KATHY LEE ENTRA EN ESCENA
Una vez terminada la conferencia en Brisbane, Australia, salgo del auditorio para firmar los ejemplares del libro. Como es un bello atardecer, los organizadores colocaron la mesa de autógrafos en la parte de afuera de donde se encuentra ubicada la biblioteca.
Las personas se aproximan, conversan, y -aún estando tan lejos de casa-no me siento un extranjero: mis libros llegaron antes que yo, mostraron mis emociones y sentimientos.
De repente, una joven de veintidós años se aproxima, se adelanta en la fila de autógrafos y me encara:
– Llegué tarde a la conferencia -dice. -Pero me gustaría decirle algunas cosas importantes.
– Va a ser imposible -le respondo. -Debo quedarme firmando libros más de una hora, y después tengo una comida.
– No va a ser imposible -me responde. Mi nombre es Kerry Lee Olditch. Lo que tengo que decirle puedo hacerlo aquí y ahora, mientras usted firma.
Y antes que pueda yo reaccionar, saca de su mochila un violín, y comienza a tocar.
Yo continúo firmando durante más de una hora, al son de la música de Kerry Lee. Las personas no se van -se quedan para asistir a ese concierto inesperado, a contemplar la puesta del sol, entendiendo lo que ella quiere decirme, y que estaba siendo dicho.
Cuando termino, ella deja de tocar. No hay aplausos, nada -apenas un silencio casi palpable.
– Muchas gracias -digo yo.
– Todo en esta vida es cuestión de dividir almas -responde Kerry Lee.
Y así como llegó, se fue.
CÓMO MANTENER EL INFIERNO LLENO
Cuenta una leyenda tradicional que cuando el Hijo de Dios expiró en la cruz, fue directamente al infierno para salvar a los pecadores.
El diablo se puso muy triste.
– Ya no tengo nada que hacer en este universo -dijo Satanás. -¡A partir de ahora, todos los marginados, los que transgreden los preceptos, los que cometen adulterio, los que no respetan las leyes religiosas, todos éstos serán enviados directamente al Paraíso!
Jesús lo miró y sonrió:
– No te preocupes -le dijo al pobre diablo. -Vendrán para acá todos aquellos que por creerse llenos de virtudes viven condenando a quienes no siguen mi palabra. ¡Espera unos cientos de años y verás que el infierno estará más lleno que antes!