Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк 15 стр.


Cuando la chica vivia habia ido haciendo un libro de recortes en el que pegaba las noticias necrologicas y los accidentes y los casos de sufrimientos pacientes que habian ido saliendo en el

, con poesias que le habian inspirado y que ella escribia con su propia imaginacion. Eran unas poesias muy buenas. Esta es la que escribio sobre un chico que se llamaba Stephen Dowling Bots, que se cayo a un pozo y se ahogo:

ODA A STEPHEN DOWLING BOTS, DIFUNTO

?Fue Stephen y enfermo?

?De eso Stephen se murio?

?Padecio su corazon?

?La gente se entristecio?

No; no fue ese el destino

de Stephen Dowling Bots;

aunque su triste muerte a muchos nos afligio,

no fue la enfermedad la que se lo llevo.

No fue la tos ferina la que nos lo arrebato,

tampoco fue el culpable el horrible sarampion;

ninguno de ellos doblego

a Stephen Dowling Bots.

Tampoco fue la pena de un no compartido amor

la que arrugara su frente de rabia y de dolor;

no fueron las angustias de la mala digestion

las que acabaron por siempre con Stephen Dowling Bots.

?Ay, no! Escuchad atentos, tan llorosos como yo,

el horrible destino que aquel pobre sufrio.

Como su alma el mundo frio y triste abandono

porque nuestro muchacho a hondo pozo se cayo.

En seguida acudieron a vaciarle el pulmon,

mas era ya muy tarde, ay, para el pobre corazon;

su alma se elevaba en tres nubes de algodon

adonde se celebra la celestial Reunion.

Si Emmeline Grangerford era capaz de escribir poesias asi antes de cumplir los catorce anos, Dios sabe lo que podria haber hecho con el tiempo. Buck decia que le salia la poesia con toda la facilidad. Ni siquiera tenia que pararse a pensar. Decia que escribia una linea y si no encontraba nada que rimase la tachaba y escribia otra y seguia adelante. No era nada exigente; podia escribir de cualquier cosa que le diera uno como tema, con tal de que fuera triste. Cada vez que se moria un hombre, o una mujer, o un nino, alli estaba ella con su «homenaje» antes de que se hubiera enfriado el cadaver. Los llamaba homenajes. Los vecinos decian que primero llegaba el medico, despues Emmeline y despues el de la funeraria; el de la funeraria nunca se le adelanto a Emmeline mas que una vez, y fue porque ella no encontro forma de rimar con el nombre de alguien que se llamaba Whistler. A partir de entonces nunca volvio a ser la misma; nunca se quejo, pero empezo a ponerse melancolica y ya no vivio mucho tiempo. Pobrecita; yo subia muchas veces al cuartito que habia sido el suyo y sacaba su pobre cuaderno de recortes y lo iba leyendo cuando sus cuadros me habian irritado y me sentia un poco enfadado con ella. Me gustaba toda aquella familia, los muertos y todo, y no iba a dejar que nada se interpusiera entre nosotros. La pobre Emmeline escribia poesias de todos los muertos cuando ella estaba viva y no me parecia bien que no hubiese nadie que le escribiese una ahora que se habia muerto ella; asi que trate de escribirle una o dos, pero no se por que no me salian. Siempre tenian el cuarto de Emmeline ordenado y limpio, con todas las cosas exactamente como le gustaban a ella cuando estaba viva, y alli nunca dormia nadie. La senora vieja se encargaba ella misma del cuarto, aunque habia muchos negros, y se pasaba muchos ratos cosiendo y leyendo la Biblia, sobre todo.

Bueno, como iba diciendo del salon, en las ventanas habia unas cortinas muy bonitas: blancas, con pinturas de castillos con hiedras por todas las murallas y ganado que iba a beber. Tambien habia un piano pequeno y viejo que sonaba como una carraca, y pasabamos unos ratos estupendos cuando las senoras jovenes cantaban «El ultimo vinculo se ha roto» y tocaban en el «La batalla de Praga». Todas las habitaciones tenian las paredes enyesadas y casi todas tenian alfombras, y toda la casa estaba encalada por fuera.

Era una casa doble, y el gran espacio abierto entre las dos partes tenia techo y estaba ensolado; a veces ponian alli la mesa al mediodia y era un sitio fresco y agradable. Era lo mejor del mundo. ?Y encima guisaban muy bien y habia montones de todo!

El coronel Grangerford era un caballero, ?comprendeis? Era un caballero en todo, y lo mismo pasaba con su familia. Era de buena cuna, como dicen, y eso vale tanto en un hombre como en un caballo, como decia la viuda Douglas, y nadie ha negado que ella era de la primera aristocracia de nuestro pueblo, y padre siempre lo decia, tambien, aunque lo que es el no era de mejor familia que un gato callejero. El coronel Grangerford era muy alto y delgado y tenia la piel de un color moreno palido, sin una sola mancha roja; todas las mananas se afeitaba la cara entera, que tenia muy delgada, igual que los labios y las ventanillas de la nariz; tenia la nariz muy alta y unas cejas pobladas y ojos negrisimos, tan hundidos que parecia, como si dijeramos, que le miraba a uno desde el fondo de una caverna. Tenia la frente despejada y el pelo canoso y liso, que le llegaba hasta los hombros. Tenia las manos largas y delgadas, y todos los dias se ponia una camisa limpia y un terno entero de lino tan blanco que dolian los ojos al mirarlo, y los domingos, una levita azul con botones de cobre. Llevaba un baston de caoba con pomo de plata. No era nada frivolo, ni un pelo, y nunca gritaba. Era de lo mas amable y se notaba, de forma que se fiaba uno de el. A veces sonreia y daba gusto verlo, pero cuando se ponia tieso como un mastil de bandera y empezaba a echar relampagos por los

Cuando el y la senora anciana bajaban por la manana, toda la familia se levantaba de las sillas para darles los buenos dias y no volvia a sentarse hasta que sentaban ellos. Despues Tom y Bob iban al aparador donde estaba el frasco de cristal y servian una copa de licor de hierbas y se lo daban, y el se quedaba con la copa en la mano, esperando hasta que Tom y Bob se servian la suya, y ellos hacian una reverencia y decian: «A la salud de ustedes, senor y senora», y ellos se inclinaban tambien una chispa y daban las gracias y bebian los tres, y Tom y Bob echaban una cucharada de agua en el azucar y el poco de whisky o de licor de manzana que quedaba en el fondo de sus copas y nos lo daban a mi y a Buck, y nosotros tambien bebiamos a la salud de los mayores.

Bob era el mayor y despues venia Tom: dos hombres altos y guapos con hombros muy anchos y caras curtidas, pelo negro largo y ojos negros. Iban vestidos de lino blanco de la cabeza a los pies, igual que el anciano caballero, y llevaban sombreros anchos de Panama.

Despues venia la senorita Charlotte; tenia veinticinco anos y era alta, orgullosa y estupenda, pero buenisima cuando no estaba enfadada; aunque cuando lo estaba echaba unas miradas que le dejaban a uno helado, igual que su padre. Era guapisima.

Tambien lo era su hermana, la senorita Sophia, pero de tipo distinto. Era tranquila y pacifica como una paloma, y solo tenia veinte anos.

Cada persona tenia su propio negro para servirla, y Buck tambien. Mi negro se lo pasaba la mar de bien, porque yo no estaba acostumbrado a que nadie me hiciera las cosas, pero el de Buck se pasaba el tiempo corriendo de un lado para otro.

Esa era la familia que quedaba, pero antes eran mas: tres hijos a los que habian matado y Emmeline, que habia muerto.

El anciano caballero tenia un monton de granjas y mas de cien negros. A veces llegaba un monton de gente a caballo, de diez o quince millas a la redonda, y se quedaban cinco o seis dias, todo el tiempo divirtiendose en el rio o al lado, con bailes y picnics en los bosques durante el dia y bailes en la casa por la noche. Casi todos eran parientes de la familia. Los hombres llegaban con sus armas. Os aseguro que aquella si que era gente distinguida.

Por alli cerca habia otro clan de aristocratas —cinco o seis familias— casi todos ellos llamados Shepherdson. Eran de tan buena cuna y tan finos, ricos y grandiosos como la tribu de los Grangerford. Los Shepherdson y los Grangerford utilizaban el mismo embarcadero, que estaba unas dos millas rio arriba de nuestra casa, de forma que a veces cuando yo iba alli con muchos de los nuestros veia a un monton de Shepherdson que ya habian llegado con sus caballos de raza.

Un dia Buck y yo estabamos en el bosque de caza y oimos que llegaba un caballo. Estabamos cruzando el camino, y Buck va y grita:

—?Rapido! ?Correa los arboles!

Nos echamos a correr y despues miramos entre las hojas de los arboles. En seguida llego un joven esplendido galopando por el camino, muy aplomado en la silla y con aire de soldado. Llevaba la escopeta cruzada encima del pomo de la silla. Ya lo habia visto antes. Era el joven Harney Shepherdson. Oi que Buck disparaba la escopeta junto a mi oreja y a Harney se le cayo el sombrero de la cabeza. Agarro su arma y fue derecho adonde estabamos escondidos nosotros. Pero no esperamos. Echamos a correr por el bosque. El bosque no era muy poblado, asi que mire por encima del hombro por si disparaba, y dos veces vi que Harney cubria a Buck con la escopeta y despues daba la vuelta, supongo que para recoger el sombrero, pero no lo pude ver. No dejamos de correr hasta que llegamos a casa. Al anciano le relampaguearon los ojos un minuto —creo que sobre todo de placer— y despues suavizo algo el gesto y dijo con voz amable:

—No me gusta que hayas disparado desde detras de un arbol. ?Por que no saliste al camino, hijo?

—Los Shepherdson no lo hacen, padre. Siempre se aprovechan.

La senorita Charlotte habia mantenido la cabeza alta como una reina mientras Buck contaba su historia, con las aletas de la nariz muy abiertas, y ahora parpadeo. Los dos hombres mas jovenes tenian aire sombrio, pero no dijeron nada. La senorita Sophia palidecio, pero recupero el color cuando se entero de que el hombre no estaba herido.

En cuanto pude llevarme a Buck donde se guardaba el maiz y estabamos solos bajo los arboles le pregunte:

—?Querias matarlo, Buck?

—Hombre, claro que si.

—?Que te habia hecho?

—?El? Nunca me ha hecho nada.

—Bueno, entonces, Buck, ?por que querias matarlo?

—Pues por nada, no es mas que por la venganza de sangre.

—?Que es una venganza de sangre?

—Pero, ?donde te has criado? ?No sabes lo que es una venganza de sangre?

—Nunca habia oido hablar de eso… dime lo que es.

—Bueno —dijo Buck—, una venganza de sangre es algo asi: un hombre se pelea con otro y le mata, entonces el hermano de ese otro lo mata a el; despues los demas hermanos de cada familia se van buscando unos a otros, despues entran los primos y al cabo de un tiempo han muerto todos y se acabo la venganza de sangre. Pero es como muy lento y lleva mucho tiempo.

—?Y esta dura desde hace mucho tiempo, Buck?

—?Pues claro! Empezo hace treinta anos o asi. Hubo una pelea por algo y despues un pleito para solucionarla, y el pleito lo gano uno de los hombres, asi que el otro fue y mato al que lo habia ganado, que es naturalmente lo que tenia que hacer, por supuesto. Lo que haria cualquiera.

—Y, ?cual fue el problema, Buck? ?Fue por tierras?

—Supongo que seria… no lo se.

—Bueno, ?quien mato a quien? ?Fue un Grangerford o un Shepherdson?

—?Como diablo voy a saberlo yo? Fue hace mucho tiempo.

—?No lo sabe nadie?

—Ah, si, padre lo sabe, supongo, y alguno de los otros viejos; pero ya no saben por que fue la primera pelea.

—?Ha habido muchos muertos, Buck?

—Si; ha habido muchos funerales. Pero no siempre matan. Padre lleva algo de metralla dentro, pero no le importa porque de todos modos no pesa mucho. Bob tiene uno o dos tajos de cuchillo de caza y a Tom lo han herido una o dos veces.

—?Ha muerto alguien ya este ano, Buck?

—Si; nosotros nos apuntamos uno y ellos otro. Hace unos tres meses mi primo Bud, que tenia catorce anos. Iba por el bosque del otro lado del rio y no llevaba armas, lo que es una estupidez, y cuando estaba en un sitio solitario oyo un caballo que venia por detras y vio al viejo Baldy Shepherdson que le perseguia con la escopeta en la mano y el pelo blanco flotando al viento, y en lugar de saltar del caballo y echarse a correr, Bud se creyo que podia ir mas rapido, asi que la persecucion continuo cinco millas o mas y el viejo ganaba cada vez mas terreno; al final Bud vio que no merecia la pena y se paro y le hizo cara para que las heridas fueran de frente, ya sabes, y el viejo lo alcanzo y lo mato. Pero no tuvo mucho tiempo para disfrutar con su suerte, porque en menos de una semana los nuestros lo mataron a el.

—Para mi que ese viejo era un cobarde, Buck.

—Pues para mi que no era un cobarde. Ni mucho menos. No hay ni un solo Shepherdson que sea un cobarde; ni uno. Ni tampoco hay un solo Grangerford que sea un cobarde. Pero si una vez aquel viejo aguanto solo una pelea de media hora contra tres Grangerford y vencio el. Estaban todos a caballo; el se apeo y se parapeto tras unas maderas y puso el caballo delante para que le dieran a el las balas; pero los Grangerford siguieron a caballo dando vueltas al viejo y disparandole y el disparandolos a ellos. El y su caballo volvieron a casa bastante fastidiados y agujereados, pero a los Grangerford hubo que llevarlos a casa, uno de ellos muerto, y otro murio al dia siguiente. No, senor; si alguien anda buscando cobardes, que no pierda el tiempo con los Shepherdson, porque ellos no crian de eso.

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