Encuentro Con Nibiru - Danilo Clementoni


Danilo Clementoni

Encuentro con Nibiru

Las aventuras de Azakis y Petri

Titulo original:

Incrocio con Nibiru

Le avventure di Azakis e Petri

Traducido por: María Acosta

Editor: Tektime

Este libro es una obra producto de la fantasía. Nombres, personajes, lugares y organizaciones citados son fruto de la imaginación del autor y su objetivo es dar verosimilitud a la narración. Cualquier parecido con hechos o personas reales, vivas o difuntas, es pura coincidencia.

Encuentro con Nibiru

Copyright © 2015 Danilo Clementoni

1ª edición (en italiano): febrero 2015

Editado e impreso por el autor

Facebook: www.facebook.com/incrocioconnibiru (en italiano)

Blog: dclementoni.blogspot.it

e-mail: d.clementoni@gmail.com

Derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida de ninguna manera, incluso por cualquier tipo de sistema mecánico y/o electrónico sin la autorización expresa y escrita del editor, a excepción de algunos pequeños pasajes a efectos de ilustrar reseñas o recensiones.

Este es el segundo volumen de la serie

Las aventuras de Azakis y Petri

Con el fin de disfrutar completamente esta apasionante aventura, antes de comenzar la lectura de esta novela recomendaría la lectura del primer tomo titulado

El Retorno

(Nota del Autor)

A mi mujer y mi hijo por la paciencia que han tenido conmigo y por todas las valiosas sugerencias que han aportado, contribuyendo de esta manera, ya sea a mi mismo como a esta novela.

Agradezco en particular a todos mis amigos el que me hayan confortado e incitado a seguir hasta finalizar este trabajo que, quizás, sin ellos no habría visto jamás la luz.

Índice

  Introducción

  Prólogo

  Astronave Theos

  Tell el-Mukayyar – La fuga

  Astronave Theos – El superfluido

  Base aérea Camp Adder – La evasión

  Astronave Theos – El plan de acción

  New York – Isla de Manhattan

  Astronave Theos– El regalo

  Nasiriya – La cena

  Astronave Theos – El almirante

  Nasiriya – La emboscada

  Astronave Theos – El Presidente

  Nasiriya – Hisham

  Astronave Theos – El regreso a la Tierra

  Nibiru – Los preparativos

  Tell el-Mukayyar – La trampa

  Nevada – Área 51

  Nibiru – La prueba

  Tell el-Mukayyar – Malas noticias

  Área 51 – El contacto

  Nibiru – La partida

  Tell el-Mukayyar – El mensaje

  Área 51 – Contramedidas

  Theos-2 – Contacto con la Tierra

  Tell el-Mukayyar – El accidente

  Área 51 – La base secreta

  Tell el-Mukayyar – El gatito

  Theos-2 – El asteroide

  Área 51 – Las revelaciones tecnológicas

  Nasiriya – Los Shani

  Theos-2 – Los cálculos

  Área 51 – Las coordenadas

  Nasiriya – Regreso al campamento

  Theos-2 – La avería

  Área 51 – El dinero

  Tell-el-Mukayyar – Regreso a la base

  Theos-2 – Un paseo por el espacio

  Área 51 – El proyecto

  Tell-el-Mukayyar – La captura

  Theos-2 – Las reparaciones

  Área 51 – La llamada desde la Theos-2

  Boston – Hospital General de Massachussets

  Theos-2 – Hipótesis

  Área 51 – La esperanza

  Océano Atlántico – El rescate

  Theos-2 – El Plan “B”

  Área 51 – El acuerdo

  Astronave Theos – Las comprobaciones

  Área 51 – La confesión

  Theos-2 – Órbita terrestre

  Área 51 – La liberación

  Theos-2 – El punto “X”

  Área 51 – El control de la evacuación

  Theos-2 – Últimas comprobaciones

  Theos – Nuevas revelaciones

  Planeta Tierra – California

  Theos – Newark en acción

  Planeta Tierra – Las reacciones

  Órbita terrestre – Kodon

  Tell-el-Mukayyar – La despedida

  Bibliografía en español

  Note

Introducción

El decimosegundo planeta, Nibiru, (el planeta de transición), como fue llamado por los sumerios o Marduk (el rey de los cielos) como lo rebautizaron los babilonios, es en realidad un cuerpo celeste que orbita en torno a nuestro sol durante un periodo de 3.600 años. Su órbita es claramente elíptica, retrógrada (gira alrededor del sol en sentido contrario a todos los demás planetas) y está muy inclinada respecto al plano de nuestro sistema solar.

Cada una de sus aproximaciones cíclicas ha provocado casi siempre inmensas perturbaciones interplanetarias en nuestro sistema solar, tanto en las órbitas como en la conformación misma de los planetas que formaban parte del mismo. Concretamente, fue justo en una de sus más tumultuosas transiciones que el majestuoso planeta Tiamat, ubicado entre Marte y Júpiter, con una masa aproximada de nueve veces la de la actual Tierra, con abundante agua y con once satélites, fue devastado debido a un épico choque. Una de las siete lunas que orbitaban alrededor de Nibiru golpeó al gigantesco Tiamat partiéndolo prácticamente por la mitad, obligando a cada una de las secciones a moverse en distintas órbitas. En la siguiente transición (el segundo día del Génesis), los restantes satélites de Nibiru completaron la obra destruyendo completamente una da las partes que se habían formado con el primer choque. Los detritos generados por las múltiples colisiones crearon, en parte, lo que hoy conocemos como cinturón de asteroides1 o Brazalete Martillado, que era como lo llamaban los sumerios, y otra parte fue incorporada por los planetas vecinos. En concreto, fue Júpiter el que capturó la mayor parte de los detritos, aumentando de forma considerable su masa.

Los satélites artífices del desastre, incluyendo aquellos supervivientes del antiguo planeta Tiamat, en su mayor parte fueron lanzados hacia órbitas exteriores, formando lo que hoy conocemos como cometas; la parte superviviente a la segunda transición consiguió colocarse en una orbita entre Marte y Venus, llevándose consigo el último satélite y acabando por formar lo que hoy conocemos como Tierra, junto a su inseparable compañera la Luna.

. La cicatriz provocada por aquella colisión cósmica, que había tenido lugar aproximadamente hacía 4 millones de años, todavía es parcialmente visible. La parte dañada del planeta está actualmente cubierta por las aguas de lo que hoy llamamos Océano Pacífico. Ocupa un tercio de la superficie terrestre con una extensión de más de 179 millones de kilómetros cuadrados. En toda esta inmensa superficie no hay prácticamente masa terrestre, sólo una gran depresión que se extiende hasta una profundidad que supera los diez kilómetros.

Actualmente Nibiru posee una configuración muy parecida a la de la Tierra. Las dos terceras partes de su superficie están recubiertas de agua mientras que el resto está ocupada por un único continente que se extiende de norte a sur, con una superficie total de 100 millones de kilómetros cuadrados. Algunos de sus habitantes, con cientos de miles de años, aprovechando la aproximación cíclica de su planeta al nuestro, nos han visitado de manera sistemática, influyendo en la cultura, los conocimientos, la tecnología e incluso en la misma evolución de la raza humana. Nuestros antepasados los han llamado de muchas maneras, pero quizás el nombre con el que han sido conocidos desde siempre haya sido “Dioses”

Prólogo

Azakis y Petri, los dos simpáticos e inseparables alienígenas protagonistas de esta aventura, han vuelto al planeta Tierra después de un año (3.600 años terrestres). Su misión era recuperar una valiosa carga que, a causa del mal funcionamiento de su sistema de transporte, se habían visto obligados a abandonar rápidamente en su anterior visita. Esta vez, en cambio, han encontrado una población terrestre muy distinta con respecto a aquella que habían dejado. Usos, costumbres, cultura, tecnología, sistemas de comunicación, armamento, todo era diferente con respecto a lo que habían encontrado en la última visita.

A su llegado se tropezaron con una pareja de terrestres: la doctora de arqueología Elisa Hunter y el coronel Jack Hudson, que los han acogido con entusiasmo y, después de innumerables peripecias, los han ayudado a finalizar su delicada misión.

Aquello que sin embargo los dos alienígenas no habrían querido decir a sus nuevos amigos era que, su planeta natal Nibiru, se estaba acercando velozmente y que, al cabo de siete días terrestres, chocaría con la órbita de la Tierra. Según el cálculo efectuado por los Ancianos, uno de sus siete satélites rozaría el planeta provocando una serie de alteraciones climáticas comparables a aquellas que, en la transición anterior, habían sido resumidos en un único concepto: Diluvio Universal.

En la primera parte de la novela (El retorno – Las aventuras de Azakis y Petri), los habíamos dejado a los cuatro en el interior de su majestuosa astronave Theos y es desde este momento que retomamos la narración de esta nueva y fantástica aventura.

Astronave Theos

En las últimas horas Elisa se había visto sobrepasada por tal cantidad de información que ahora se sentía como una niña que se había indigestado de cerezas. Aquellos dos extraños y simpáticos personajes, aparecidos prácticamente de la nada, habían conseguido en poquísimo tiempo darle la vuelta a muchas de las verdades históricas que ella y el resto del género humano habían dado por descontadas. Hechos, descubrimientos científicos, creencias, ritos, religiones e incluso la evolución del hombre estaban a punto de ser puestos del revés. La noticia del descubrimiento de que seres provenientes de otro planeta, desde el inicio de los tiempos, hubiesen manipulado y guiado con habilidad el desarrollo de la humanidad, tendría sobre todos un efecto parecido al de la revelación de que la Tierra no era plana sino redonda. Azakis y su querido amigo y compañero de aventuras, Petri, permanecían inmóviles en el centro del puente de mando mientras que, con la mirada, intentaban seguir los movimientos de Elisa que, con las manos metidas en los bolsillos de los pantalones, daba vueltas por la habitación, nerviosa, mientras balbucía palabras incomprensibles. Jack, por el contrario, se había desplomado en una butaca y con las manos intentaba mantener erguida la cabeza que parecía haberse vuelto muy pesada improvisamente. Fue justo él quien, después de unos minutos de interminable silencio, decidió tomar las riendas de la situación. Se levantó de repente y, volviéndose hacia los dos alienígenas, dijo con voz resuelta: «Si nos habéis elegido para este trabajo tendréis vuestras motivos. Sólo puedo deciros que no os desilusionaremos.» Después miró a Azakis a los ojos y preguntó con resolución: «¿Podríais mostrarnos por medio de esa locura» e indicó con la mano la imagen virtual de la Tierra que todavía rotaba lentamente en el centro de la habitación «una simulación del acercamiento de vuestro planeta?». «Ningún problema», replicó al instante Azakis. Mediante su implante N^COM recuperó todos los cálculos hechos por los Ancianos e hizo que apareciese la representación gráfica delante de ellos.

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