Ah, muy bien. Tenemos una chica verdaderamente preparada en esta clase. Gervasi, viendo que sabe todo, venga aquí a traducir el resto de la versión.
Pallina sintiéndose culpable interrumpe a la Giacci.
Profesora, lo siento, es mi culpa, yo fui la que pidió las explicaciones.
Muy bien Lombardi, lo aprecio. Es muy noble de su parte. Nadie le discute que no sabia absolutamente nada. Pero ahora quiero escuchar a Gervasi. Venga, venga por favor.
Babi se alza pero se mantiene en su puesto.
Profesora, no estoy preparada.
Esta bien, vengase igual, venga.
No veo porque debería ir allá a decirle la misma cosa. No estoy preparada. Me disculpa, no pude estudiar. Pongame un nota que no preparada.
Buenisimo entonces le pondré dos, esta feliz?
Casi como la Catinelli cuando raspa en las versiones! En la clase todos ríen. La Giacci bate la mano en el registro.
Silencio. Gervasi traiga el diario: quiero ver si será feliz también de la nota que deberá hacer firmar. Y sobretodo me hará saber que tan feliz será su madre. Babi lleva el diario a la profesora que escribe algo veloz y con rabia. Después cierra el diario y se lo devuelve.
Mañana lo quiero ver firmado. Babi piensa que hay cosas peores en la vida, pero quizás es mejor no darle mucha publicidad a ese pensamiento. Regresa en silencio a su puesto. Silvia Festa logra un cinco. Es demasiado para su pobre interrogación. Pero quizás fueron premiadas las excusas. También en esas debe tratar de mejorar. Con todos esos inventos tarde o temprano su mama morirá.
Pallina regresa al pupitre con un bello cuatro, que de noble no tiene nada. La Giannetti logra tener por un pelo la suficiencia. La Giacci escribiendo su nota le dedica también un proverbio latino. La Giannetti hace una mueca extraña disculpándose por no saber bien que decir. En realidad, no ha entendido nada. Mas tarde, su compañera de pupitre, la Catinelli, le traduce eso también. Es la historia macabra de uno con un solo ojo que es feliz de vivir en un lugar llego de ciegos. Babi abre el diario. Va al final, en las últimas páginas. Cerca al elenco alfabético de sus compañeras ha puesto las hojas donde marca todas las que han sido interrogadas. Pone las ultimas rayas en la hoja de latino a Giannetti, Lombardi y Festa. Con la de Silvia termina el segundo giro de interrogaciones. Después Babi mete una raya cerca de su nombre. La primera interrogada del nuevo ciclo. Nada mal comenzar con un dos. Por suerte las otras notas son altas. El promedio de matemática le da todavía un seis. Cierra el diario. Una compañera de la fila lateral le lanza un papelito a su pupitre. Babi lo esconde rápido. La Giacci esta eligiendo la nueva versión para la próxima semana. Babi lee el papel.
Increíble! Fuertísimo! Estoy orgullosa de tener una amiga así. Eres la mejor. P.
Babi sonríe, entiende rápido por que esta la P. Gira hacia Pallina y la mira. Es muy simpática. Mete el papel en el diario. De repente se recuerda de la nota. Va rápido a leerla.
A la gentil señora Gervasi. Su hija ha venido a la lección de latín completamente no preparada. Como si no bastara, al ser interrogada, ha respondido de forma impertinente. Deseo hacerle saber de su comportamiento. Cordialmente, profesora A. Giacci.
Babi cierra el diario. Mira a la profesora. Es de verdad una idiota. Después piensa en su madre. Una nota, probablemente la castigara. Le dará un sermón largísimo. Y quien sabe que otra cosa. De una cosa esta segura. Su mama no le dirá Fuerte Babi, eres la mejor.
Un perro lobo corre veloz en la playa con un bastón en la boca. Dobla las piernas y rápido la regresa, casi deslizando en la arena, alzándose entre las olas de la orilla. Alcanza a Step. Se deja quitar el bastón de la boca babeando un poco. Después se acuesta, con la cabeza doblada entre las piernas delanteras, unidas, cercanas al suelo. Step hace como si fuera a tirar el bastón a la derecha. El perro se pone atento, pero después se da cuenta que seria inútil. Step lo engaña de nuevo.
Al final lanza el bastón lejos, en el agua. El perro sale. Se lanza al mar sin dudas. Con la cabeza alzada avanza entre cualquier pequeña onda y leves corrientes. El pedazo de madera flota un poco mas allá. Step se sienta a mirar. Es un bello día. No hay nadie todavía. De repente, un fuerte sonido. Una gran luz. El perro desaparece. El agua también, el mar, las montañas lejanas, las colinas a la derecha, la arena.
Que rayos sucede?
Step gira en la cama cubriéndose la cara con la almohada.
Que coño es esta invasión? Pollo después de subir las persianas abre la ventana.
Mama mía, que olor! Mejor que abramos un poco. Ten, te trajo sándwiches. Pollo lanza la bolsa verde que dice Euclide en la cama. Step se alza y se estira un poco.
Quien te abrió, Maria?
Si, esta haciendo el café.
Pero que hora es?
Las diez.
Step finalmente se para de la cama.
Pero no me podías dejar dormir un poco mas?
Step va al baño. Agarra la tapa del inodoro que lanza contra la cerámica haciendo un rumor seco. En el cuarto, Pollo abre el periódico Corriere dello Sport y alza un poco la voz.
Me debes acompañar a retirar la moto donde Sergio. Me ha llamado diciendo que esta lista. Ah, has visto que la Lazio ha confirmado a Stani, el defensor del Manchester. Muy bueno ese Jaap.
Pollo comienza a leer un articulo, después, sintiendo que Step no termina:
Pero que, te bebiste un río?
Step presiona la manija para bajarla.
Regresa en el cuarto, agarrando el paquete de Euclide.
Te lo justifico solo porque llegaste con estos.
Después va a la cocina seguido por Pollo. La cafetera humeando fue puesta en una tabla de madera. Cerca esta una jarra con la leche calentada y un cartón normal azul con leche fría entera.
Maria, la señora de la limpieza, es una pequeña mujer de casi cincuenta años. Sale de la cuartito cerca donde apenas ha terminado de planchar.
Maria ves a este? Step indica a Pollo. Cualquiera que haga o diga, en esta casa el no debe entrar antes de las once. Maria lo mira un poco preocupada.
Le he dicho que usted quería dormir. Pero sabe que me respondió? Que si no abría derribaba la puerta. Step mira a Pollo.
Le has dicho así a Maria?
Bueno de verdad Pollo sonríe. Step finge estar molesto.
Le has dicho eso? Me asustas a Maria? Step agarra en el aire el cuello de Pollo llevándoselo debajo del brazo e inmovilizándole la cabeza. Le has dicho así, eh? Haces de nazi aquí en mi casa y te buscas problemas. Agarra la llama de la leche hirviente y se la acerca a la cara.
Pollo siente el calor y grita exagerando. Ay Step, quema anda coño, me duele. Step lo aprieta un poco mas.
Ah, dices puras groserías, ahora estas loco. Dile disculpas a Maria rápido. Adelante, pidele perdón. Maria mira preocupada la escena. Step avecina aun mas la llama a la cara de Pollo.
Ay, me quemaste. Discúlpame Maria, disculpa. Maria se siente culpable de todo lo que esta sucediendo.
Step déjalo. Me equivoque. No dijo que tiraba la puerta. Soy yo la que entendió mal. Eso, dijo que pasaba mas tarde. Si, ahora recuerdo, ha dicho justo así. Step suelta a Pollo. Los dos amigos se miran. Después comienzan a reír. Maria los ve sin entender muy bien. A un cierto punto Step para.
Esta bien Maria. Gracias. Este tipo necesitaba una lección. Puedes ir para allá. Veras que de hoy en adelante se comportara mejor.
Maria mira arrepentida a Pollo. Con un guiño trata de hacerle entender que no quería que llegara a tanto. Después agarra las cosas apenas planchadas y las lleva hacia los cuartos. Step divertido la mira alejarse. Después se voltea donde Pollo. Pero que, eres tonto? Me aterrorizas a la camarera?
Pero ella no me quería abrir.
Bueno, tu pides por favor no? Que haces, le dices que vas a tumbar la puerta? La próxima vez te quemo en serio esa cara que tienes.
Entonces déjame las llaves, no?
Si, para cuando no este me pules la casa.
Que, estas bromeando? De verdad piensas que podría hacer una cosa así?
No, la verdad no. Lo dudo pero es mejor no darte la posibilidad.
Que infame eres, regrésame rápido mis sándwiches.
Step sonríe y desaparece uno inmediatamente devorándolo. Pollo abre el periódico y se hace el ofendido. Step se sirve el café. Después le echa café caliente y un poco del frió. Después mira a Pollo. Quieres un poco de café?
Si, gracias. Responde con seriedad. No esta todavía dispuesto a ceder del todo. Step le echa un poco en una taza.
Anda, me baño y te acompaño a buscar la moto. Pollo bebe un poco del café.
Hay solo un pequeño problema. Me faltan doscientos euros.
Pero como, con todas las cosas que agarraste anoche?
Tenia un saco de deudas. Debí pagar la comida, la tintorería y después debía restituirle dinero a Furio, el del Toto.
Como carajo juegas siempre en el Toto Nero si no tienes nunca un euro.
Es por eso, tengo a la suerte. Aunque guarde ciento cincuenta euros para la moto, Sergio llamo y dijo que tuvo que cambiar el otro pistón, cojines y el resto. Después cambio de aceite completo y otras cosas que no recuerdo. Moraleja: cuatrocientos euros. La moto me sirve. Esta noche es la carrera, debería subirla al menos a cien. Tu que haces, vienes?
No lo se. Mientras tanto busquemos doscientos euros.
Ya. Sino no se va a ninguna parte.
Tu no vas a ninguna parte. Step le sonríe, después va al cuarto de Paolo, su hermano. Comienza a hurgar en las chaquetas. Abre las gavetas del armario. Después pasa a las mesitas de noche. Pollo esta en la puerta y lo ve. Mira alrededor. Step se da cuenta.
Que rayos haces ahí parado. Te la das de palo en mi casa? Dale, dame una mano.
Pollo no se lo hace repetir dos veces. Va hacia la otra parte de la cama. Abre la gaveta de la otra mesita de noche.
Tipo prudente tu hermano, no? Pollo mira a Step. Tiene en la mano una caja de condones y una sonrisa estupida en la cara.
Muy prudente! Tan prudente que no deja mas ni medio euro olvidado.
Bueno, tendría razones. Después de todas las veces que lo limpiamos Pollo se mete tres preservativos en el bolsillo antes de regresar la caja a su lugar. Es optimista. Step trata de conseguir algún escondite posible.
Nada que hacer, no hay nada por ningún lado. Yo no tengo ni un euro para prestarte. Por la puerta pasa Maria con algunas camisetas y suéteres de Step en la mano derecha y camisas de Paolo perfectamente planchadas en la izquierda.
Pollo le indica con la cabeza. Y a ella? Podemos pedirle?
Pero como! Le debo todavía el dinero de los periódicos de la semana pasada.
Entonces como hacemos?
Estoy pensando. El Siciliano y los demás son mas pobres que nosotros, así que ni hablar. Mi mama esta de viaje.
A donde?
A las islas canarias creo, o a Seychelles. Igual si estuviera aquí no seria el caso. Pollo asiente. Sabe perfectamente como es la relación de Step con su mama.
Y tu padre? No te los puede prestar? Step agarra una camisa apenas planchada y la lanza en la cama donde ya ha preparado los boxers y los jeans.
Si, voy hoy a comer con el. Me ha llamado ayer diciendo que debe hablar conmigo. Ya se que me va a decir. Me preguntara que intención tengo acerca de la universidad y el resto. Y yo que hago? En vez de responderle le digo: papa dame doscientos euros que debo retirar la moto de Pollo, eh? Diría que no. Maria! La mujer aparece en la puerta. Disculpa, donde esta la chaqueta azul oscuro?
Cual, Stefano?
Es como aquella verde militar, solo que azul marino, la compre el otro día. Es como la de los policias.
Ah, ya se cual es, la metí en el armario de su hermano. Pensé que era suyo. Step sonríe. Paolo con una chaqueta del genero. Seria todo un show. El y su ropa. Step va al corredor. Abre el armario. Ahí esta su chaqueta. Fácil de encontrar. Es el único entre tantas chaquetas a cuadros y trajes grises.
Step se aprovecha y comienza a revisar la ropa del hermano, nada que hacer. Después regresa al cuarto. Pollo esta en su cama. Tiene la billetera abierta. Revisa sus finanzas esperando un milagro que no le llego. Lo cierra disgustado. Entonces?
Se feliz. He conseguido la solución.
Y esa seria?
El dinero me lo dará mi hermano.
Y porque debería dártelos?
Porque lo chantajeare
Pollo esta mas tranquilo. Ah, claro! Lógicamente para el, chantajear a un hermano es la cosa mas natural del mundo. Al final se arrepiente ser hijo único.
Paolo, el hermano de Step, esta en su oficina. Vestido elegantemente, sentado en un escritorio, revisando algunas cuentas del señor Forte, uno de los clientes mas importantes de la agencia de finanzas. Paolo ha estudiado en la Bocconi. Graduado con honores, regreso de Milán y consiguió rápido un optimo puesto como agente financiero. No para nada es un Bocconiano. En realidad, el padre con todos sus contactos, lo recomendó. Pero mantener el puesto y tener el aprecio de todo el piso lo logro por su cuenta. Es también cierto que en esa agencia nunca han repudiado a alguien.
Una joven secretaria con una camisa de seda color crema, quizás un poco muy transparente para ese mundo de tasas y fiscales, donde la transparencia no es algo visto diariamente, entra en la oficina de Paolo.
Doctor?
Si, dígame. Paolo deja de revisar las cartas para dedicarse enteramente al sostén de la secretaria y rápido después a eso que tiene que decirle.
Esta su hermano con un amigo. Lo dejo entrar?
Paolo no da tiempo a inventar una excusa. Step y Pollo entran en su oficina.
Claro que me deja entrar. Coño, soy su hermano! Sangre de su sangre, señorita. Nosotros nos dividimos todo. Ha entendido? Todo. Step toca el brazo de la secretaria insinuando así a la eventual pero remota posibilidad que a Paolo esa joven y bella muchacha aparte de papeles y lista de llamadas le este pasando otra cosa. Entonces aquí yo puedo entrar siempre, verdad Pa?
Paolo asienta.
Cierto. La secretaria mira a Step, estando habituada a tratar con señores mas ancianos y con corbata, lo trata con respeto.
Disculpe, no lo sabia.
Bien, ahora lo sabes. Step le sonríe. La secretaria se mira el brazo agarrado por Step.
Puedo irme ahora?
Paolo, que gracias a los nuevos lentes no se había dado cuenta de nada, le da el permiso. Claro, gracias, puede irse señorita.
Quedando solos, Pollo y Step se sientan en dos poltronas giratorias de piel enfrente al escritorio de Paolo. Step se agarra duro. Después da un empujón con el pie.
Elijes bien tus secretarias. Step da un giro completo y vuelve de frente con el hermano. Di la verdad, te la agarraste no? O lo hiciste o has estado tentado a hacerlo y ella no. En este caso, deberías despedirla, que importa.
Paolo lo mira molesto. Step, es posible que te deba repetir siempre lo mismo? Cuando vienes acá podrías decir menos groserías, hacer menos alboroto? Aquí yo trabajo. Todos me conocen.
Porque, que hice? He hecho algo Pollo? Dile tu que yo no he hecho nada.
Pollo mira a Pollo tratando de hacer la cara mas convincente que pudiera. Es cierto, no ha hecho nada.
Paolo suspira.
Es inútil hablar con ustedes dos, es fatiga gastada. Como anoche. Te he pedido miles de veces que cuando regreses tarde vayas lento, y tu nada. Siempre haces un gran alboroto.
No Pa, disculpa. Ayer regrese y tenia hambre. Que hacia, no comía? Me prepare un bistec nada mas.
Paolo le da una sonrisa irónica a su hermano.
No es que no quiera que no comas. El problema es como lo haces, como haces todo siempre haciendo ruido, batiendo las puertas, el refrigerador, despreocupado del hecho que soy yo el que duerme, que me debo parar temprano! Y a ti que te importa? Te paras cuando te parece saliendo del tema, se que hoy vas a comer con papa.
Step se sienta mejor.
Si, porque? Han hablado de mi?
No, me lo dijo hoy. Me llamo antes. Imaginate de que hablaríamos de ti, yo no se nada de ti ahora. Paolo mira mejor a su hermano. Solo se que te vistes siempre mal, con esas chaquetas oscuras, los jeans, los zapatos deportivos. Pareces el propio gangster.
Pero yo soy un gangster.
Step, deja tus idioteces. Ahora porque viniste acá? En serio hay algún problema?
Step mira a Pollo, después al hermano.
Ningun problema, pero me debes dar trescientos euros.
Trescientos euros? Pero que, estas loco? Y que, yo el dinero lo consigo así rápido?
Esta bien, entonces doscientos.
Ni hablar, no te doy nada.
Ah si? Step se inclina hacia su escritorio. Paolo asustado se echa para atrás. Step le sonríe. Hey hermano, calma, nunca te haría nada, lo sabes. Después descuelga el intercomunicador conectado con la secretaria. Señorita, puede venir un momento?
La secretaria no le hace caso a la diferencia de voces.
Voy rápido.
Step se sienta cómodo en el sofá, después sonríe a Paolo.
Entonces querido hermanito, si no me das rápido los doscientos euros, cuando llegue tu secretaria yo le quitare la ropa interior.
Que? Paolo no tiene tiempo de decir algo mas. La puerta se abre. La secretaria entra.
Si, doctor?
Paolo trata de salvarse. Nada señorita, puede irse. Step se alza.
No, señorita, disculpe, espere un momento. Step va cerca de la secretaria. La chica se queda mirando a todos los tres en silencio sin entender bien que hacer. Esa situación es un poco diferente a esas labores que debe siempre realizar. La secretaria mira interrogativa a Step.
Que sucede? Step la mira sonriente.
Quisiera saber cuanto cuestan la ropa intima que lleva puesta
La secretaria lo mira apenada. Pero la verdad
Paolo se levanta.
Step ahora basta! Señorita se puede ir Step la aguanta con un brazo.
Espere solo un segundo, disculpe. Paolo? Dale a Pollo eso que debes y después la señorita se podrá ir! Paolo agarra la billetera del bolsillo interno de la chaqueta, saca algunos billetes de cincuenta euros y se los pone con rabia en la mano a Pollo. El los cuenta, le hace una señal a Step que todo esta bien. Step deja ir la secretaria sonriéndole Gracias señorita, es lo máximo de la eficiencia. Sin usted no hubiéramos sabido que hacer.
La secretaria se aleja molesta. No es completamente estupida, y sobretodo no la divierte para nada ir diciendo cuando cuesta su lencería intima. Paolo se levanta de la silla y le da la vuelta al escritorio.
Bueno, ya tienen el dinero. Ahora fuera de aquí que me molestaron. Hace por empujarlos pero después lo piensa. Es mejor golpearlos verbalmente. Step, continua así, terminaras en problemas como siempre.
Step mira al hermano. Bromeas? Que problemas? Yo no estoy nunca en problemas. Yo y los problemas somos dos cosas que nunca nos hemos encontrado. El dinero se lo debo prestar a un amigo mío, uno que tiene un pequeño problema, todo aquí. Pollo le sonríe con gratitud al amigo. Y después Paolo, que imagen tendrá Pollo? Son solo doscientos euros. Pareciera que te hubiera pedido no se que. Estas haciéndolo una historia infinita.
Paolo se sienta en el bordo del escritorio.
No se como, pero contigo termino siempre yo en la ruina
No digas así, quizás es por estar en esta oficina, a tratar todo ese dinero, te viene una especie de enfermedad y no logras dar, prestar cosas.
Entonces se trata de un préstamo?
Cierto, yo siempre te he restituido todo, no? Paolo hace una cara poco convencida. Las cosas nunca son así. Step hace como si no se acordara. Entonces que te preocupa? Te restituiré siempre todo. Aparte, deberías salir un poco, divertirte. Estas tan pálido porque no vienes a dar un giro en moto conmigo?
Paolo en un exceso de simpatía se quita los lentes.
Que? Estas bromeando? Nunca. Eso es la muerte. A propósito de la muerte visto que ha estado bien cerca. Anoche fui al Tartarughino y sabes a quien me encontré?
Step escucha distraído. En el Tartarughino nunca podría ir alguno que le interese. Sin embargo, decide de hacer feliz al hermano. En el fondo le ha dado doscientos euros.
No, quien estaba?
Giovanni Ambrosini.
Step tiene una especie de sobresalto. Un golpe en el corazón. Rápido la rabia se apodera de el, pero la esconde perfectamente.
Ah si?
Paolo continua con su cuento.
Estaba con una bella mujer, una mas grande que el. Cuando me vio se preocupo. Parecía aterrorizado. Según yo, tenia miedo que estuvieras tu. Después, cuando vio que no estabas, se tranquilizo. Me ha sonreído y todo. Si así puedes definir a cierta mueca. La mandíbula nunca regreso a su lugar. Y eso lo sabes mejor que yo. Pero se puede saber porque lo has masacrado de ese modo, nunca me lo has dicho
Es cierto, piensa Step. El no lo sabe. Nunca lo ha sabido. Step agarra a Pollo bajo el brazo y va a la salida. En la puerta se da la vuelta. Mira al hermano. Esta sentado en su escritorio. Con esos lentes redondos, los cabellos con un corte costoso perfectamente peinados, vestido de manera impecable con la camisa planchada justo como el mismo le enseño a Maria. No, nunca lo ha sabido. Step le sonríe.
Quieres saber porque le hice eso a Ambrosini?
Paolo asiente.
Si, quisiera.
Porque siempre me decía que me vistiera mejor.
Salen justo como entraron. Arrogantes y divertidos. Con ese caminar seguro, un poco de duros. Pasan al lado de la secretaria. Step le dice algo. Ella se queda mirándolo. Después se meten en el ascensor. Llegan a planta baja. Step saluda el portero.
Hola Martinelli. Ofrécenos dos cigarrillos, anda.
Martinelli tira fuera del bolsillo de la chaqueta un paquete suave de cigarrillos baratos. Hace un control con la mano alzando algunos cigarros. Pollo y Step saquean el paquete. Agarran mas de lo debido. Después, sin esperar que el portero las encienta, se alejan. Martinelli mira a Step. Es muy diferente que el hermano. El doctor siempre dice gracias por cualquier cosa.
En ese momento el intercomunicador vecino suena. Martinelli mira el la pantalla. Es de la oficina del hermano de Step. Martinelli descuelga el auricular.
Alo doctor Manzini, que desea?
Puede subir un momento donde estoy, por favor?
Claro, llego pronto.
Gracias.
Martinelli agarra el ascensor y sube al cuarto piso. Paolo esta allí esperándolo en la puerta de la oficina.
Entre Martinelli. Paolo lo hace acomodarse, después cierra la puerta. El portero se mantiene allí enfrente a el, de pie, ligeramente en desacato. Paolo se sienta. Martinelli, pongase cómodo. Martinelli ocupa puesto en el sofá enfrente de Paolo, sentándose con respeto, casi en la punta, preocupado de ocupar mucho espacio. Paolo cruza las manos. Le sonríe. Martinelli se lo devuelve, pero sigue extrañado. Quiere saber el porque del encuentro. Ha hecho algo mal? Se ha equivocado? Paolo suspira. Parece decidido a revelarle el misterio. Escuche Martinelli, usted me debe hacer un favor. Martinelli sonríe mas relajado, se tranquiliza y ocupa mas puesto en la silla.
Me dice doctor, hago todo lo que desee si se puede.
Paolo se apoya en el espaldar.
No deje entrar mas a mi hermano.
Martinelli abre los ojos grande.
Que doctor? De verdad no lo dejo pasar? Y que le digo? Si ese se molesta se necesitaría a Tyson en la puerta. Paolo mira mejor aquel señor tranquilo, con sus grises vestidos combinados con el color de los cabellos y de toda su existencia. Imagina Martinelli paralizando a Step en el portón: Me disculpa, he tenido las ordenes. Usted no puede entrar. La discusión. Step que se altera. Martinelli que alza la voz. Step que se rebela. Martinelli que lo empuja. Step que lo agarra por la chaqueta, lo bate contra el muro y después seguramente el resto, como un guión
Tienes razón, Martinelli. Fue una mala idea. Déjalo así, me ocupare yo. Hablare en casa Martinelli se alza.
Cualquier otra cosa doctor, la hago seguro. Pero esta
No, no, tiene razón. Me que equivocado yo a pedírselo. Gracias, de todas formas. Martinelli sale de la oficina, agarra el ascensor y regresa a planta baja. Se las vio feas. Y quien para a ese energúmeno? Saca el paquete afuera. Decide de festejar con un cigarrillo el peligro del que se salvo. Menos mal que el doctor es un tipo comprensivo. No como su hermano. Step le ha robado medio paquete y siquiera ha dicho gracias. Ni una vez.
Y después dicen que ser portero es un trabajo tranquilo. Martinelli suspira, después se enciende una MS.
En el cuarto piso Paolo mira afuera de la ventana. Siente un extraña sensación de satisfacción. Le salvo la vida a Martinelli. Regresa a sentarse. Bueno, sin exagerar. Le ha ahorrado un saco de problemas. Entra la secretaria con algunos fascículos.
Tenga, estos son los que me pidió
Gracias Señorita.
La secretaria lo mira un momento.
Es un tipo extraño su hermano. No se asemejan mucho ustedes dos.
Paolo se quita los lentes, en el tentativo en vano de ser mas fascinante.
Es un cumplido?
La secretaria miente.
En cierto sentido si. Espero que usted no vaya preguntándole a las muchachas cuanto cuestan sus cosas intimas
Paolo sonríe avergonzado.
Oh no, claro que no.
Sin los lentes ve poco, pero aun así, sus ojos terminan inevitablemente en la camiseta transparente. La secretaria se da cuenta pero no hace nada.
Ah, su hermano me dijo que le dijera que usted es muy bueno conmigo, que no debió haber pagado y dejarlo hacer lo que dijo. La secretaria se vuelve extrañamente insistente. Si puedo preguntar que cosa doctor?
Paolo mira la secretaria. Su bello cuerpo. Esa falda perfecta e impecable que cubre sus piernas fuertes. Quizás si hermano tenía la razón. Imagina a la secretaria medio desnuda con Step que le quita las panties. Se excita.
Nada señorita, era solo un chiste.
La secretaria se va ligeramente decepcionada. Paolo hace tiempo de colocarse los lentes y poner los ojos en el posterior que se aleja mas o menos profesionalmente.
Diablos! Debí dejar que lo hiciera. Si Step no le hubiera restituido ese dinero, seria estado el peor negocio de los ultimos años. No, no el peor. Aquel lo ha hecho el señor Forte. Ha confiado sus graves problemas fiscales a un agente de finanzas que tiene aun por resolver los problemas familiares. No se puede pasar una mañana discutiendo con el hermano y al final pagarle para que no le quite la ropa interior a la secretaria.
Con un sentimiento de culpa, Paolo regresa a la cuenta del señor Forte.
En una pequeña calle estrecha, dentro de un simple garaje, esta Sergio, el mecánico. Viste una braga azul marino con un rectángulo blanco, verde y rojo de la Castrol en la espalda. No se entiende si fue patrocinado por las carreras que hizo años antes o por todo el aceite que le cambia a las motos. El hecho es que cada vez que le lleven una moto, por cualquier problema que tenga, el, después de haberla probado, siempre termina de la misma manera: Hay que hacerle cualquier trabajito y después un buen cambio completo del aceite. Mariolino, su asistente, es un chico de aires despistados. Para el, Sergio es un genio, un ídolo. Un dios de las motos. Cuando trabajan, Mariolino siempre pone el CD de Battisti. Yo, tu, nosotros, todos. Cuando en esa canción llega el pedazo que dice aquel gran genio de mi amigo, el siempre sabe que hacer, el sabría como ajustar todo a Mariolino le sale una grande sonrisa. Caramba, si esa canción habla justo de ti. Sergio continua a trabajar, después se lleva una mano a los cabellos, volviéndolos mas grasosos.
Cierto, nunca podría hablar de ti. Tu con una herramienta en mano haces solo daños mas que milagros.
Un viejo Free azul oscuro empujado por un joven tímido con lentes se para en el garaje. Se acercan los dos. El Free tiene la rueda posterior espichada. El joven se quita los lentes y se lava la cara sudada. Sergio agarra la moto. Decidido y seguro quita el cobertor. Parece un cirujano si no fuera porque no usa guantes y tiene las manos sucias de aceite. Igual, un buen cirujano nunca elegiría a un ayudante como Mariolino. El muchacho esta enfrente. Mira preocupado ese lento mecánico tocando su Free. Como el familiar de un paciente, preocupado no de cuanto sea grave la enfermedad, sino mas materialmente, de cuanto podría costarle toda la operación.