La fábrica mágica - Морган Райс


LA FÁBRICA MÁGICA


(OLIVER BLUE Y LA ESCUELA DE VIDENTES—LIBRO UNO)


morgan rice

Morgan Rice


Morgan Rice tiene el #1 en éxito de ventas como el autor más exitoso de USA Today con la serie de fantasía épica EL ANILLO DEL HECHICERO, compuesta de diecisiete libros; de la serie #1 en ventas EL DIARIO DEL VAMPIRO, compuesta de doce libros; de la serie #1 en ventas LA TRILOGÍA DE SUPERVIVENCIA, novela de suspense post-apocalíptica compuesta de tres libros; de la serie de fantasía épica REYES Y HECHICEROS, compuesta de seis libros; y de la nueva serie de fantasía épica DE CORONAS Y GLORIA. Los libros de Morgan están disponibles en audio y ediciones impresas y las traducciones están disponibles en más de 25 idiomas.

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Algunas opiniones sobre Morgan Rice


«Si pensaba que no quedaba una razón para vivir tras el final de la serie EL ANILLO DEL HECHICERO, se equivocaba. En EL DESPERTAR DE LOS DRAGONES Morgan Rice consigue lo que promete ser otra magnífica serie, que nos sumerge en una fantasía de trols y dragones, de valentía, honor, coraje, magia y fe en el destino. Morgan ha conseguido de nuevo producir un conjunto de personajes que nos gustarán más a cada página… Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores que disfrutan de una novela de fantasía bien escrita».

--Books and Movie Reviews

Roberto Mattos

«Una novela de fantasía llena de acción que seguro satisfará a los fans de las anteriores novelas de Morgan Rice, además de a los fans de obras como EL CICLO DEL LEGADO de Christopher Paolini… Los fans de la Ficción para Jóvenes Adultos devorarán la obra más reciente de Rice y pedirán más».

--The Wanderer, A Literary Journal (sobre El despertar de los dragones)

«Una animada fantasía que entrelaza elementos de misterio e intriga en su trama. La senda de los héroes trata sobre la forja del valor y la realización de un propósito en la vida que lleva al crecimiento, a la madurez, a la excelencia… Para aquellos que buscan aventuras fantásticas sustanciosas, los protagonistas, las estrategias y la acción proporcionan un fuerte conjunto de encuentros que se centran en la evolución de Thor desde que era un niño soñador hasta convertirse en un joven adulto que se enfrenta a probabilidades de supervivencia imposibles… Solo el comienzo de lo que promete ser una serie épica para jóvenes adultos».

--Midwest Book Review (D. Donovan, eBook Reviewer)

«EL ANILLO DEL HECHICERO tiene todos los ingredientes para ser un éxito inmediato: conspiraciones, tramas, misterio, caballeros valientes e incipientes relaciones repletas de corazones rotos, engaño y traición. Lo entretendrá durante horas y satisfará a personas de todas las edades. Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores del género fantástico».

-Books and Movie Reviews, Roberto Mattos

«En este primer libro lleno de acción de la serie de fantasía épica El anillo del hechicero (que actualmente cuenta con 14 libros), Rice presenta a los lectores al joven de 14 años Thorgrin “Thor” McLeod, cuyo sueño es alistarse en la Legión de los Plateados, los caballeros de élite que sirven al rey… La escritura de Rice es de buena calidad y el argumento intrigante».

--Publishers Weekly

Libros de Morgan Rice

OLIVER BLUE Y LA ESCUELA DE VIDENTES

LA FÁBRICA MÁGICA (Libro #1)

LA ESFERA DE KANDRA (Libro #2)

LOS OBSIDIANOS (Libro #3)

LAS CRÓNICAS DE LA INVASIÓN

TRANSMISIÓN (Libro #1)

LLEGADA (Libro #2)

ASCENSO (Libro #3)

REGRESO (Libro #4)

EL CAMINO DE ACERO

SOLO LOS DIGNOS (Libro #1)

UN TRONO PARA LAS HERMANAS

UN TRONO PARA LAS HERMANAS (Libro #1)

UNA CORTE PARA LOS LADRONES (Libro #2)

UNA CANCIÓN PARA LOS HUÉRFANOS (Libro #3)

UN CANTO FÚNEBRE PARA LOS PRÍNCIPES (Libro #4)

UNA JOYA PARA LA REALEZA (Libro #5)

UN BESO PARA LAS REINAS (Libro #6)

UNA CORONA PARA LAS ASESINAS (Libro #7)

DE CORONAS Y GLORIA

ESCLAVA, GUERRERA, REINA (Libro #1)

CANALLA, PRISIONERA, PRINCESA (Libro #2)

ESCLAVA, GUERRERA, REINA (Libro #3)

REBELDE, POBRE, REY (Libro #4)

SOLDADO, HERMANO, HECHICERO (Libro #5)

HÉROE, TRAIDORA, HIJA (Libro #6)

GOBERNANTE, RIVAL, EXILIADO (Libro #7)

VENCEDOR, DERROTADO, HIJO (Libro #8)

REYES Y HECHICEROS

EL DESPERTAR DE LOS DRAGONES (Libro #1)

EL DESPERTAR DEL VALIENTE (Libro #2)

EL PESO DEL HONOR (Libro #3)

UNA FORJA DE VALOR (Libro #4)

UN REINO DE SOMBRAS (Libro #5)

LA NOCHE DE LOS VALIENTES (Libro #6)

EL ANILLO DEL HECHICERO

LA SENDA DE LOS HÉROES (Libro #1)

UNA MARCHA DE REYES (Libro #2)

UN DESTINO DE DRAGONES (Libro #3)

UN GRITO DE HONOR (Libro #4)

UN VOTO DE GLORIA (Libro #5)

UNA POSICIÓN DE VALOR (Libro #6)

UN RITO DE ESPADAS (Libro #7)

UNA CONCESIÓN DE ARMAS (Libro #8)

UN CIELO DE HECHIZOS (Libro #9)

UN MAR DE ARMADURAS (Libro #10)

UN REINO DE ACERO (Libro #11)

UNA TIERRA DE FUEGO (Libro #12)

UN MANDATO DE REINAS (Libro #13)

UNA PROMESA DE HERMANOS (Libro #14)

UN SUEÑO DE MORTALES (Libro #15)

UNA JUSTA DE CABALLEROS (Libro #16)

EL DON DE LA BATALLA (Libro #17)

LA TRILOGÍA DE SUPERVIVENCIA

ARENA UNO: TRATANTES DE ESCLAVOS (Libro #1)

ARENA DOS (Libro #2)

ARENA TRES (Libro #3)

VAMPIRA, CAÍDA

ANTES DEL AMANECER (Libro #1)

EL DIARIO DEL VAMPIRO

TRANSFORMACIÓN (Libro #1)

AMORES (Libro #2)

TRAICIONADA(Libro #3)

DESTINADA (Libro #4)

DESEADA (Libro #5)

COMPROMETIDA (Libro #6)

JURADA (Libro #7)

ENCONTRADA (Libro #8)

RESUCITADA (Libro #9)

ANSIADA (Libro #10)

CONDENADA (Libro #11)

OBSESIONADA (Libro #12)

¿Sabías que he escrito múltiples series? ¡Si no has leído todas mis series, haz clic en la imagen de abajo para descargar el principio de una serie!



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Derechos Reservados © 2018 por Morgan Rice. Todos los derechos reservados. A excepción de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de EE.UU. de 1976, ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, distribuida o transmitida en forma o medio alguno ni almacenada en una base de datos o sistema de recuperación de información, sin la autorización previa de la autora. Este libro electrónico está disponible solamente para su disfrute personal. Este libro electrónico no puede ser revendido ni regalado a otras personas. Si desea compartir este libro con otra persona, tiene que adquirir un ejemplar adicional para cada uno. Si está leyendo este libro y no lo ha comprado, o no lo compró solamente para su uso, por favor devuélvalo y adquiera su propio ejemplar. Gracias por respetar el arduo trabajo de esta escritora. Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes, son producto de la imaginación de la autora o se utilizan de manera ficticia. Cualquier semejanza con personas reales, vivas o muertas, es totalmente una coincidencia.

ÍNDICE

CAPÍTULO UNO

CAPÍTULO DOS

CAPÍTULO TRES

CAPÍTULO CUATRO

CAPÍTULO CINCO

CAPÍTULO SEIS

CAPÍTULO SIETE

CAPÍTULO OCHO

CAPÍTULO NUEVE

CAPÍTULO DIEZ

CAPÍTULO ONCE

CAPÍTULO DOCE

CAPÍTULO TRECE

CAPÍTULO CATORCE

CAPÍTULO QUINCE

CAPÍTULO DIECISÉIS

CAPÍTULO DIECISIETE

CAPÍTULO DIECIOCHO

CAPÍTULO DIECINUEVE

CAPÍTULO VEINTE

CAPÍTULO VEINTIUNO

CAPÍTULO VEINTIDÓS

CAPÍTULO VEINTITRÉS

CAPÍTULO VEINTICUATRO

CAPÍTULO VEINTICINCO

CAPÍTULO VEINTISÉIS

CAPÍTULO VEINTISIETE

CAPÍTULO VEINTIOCHO

CAPÍTULO VEINTINUEVE

CAPÍTULO TREINTA

CAPÍTULO TREINTA Y UNO

CAPÍTULO TREINTA Y DOS

CAPÍTULO TREINTA Y TRES

CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO

CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

CAPÍTULO TREINTA Y SEIS

CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

PRIMERA PARTE

CAPÍTULO UNO

Oliver Blue echó un vistazo a la lóbrega y oscura habitación. Suspiró. Esta nueva casa era más o menos igual de mala que la última. Cogía con fuerza su única maleta.

—¿Mamá? —dijo—. ¿Papá?

Los dos se giraron para mirarlo, con sus ceños permanentemente fruncidos.

—¿Qué, Oliver? —dijo su madre, que parecía exasperada—. Si vas a decir que odias este lugar, no lo hagas. Es lo único que podemos permitirnos.

Parecía más agobiada de lo normal. Oliver apretó los labios con fuerza.

—No importa —murmuró.

Se dio la vuelta y fue hacia las escaleras. Ya oía a su hermano mayor, Chris, caminando por el piso de arriba haciendo ruido. Su insoportable hermano siempre recorría cada nueva casa con sus andares pesados para reclamar su derecho a la mejor habitación antes de que Oliver tuviera ocasión de hacerlo.

Subió cansado las escaleras, maleta en mano. En el rellano, encontró tres puertas. Detrás de una había un cuarto de baño; la siguiente daba a una habitación principal con una cama doble; y en la tercera estaba Chris despatarrado en la cama como una estrella de mar.

—¿Dónde está mi habitación? —dijo en voz alta Oliver.

Como si previera la pregunta, su madre chilló hacia la escalera.

—Solo hay una habitación. Vais a tener que compartir.

Oliver sintió un remolino de pánico en la boca del estómago. ¿Tendrían que compartir? Esa no era una palabra que Oliver se tomara bien.

Como era de esperar, Chris se levantó como un cohete. Fue a toda velocidad hacia Oliver y lo sujetó contra la pared. Oliver soltó un auuu.

—Por supuesto que no vamos a compartir —dijo Chris entre dientes—. ¡Tengo trece años y no voy a compartir habitación con un NIÑO PEQUEÑO!

—Yo no soy un niño pequeño —murmuró Oliver—. Tengo once años.

Chris lo miró con desprecio.

—Exactamente. Un mocoso. Así que baja y diles a mamá y a papá que no quieres compartir.

—Díselo tú —se quejó Oliver—. Eres tú el que tiene el problema.

Chris frunció todavía más e ceño.

—¿Y manchar mi reputación de hijo favorito? Ni hablar. Lo vas a hacer tú.

Oliver sabía que era mejor no provocar más a Chris. Su hermano podía montar en cólera por las cosas más insignificantes. A lo largo de los años teniendo la mala suerte de ser el hermano pequeño de Chris Blue, Oliver había aprendido a cómo andar con pies de plomo, a cómo evitar los cambios de humor de su hermano. Intentó hacerlo entrar en razón.

—No hay ningún otro sitio donde dormir —replicó—. ¿Dónde se supone que voy a ir?

—No es problema mío —respondió Chris, dando otro empujón a Oliver—. Por mí como si duermes en el armario de debajo del fregadero con los ratones. Pero conmigo no vas a compartir nada.

Hizo un gesto en el aire con el puño, una amenaza que no necesitaba ninguna explicación. No había nada más que decir.

Con un suspiro de resignación, Oliver recobró la compostura de la pared, aplanó su ropa arrugada y bajó las escaleras arrastrando los pies.

Su enorme hermano bajo las escaleras tras él armando un escándalo y lo empujó con un codazo al pasar.

—Oliver dijo que no compartiría —vociferó Chris al pasar.

Oliver oía que su madre, su padre y Chris empezaban a discutir en el salón sobre cómo iban a dormir. Él fue a un paso más lento, pues no deseaba para nada verse envuelto en la discusión.

Últimamente, Oliver había adquirido una estrategia de defensa para cuando estallaban las peleas y consistía en enviar su mente a un sitio diferente, una especie de mundo ideal donde todo era tranquilo y seguro, donde el único límite era su imaginación. Ahora había ido hasta allí, cerró los ojos y se imaginó a sí mismo en una enorme fábrica de ladrillos rodeado de inventos increíbles. Dragones voladores hechos de latón y cobre, enormes máquinas humeantes con engranajes giratorios. A Oliver le encantaban los inventos, por eso una gran fábrica llena de inventos mágicos era exactamente el tipo de lugar en el que deseaba poder estar, en lugar de aquí, en esta horrible casa con su horrible familia.

De repente, la voz estridente de su madre lo devolvió al mundo real.

—¡Oliver! ¿Qué es todo este lío que estás montando?

Oliver tragó saliva y bajó el último escalón. Cuando llegó al salón, los tres estaban ya juntos, con los brazos cruzados y con el mismo ceño fruncido en sus rostros.

—Sabes que solo hay dos habitaciones —dijo su padre.

—Y estás montando un escándalo diciendo que no compartirás —añadió su madre.

—¿Qué se supone que tenemos que hacer? —continuó su padre—. No tenemos dinero para que los dos tengáis una habitación.

Oliver deseaba gritarles que todo ella por culpa de Chris, pero la amenaza de daño por parte de su hermano era demasiado grande. Chris estaba allí fulminándolo con la mirada. Oliver no podía hacer nada, excepto tragarse las duras e injustas palabras de sus padres.

—¿Y? —terminó su madre—. ¿Dónde exactamente tiene pensado dormir su señoría?

Chris sonrió con aires de superioridad cuando Oliver lo miró. Hasta donde él podía ver, la zona de las escaleras tenía forma de L, con un salón que llevaba a una especie de comedor –que en realidad solo era una esquina en la que tan solo había una mesa destartalada- y justo al lado una cocina. Allí abajo no había otra habitación, tan solo un espacio sin paredes.

Oliver no podía creer lo que estaba pasando. Todas sus casas habían sido horribles, pero al menos había tenido una habitación.

Oliver vio que había una ligera hendidura detrás de él, quizá de alguna chimenea que habían quitado años atrás. Era poco más que un hueco, pero ¿qué otra opción había? ¡Iba a tener que dormir en un rincón! ¿Sin ningún tipo de intimidad!

¿Y qué pasaba con todos sus inventos secretos, en los que trabajaba por las noches cuando nadie le miraba? Sabía que si Chris descubría lo que estaba haciendo se lo estropearía. Seguramente los pisotearía hasta convertirlos en polvo. Sin una habitación propia y algún lugar donde guardar todos sus chismes secretos, ¡Oliver no iba a poder trabajar en ellos en absoluto!

Oliver se planteó de verdad el armario de la cocina, preguntándose si realmente podría ser mejor. Pero decidió que sería igual de malo que los ratones mordisquearan sus inventos como que Chris los pisoteara. Así que decidió que, con un poco de imaginación –una cortina, una estantería, unas luces, cosas de estas- el hueco casi podría ser un poco como una habitación.

—Allí —dijo Oliver en voz baja, señalando hacia el hueco.

—¿Allí? —exclamó su madre.

Chris soltó una de sus risas entre ladrido y risa. Oliver lo miró con furia. Su padre solo chasqueó la lengua y negó con la cabeza.

—Es un niño raro —dijo frívolamente, a nadie en particular. Entonces soltó un suspiro exagerado, como si todo este altercado fuera muy engorroso para él—. Pero si quiere dormir en la esquina, que duerma en la esquina. Yo ya no sé qué hacer con él.

—Vale —dijo su madre, exasperada—. Tienes razón. Cada vez se vuelve más raro.

Los tres se dieron la vuelta y se dirigieron hacia la cocina. Chris miró a Oliver por encima del hombro y susurró:

—Friqui.

Oliver respiró profundamente. Fue andando hacia el hueco y colocó maleta en el suelo junto a sus pies. No tenía un lugar en el que poner su ropa; ni estanterías ni cajones, y no había prácticamente espacio para meter su cama –suponiendo que sus padres le dieran una cama. Pero se las arreglaría. Podía colgar una cortina para tener intimidad, hacer algunas estanterías de madera y construir un cajón extraíble para debajo de su cama –la cama que esperaba tener- para que por lo menos hubiera un lugar seguro en el que guardar sus inventos.

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