
Recuperó la conciencia, y con ella todo el peso del dolor. Thanos sentía como si cada parte de él estuviera magullada hasta el hueso. Apenas podía levantar la cabeza, pues sentía que se le podía caer a trozos por el esfuerzo. Por la experiencia sabía cómo dolían las costillas rotas, y muchos más sitios le dolían casi igual.
Los guardias que lo habían golpeado no se habían contenido por quien era. Si acaso, parecía que lo habían golpeado más fuerte justo por eso, o bien escocidos por la magnitud de su supuesta traición, o queriendo demostrar que no estaban del lado de su príncipe rebelde.
Thanos consiguió incorporarse y mirar a su alrededor. El mundo que estaba cerca de él parecía cambiar. Por un instante, pensó que era un engaño causado por el dolor, el vértigo causado por los golpes en su cabeza. Entonces se dio cuenta de que se estaba moviendo de verdad, las barras de hierro verticales le proporcionaban un punto de referencia constante mientras su movimiento hacía que el resto del mundo se balanceara.
“Una horca”, murmuró Thanos, las palabras parecían sofocantes en su garganta. “Me han colgado en una horca”.
Al volver a mirarlo lo confirmó. Estaba dentro de una jaula que tenía la forma de las que una refinada mujer noble podría usar para meter en ella un pájaro, pero esta era lo suficientemente grande para un hombre. A durar penas. Las piernas de Thanos colgaban entre las barras, aunque todavía por encima del suelo, gracias a la cadena corta que sujetaba la jaula a un palo.
Más adelante había un pequeño patio cerrado. El tipo de lugar que los nobles podrían haber usado para sus deportes, o donde los sirvientes se podrían reunir para las tareas que podrían resultar desagradables. Los desagües en los adoquines mostraban por dónde la sangre o cosas peores podían desaparecer.
En un rincón, los guardias estaban levantando un patíbulo, sin ni siquiera molestarse en mirar a Thanos. Tampoco estaban montando un simple bloque de decapitación.
Thanos se agarró con fuerza a las barras con una furia repentina. No lo iban a enjaular como a una bestia a la espera de ser sacrificada. No se iba a quedar allí mientras unos hombres se preparaban para ejecutarlo por algo que él no había hecho.
Sacudió las barras para probarlas, pero eran fuertes. Había una puerta con una cerradura fijada con una cadena, en la que cada eslabón era tan grueso como el pulgar de Thanos. La probó, en busca de algún punto débil, algún modo de escapar de los límites de la horca que lo tenía atrapado.
“¡Eh! ¡Las manos fuera de allí!” exclamó uno de los guardias, y le golpeó con un palo que crujió contra los nudillos de Thanos, provocándole un grito ahogado de dolor mientras intentaba contener la necesidad de chillar.
“Sé todo lo duro que quieras”, dijo el guardia mirando a Thanos con evidente odio. “Cuando vayamos a por ti, chillarás”.
“Todavía soy un noble”, dijo Thanos. “Tengo derecho a un juicio ante los nobles del Imperio, y a elegir cómo ser ejecutado si se diera el caso”.
Esta vez, el palo golpeó las barras, a tan solo un palmo de su cara.
“Los asesinos de reyes reciben lo que se decide para ellos”, respondió bruscamente el guardia. “¡No habrá un golpe rápido de hacha para ti, traidor!”
Thanos notaba la rabia que había allí. Rabia de verdad y lo que parecía ser una sensación de traición personal. Thanos lo entendía. Quizás aquello incluso significaba que este hombre en un principio era un buen hombre.
“Pensabas que las cosas podían cambiar, ¿verdad?” supuso Thanos. Aquel era un gran peligro que corría, pero debía hacerlo, si tenía que encontrar el modo de demostrar su inocencia.
“Pensaba que tú podías ayudar a mejorar las cosas”, confesó el hombre. “¡Pero resultó que estabas trabajando con la rebelión para matar al rey!”
“Yo no lo maté”, dijo Thanos. “Pero sé quién lo hizo. Ayúdame a salir de aquí y…”
Aquel golpe de palo le dio fuerte en sus costillas heridas y, cuando el guardia lo retiró para golpear de nuevo, Thanos intentó encontrar un modo de protegerse. Pero no podía ir a ningún lugar.
Aún así, el golpe no llegó. Thanos vio que el guardia se detuvo en el último momento, bajaba el palo y hacía una gran reverencia. Thanos intentó girarse para ver lo que estaba sucediendo y aquello hizo que su horca empezara a girar.
Cuando terminó, la Reina Athena ya estaba delante de él, vestida de riguroso luto, que daba la sensación de que era ella el verdugo. Los guardias se amontonaron a su alrededor, como si tuvieran miedo de que Thanos pudiera encontrar el modo de matarla de la misma manera que ellos pensaban que había matado al rey, a pesar de las barras de la jaula.
“¿Por qué está aquí colgado?” exigió la Reina Athena. “Pensaba que os había dicho simplemente que lo ejecutarais”.
“Con el debido respeto, su majestad”, dijo uno de los guardias, “pero no estaba despierto y lleva un tiempo preparar la ejecución que merece un traidor como este”.
“¿Qué tenéis pensado?” preguntó la reina.
“Íbamos a colgarlo solo a medias, sacarle las entrañas y ponerlo en la rueda para acabar con él. No podíamos darle una muerte rápida después de todo lo que ha hecho”.
Thanos vio que la reina lo pensó por un instante y después asintió. “Puede que tengáis razón. ¿Ha confesado ya sus crímenes?”
“No, su majestad. Incluso asegura que no lo hizo”.
Thanos vio que la reina negaba con la cabeza. “Eso es ridículo. Lo encontraron encima del cuerpo de mi marido. Deseo hablar con él, a solas”.
“Su majestad, está completamente…”
“A solas, he dicho”. La mirada fulminante de la Reina Athena fue suficiente para que incluso Thanos sintiera un instante de pena por el hombre. “Está suficientemente seguro dentro de esta jaula. Apresuraos con el trabajo en el patíbulo. ¡Quiero al hombre que mató a mi marido muerto!”
Thanos observó que los guardias se retiraban, bien lejos de él y de la reina. Sin duda, lejos a una distancia en la que pudieran escuchar. Thanos no tenía ninguna duda de que era intencionado.
“Yo no maté al rey”, insistió Thanos, aunque imaginaba que aquello no cambiaría para nada su situación. Sin pruebas, ¿cómo iba alguien a creerle, mucho menos la reina, a la que nunca le había gustado?
Por un instante, el gesto de la reina se quedó fijo. Thanos vio que miraba a su alrededor, casi furtivamente, como preocupada por la posibilidad de que la escucharan. En aquel instante, Thanos lo comprendió.