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tabla de contenidos
1 ENTREVISTAS
2 Copyright© 2017
3 Introducción
4 Subcomandante Marcos
5 Peter Gabriel
6 Claudia Schiffer
7 Gong Li
8 Ingrid Betancourt
9 Aung San Suu Kyi
10 Lucia Pinochet
11 Mireya Garcia
12 Kenzaburo Oe
13 Benazir Bhutto
14 Rey Costantino de Grecia
15 Hun Sen
16 Roh Moo-hyun
17 Hubert de Givenchy
18 Maria Dolores Miró
19 Tamara Nijinsky
20 Franco Battiato
21 Ivano Fossati
22 Tinto Brass
23 Peter Greenaway
24 Suso Cecchi dâAmico
25 Rocco Forte
26 Nicolas Hayeck
27 Roger Peyrefitte
28 José Luis de Vilallonga
29 Baronesa Cordopatri
30 Andrea Muccioli
31 Xanana Gusmao
32 José Ramos-Horta
33 Monseñor do Nascimento
34 Khalida Messaoudi
35 Eleonora Jakupi
36 Lee Kuan Yew
37 Khushwant Singh
38 Shobhaa De
39 Joan Chen
40 Carlos Saúl Menem
41 Pauline Hanson
42 General Volkogonov
43 Gao Xingjian
44 Wang Dan
45 Zang Liang
46 Stanley Ho
47 Palden Gyatso
48 Gloria Macapagal Arroyo
49 Cardenal Sin
50 General Giap
51 Almirante Corsini
52 Monseñor Gassis
53 Men Songzhen
54 Epilogo
55 Agradecimientos
56 Notas
Del mismo autor:
El Mal Inútil
Los CanÃbales de Mao
Cristo se Detuvo en Shingo
Acteal
A bordo de un helicóptero del ejército de EE. UU. durante una misión
Periodista, fotoperiodista y escritor, Marco Lupis fue corresponsal del periódico La Repubblica de Hong Kong.
Nacido en Roma en 1960, trabajó como corresponsal y se especializó en todo el mundo, especialmente en América Latina y el Lejano Oriente, para los principales periódicos italianos ( Panorama, Il Tempo, Il Corriere della Sera, L'Espresso e La Repubblica ) y RAI ( Mixer, Format, TG2 y TG3 ). Trabajando a menudo en la zona de guerra, estuvo entre los pocos periodistas que siguieron las masacres seguidas por la declaración de independencia en Timor Oriental, los sangrientos enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en las Molucas, la masacre de Bali y la epidemia de SARS en China. Con su correspondencia, ha cubierto durante más de una década toda la zona Asia-PacÃfico, con sede en Hong Kong, abriéndose camino a las islas de Hawái y a la Antártida. Entrevistó a muchos protagonistas de la polÃtica mundial y especialmente de Asia, como la Premio Nobel de Birmania Aung San Suu Kyi y la Primera Ministra paquistanà Benazir Bhutto, a menudo denunciando violaciones de los derechos humanos en sus artÃculos. Su reportaje también fue publicado por periódicos españoles, argentinos y estadounidenses. Marco Lupis vive en Calabria.
ENTREVISTAS
del siglo corto
Marco Lupis
Encuentro con los protagonistas de la polÃtica, la cultura y el arte del siglo XX.
Traducido por Maximiliana Rey
Edición Tektime
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Copyright© 2017
por Marco Lupis Macedonio Palermo de Santa Margherita
Todos los derechos reservados al autor
interviste@lupis.it
Primera edición italiana 2017
Copyright © 2018 Tektime
Esta obra está protegida por el Derecho de autor.
Está prohibida cualquier reproducción, incluso parcial, no autorizadas.
"El periodista es un historiador del dÃa a dÃaâ
Albert Camus
A Francesco, Alessandro y Caterina
Introducción
Tertium non datur
Eraotoño en Milán, en ese lejano mes de octubre de 1976 cuando, caminando brevemente por Corso Venecia hasta el teatro de San Babila, iba a hacer la primera entrevista de mi vida.
TenÃa dieciséis años y junto con mi amigo Alberto estaba llevando a cabo una transmisión de información desde el tÃtulo, no muy original, "Espacio Joven" en una de las primeras estaciones de radio privadas de Italia, Radio Milano Libera .
Eran años realmente fabulosos aquellos, donde todo parecÃa suceder y realmente sucedió. Años maravillosos. Años terribles. Fueron los años de plomo , los de la protesta juvenil, de los cÃrculos autogestionados, de las huelgas en la escuela, de las manifestaciones que casi siempre resultaron en la violencia. Años de enorme entusiasmo, llenos de una agitación cultural que parecÃa querer explotar, ya que era vivaz, cautivador, todo lo abarcaba.Años de lucha, e incluso a veces de las personas que murieron: por un lado, los jóvenes de la izquierda, y por el otro los de la derecha. En comparación con hoy en dÃa todo era muy simple: o estabas de una parte, o estabas de la otra. Tertium non datur .
Pero, por encima de todo, fueron los años en los que cada uno de nosotros tenÃa la impresión, y a menudo mucho más que una simple impresión, de ser capaz de cambiar las cosas. Tener éxito -y a nuestra manera- de hacer la diferencia.
Nosotros, en esa excitación de entusiasmo, cultura y violencia, nos movimos en el mundo real. Navegando para ver. Los bombardeos, las bombas, las Brigadas Rojas fueron un trasfondo constante de nuestra adolescencia - o juventud, dependiendo de la edad - pero en general no nos impresionaron mucho. Rápidamente habÃamos aprendido a vivir de una manera que no era tan diferente de lo que más tarde llegarÃa a mà en los años venideros, entre los pueblos que viven en medio de un conflicto o una guerra civil. Su vida se habÃa adaptado a esas condiciones extremas, un poco como nuestra vida de entonces.
Mi amigo Alberto y yo, la diferencia que realmente querÃamos intentar hacer, para esto, armados con un entusiasmo desbordante y mucha, mucha inconsciencia, a una edad en la que los niños de hoy pasan tiempo publicando autofotos en Instagram y cambiando sus teléfonos inteligentes, leÃmos todo lo que se nos cruzó por delante, participamos en la kermes musical, en ese momento mágico en el que el rock nació y se extendió, en mega conciertos en parques, en clubes de cine. Por esta razón, con la cabeza llena de ideas y una grabadora en nuestros bolsillos, nos apresuramos al teatro de San Babila en la húmeda tarde de octubre de hace cuarenta años.
La cita fue por las dieciséis, cerca de una hora antes que iniciara el espectáculo de la tarde. Nos condujeron a los pasillos subterráneos donde estaban los camarines de los actores, hasta aquel reservado para el protagonista. Y allà nos esperaban para nuestra entrevista, la primera de mi "carrera" como periodista,Peppino de Filippo.
No recuerdo mucho de esa entrevista, y por desgracia, las cintas con las grabaciones de los episodios de nuestra transmisión se han perdido, en uno de los muchos movimientos de mi vida.
Pero aún recuerdo esa delgada descarga eléctrica, ese estremecimiento de energÃa que precede - lo habrÃa entendido sucesivamente mil veces - una entrevista importante.
Una reunión importante, porque cada entrevista es mucho más que solo una serie de preguntas y respuestas.
Peppino de Filippo estaba al final, morirÃa hace unos años, de una carrera teatral y cinematográfica que ya habÃa hecho historia. Ãl nos recibió sin dejar de maquillarse, frente al espejo. Ãl fue educado, cortés y servicial, y fingió no sorprenderse al encontrar a dos malditos niños frente a él. Recuerdo sus gestos calmados y metódicos mientras hacÃa el truco de la escena, que me pareció pesado, denso y muy claro. Pero recuerdo especialmente una cosa: la profunda tristeza de su mirada. Una tristeza que me impactó intensamente, porque lo percibà intensamente. Tal vez sintió que su vida habÃa llegado a su fin, o tal vez era solo la prueba de lo que siempre se habÃa dicho de los comediantes, es decir, al hacer reÃr a todos, en realidad son las personas más tristes del mundo.
Hablamos de teatro, de su hermano Eduardo, por supuesto. Ãl nos contó cómo nació el escenario, siempre por ahà con la compañÃa de familia.
Salimos después de casi una hora, un poco confundido y con la grabadora de casete llena hasta el final.
Esa no fue solo la primera entrevista de mi vida. Fue especialmente cuando me di cuenta de que el trabajo del periodista serÃa la única opción posible para mÃ. Y fue el momento en el que experimenté por primera vez esa extraña alquimia, casi una magia sutil que se establece entre el entrevistado y el entrevistador.