Al soplar sus golpes hacia arriba en la decepción, se subió a través de la almohada y se levantó para alcanzar la bata. Deslizándose, se maravilló de la suavidad sedosa de ella contra su piel. Era tan ligero que parecÃa que no habÃa puesto nada. Si ella no hubiera sido un cautivo aquà ... ella podrÃa haber realmente me gustó este lugar.
Atando la seda a su alrededor, Kyoko se acercó a la ventana y miró hacia fuera ya planeando su escape. La luz de la luna proporcionaba suficiente luz para ver pero la suficiente oscuridad para tratar de escapar.
Inclinándose por la ventana, miró hacia abajo la gota de tres pisos de negación. Al ver las hendiduras profundas en la pared externa de la roca, sus labios se curvaron en una sonrisa infantil. Ella sabÃa después de estar con Toya durante tanto tiempo que ella serÃa capaz de bajar. -Espero que no caiga -contestó ella en un susurro.
TenÃa que correr tan lejos de Kyou como fuera posible antes de que él tomara algo de ella que ella no estaba ofreciendo.
Kyoko suspiró interiormente mientras hacÃa un silencioso deseo. Toya... Te necesito. Las palabras parecÃan resonar dentro de ella y de alguna manera se sentÃa tal vez ... tal vez Toya la habÃa oÃdo. Memorias incalculables se filtraban por su mente ... Toya nunca la dejarÃa caer. Sus labios se abrieron con asombro por un momento antes de sacudir la sensación como imaginación.
Agarró el alféizar de la ventana para estabilizar sus nervios. Al enderezarse los hombros y encontrar su coraje, decidió que no estaba esperando a un salvador porque incluso ella sabÃa Kyou era una fuerza a tener en cuenta. Realmente no querÃa que Toya se pusiera en ese tipo de peligro. También sabÃa que cuanto más esperara, más probarÃa que Toya tratara de rescatarla.
Kyoko subió a la repisa y le arrojó las piernas. Volviéndose, ella lentamente se sentÃa para apoyarse en la pared. Ella hizo una mueca cuando la piedra parecÃa que se le cortaba los pies desnudos, pero ella irÃa a través de cualquier cosa sólo para escapar.
Con el mayor cuidado posible, se dirigió al lado del castillo. Lo que sólo tardó unos cuantos momentos fugaces se sintió como horas. Pasó toda la escalada temiendo ser atrapada, pero cuando sus pies finalmente tocaron el suelo, todos los demás pensamientos huyeron, salvo llegar lo más lejos posible.
Mirando hacia la ventana, ella retrocedió lejos de la pared a medias esperando ver Kyou aparecer y arrebatarla de nuevo. No podÃa pasar por otro de sus "castigos" como él lo llamaba.
Ese pensamiento la llevó a la acción. Kyoko se volvió y corrió como si los demonios de Hyakuhei la persiguieran a través del laberinto de jardines y estatuas que lo rodeaban. Sin detener su precipitada precipitación por la libertad, sus ojos lo tomaron todo, maravillándose de la belleza surrealista de la misma incluso dentro de la oscuridad.
Sólo el temor de ser encontrado por Kyou la mantuvo en marcha cuando sus pulmones comenzaron a arder y sus piernas se estrecharon. Se sorprendió cuando llegó al final de los terrenos sólo para encontrar una barrera muy potente que brillaba con un matiz azul luminoso. Ella sabÃa que tomarÃa todos sus poderes de sacerdotisa romper algo que Kyou mismo habÃa hecho.
Una vez más miró por encima del hombro a la imponente estructura que Kyou llamaba casa. No habÃa ninguna duda en su mente que él sabrÃa lo que ella estaba haciendo si la barrera fue derribada. Sólo necesitaba hacer una apertura lo bastante grande como para dejarla pasar.
Mordiéndose el labio inferior, extendió una mano temblorosa y tocó la superficie de la barrera para probar su fuerza y fue recompensada con una leve onda de choque que pasó a través de su cuerpo. No le dolió ... en su lugar; Se sentÃa como si la barrera estuviera tratando de decirle que habÃa un peligro desconocido en el otro lado y que ella se quedara adentro donde estaba seguro.
Ella sonrió sorprendida dándose cuenta de que el escudo era más para protección que para causar daño corporal ... al menos desde el interior de la barrera. No tenÃa ninguna duda de que si alguien o algo trataba de entrar desde fuera sin permiso ... ahà es donde estarÃa el dolor.
Hizo una pausa mientras el sueño volvÃa a ella ... la barrera que Hyakuhei habÃa puesto alrededor de ella para protegerse del dragón que habÃa luchado ... también era sólo para mantenerla a salvo y ella se habÃa sentido segura ... extraña que pensarÃa tan suavemente hacia el enemigo.
"No quiero hacer daño ... por favor", susurró Kyoko mientras volvÃa a tocar la barrera. Para su asombro, una abertura apareció y rápidamente caminó a través de la niebla de color azul lechoso justo cuando el escudo se cerró detrás de ella. Le habÃa dado exactamente lo que necesitaba.
Volviéndose para ver si la barrera se habÃa cerrado realmente detrás de ella para borrar el hecho de que habÃa escapado, Kyoko se sobresaltó al encontrar sólo un desolado bosque cubierto de vegetación exuberante y ningún terreno o castillo en cualquier sitio. ParecÃa como si la tristeza y la tristeza hubiesen descendido al silencio, todos viviendo dentro de su enmarañada red de miembros.
¿SabrÃa Kyou si alguien rompió la barrera que habÃa colocado alrededor de su casa? ¿HabrÃa algún tipo de alarma para avisarlo? SentÃa que el miedo se deslizaba a través de ella al pensar en lo que harÃa cuando la encontrara desaparecida después de advertirle que no se fuera. Kyoko levantó una temblorosa ceja sabiendo que no iba a ser lo suficientemente estúpida como para esperar a ver si el prÃncipe de hielo tenÃa un sentido del humor o no.