Sueño contigo, una pala y cloroformo - Patricia Castro 4 стр.


Coi, nena, estàs ben posada, eh?

Bueno, se hace lo que se puede.

Nat y su novia Erra tienen un grupo de música, tocan después de la charla de Ana.

¿Y qué música hacéis?

Tienen una que se llama Ciudad hetero que te va a gustar.

Bueno, Erra toca la guitarra i jo canto el que escrivim juntes, poc més. Però ens ho passem de conya.

Eso es lo importante.

Entonces empezó la charla de Ana:

¿En catalán o en castellano? Os da igual, ¿no? Bueno, primero, gracias a todas y todos por venir a pasar una tarde de viernes deconstruyéndonos un poquito más, que de eso se trata, de ir aprendiendo poco a poco. Como lo personal forja lo político yo os quiero contar mi camino hasta el poliamor. Tuve una relación de mierda, que duró diez años, en la que sufrí malos tratos y en varias ocasiones él abusó de mí. Tenía un curro asqueroso y dependía económicamente de él; al final entré en varios círculos de activismo feminista que me hicieron ver que las relaciones no tenían que ser de control y el amor era algo muy diferente de la obsesión. Luego estuve metida en temas de BDSM y porno, ahí conocí a Amarna Miller, os recomiendo que busquéis cosas de esta chica porque es una activista feminista muy potente pro sex y, bueno, ese año acabé abriendo el blog y compartiendo mis experiencias. El poliamor que yo os explico se basa en la anarquía relacional, en tratar igual a un amigo y darle el mismo cariño que a una de vuestras parejas, es justo lo que sale en esta imagen. Lo que os he dicho, no somos la mitad de nadie, ya estamos completas, los celos son malos y la monogamia no es lo normal aunque nos lo hagan creer. Yo ahora mismo estoy en una relación donde los cuidados son lo más importante, más allá de quienes nos follemos o si mantenemos otras relaciones sexoafectivas con compañeros. Lo que he aprendido con el paso de los años y los golpes que te da la vida es que como feminista es muy importante una red de curas para poder hacer frente al resto de cosas y poder compartir nuestras experiencias

Aquel tostón no parecía acabarse nunca. Volví a coger el móvil. Busqué en el WhatsApp la conversación con Júlia y, envalentonada por las birras que llevaba, hice una foto de la charla y se la mandé.

Alexandra

Estic pensant en tu

Ese día fue el inicio del psicodrama de verdad. Supongo que no creeréis que nada de lo que viene sea cierto pero la cosa salió así. Ojalá tuviera tanta capacidad de imaginación y esa putazorra no me hubiese roto el corazón de la manera que lo hizo y ha hecho otra vez más. Iba a bloquear el móvil cuando vi que ella estaba escribiendo.

Júlia

I en què penses?

Dejé el móvil un segundo. No tenía ni idea de qué hacer. Ya me dirás tú qué se hace en esas situaciones. El corazón y el coño me palpitaban a la vez. Estaba excitadísima. Intenté ponerme lo más recta posible en aquella incomodísima silla de plástico. Había perdido la cuenta de las cervezas que llevaba.

Alexandra

Me gustaría que estuvieras aquí

Volví a bloquear el móvil. ¿Qué coño estaba haciendo? Cuando lo abrí de nuevo Júlia ya había respondido.

Júlia

A mi també magradaria ser allà. Molt, eh?

Alexandra

Podrías haber venido

Júlia

No mho has dit, cuca

Alexandra

Si te lo hubiese dicho, ¿habrías venido conmigo?

Júlia

Ho dubtes, Alexandra?

Alexandra

No, claro que no, solo que me gusta que me lo digas

Júlia

Sí, hi hagués anat

Alexandra

Somos amigas ¿no?

Júlia

Molt, moltíssim

Alexandra

Es que Júlia, tú a mi me

No recuerdo terminar la conversación. Media hora después estaban tocando aquellas tías del grupo de música y cantando sobre lo mucho que les gustaba la Judith Butler de las narices y de cómo querían comerle el coño a Monique Wittig. Salimos a la calle. Berta quería fumar y Sara estaba esperando a un amigo suyo, el único tío que les caía bien a todas. Pillamos unas latas y nos las fundimos en la puerta. Yo ya estaba algo mareada.

El móvil comenzó a vibrar, lo cogí y vi varios mensajes de Júlia.

Júlia

Alexandra, estàs bé?

Júlia

Hola?

Júlia

Hi ets?

Júlia

Bueno cari, quan vulguis

Lo volví a bloquear. No tenía ni puta idea de lo que le había dicho. No recordaba haberle hablado aquella tarde.

Mirad, por ahí viene Uri.

Ya era hora, tío.

Hola, Sara, ¿cómo va?

Esta es Alexandra. Uri trabaja enfrente de mi oficina.

Soy workingclass, no como esta, que tiene horario de burguesa, de nueve a cinco.

Trabajo de telefonista, tampoco te flipes.

Bueno, a mi es que ser camarero me va bien, qué quieres que te diga. No me gusta madrugar.

Por cierto, toma. Pegatas para que las vayas poniendo por ahí.

Toma Alexandra, quédate tú también con un taco, a ver si hacemos ruido.

Tourism kills the city. Joder, molan

Lo sé, Sara, las he diseñado yo.

Tío, ¿tienes eme?

Uri se lió un porro. Nos ofreció pero nadie quiso.

Me debes pasta del finde pasado, que lo sepas.

Ya, ya, pero ¿tienes o no?

Déjate de mierdas, Sara, ya nos pusimos ciegas el sábado.

Cállate, Ana, que luego siempre quieres.

¿Te ha contado lo que le pasó, Alexandra? La muy gilipollas se puso hasta el culo de keta y se cagó encima.

Sara le pegó un empujón y se fue enfadada. Ana miró con cara de odio a Oriol mientras se largaba a buscarla.

Uri, coño. Ets idiota.

Oriol parecía un tipo majo. La cosa es que todos iban super puestos y muy pasados. Normal que no supiese tener el pico cerrado. De hecho me parecía extraño que un tío sin ninguna tara ni trauma aparente fuese amigo de todas aquellas pseudo intelectuales, progres de salón y bolleras políticas. Supongo que tendría la polla bastante grande, comería muy bien el coño o como camello les pasaba una mierda espectacular.

Volví a mirar el móvil. Eran las once de la noche. El efecto de la última cerveza ya se me había pasado. Comencé a leer lo que había hablado con Júlia y los mensajes que no le había respondido. Me sentí mal por haber dejado la conversación colgada tanto tiempo, no me había dado cuenta.

Alexandra

Tía, perdona, estaba liada

No pensé que fuera a responder. Júlia solía controlar los tiempos y muchas veces me dejaba en visto durante horas. Siempre pensé que era un jueguecito infantil aunque luego descubrí que la muy cabrona planeaba perfectamente hasta cuándo responder.

Alexandra

Me gustas, Júlia

Júlia

Com?

Alexandra

Eso, que me gustas. Me gustas mucho tía

Júlia

I tu a mi cuca, això ja ho saps

Alexandra

No, no ho sabia

Júlia

Com que no ho sabies? Però si ets preciosa

Alexandra

¿Piensas que soy preciosa?

Júlia

Alexandra

Tú sí que ets preciosa Júlia

Júlia

Calla, va, no diguis bestieses

Alexandra

Vente, aun seguimos por aquí, está Sara, me ha dicho que os conocéis

Júlia

Sara? Sí, oi tant que la conec, de lassociació

Alexandra

¿Te vienes entonces?

Alexandra

¿Te vienes entonces?

Júlia

Estàs amb els teus amics, gaudeix

Alexandra

Es que yo quiero estar contigo ahora

Júlia

I jo no vull molestar-te

Alexandra

Júlia, ven por favor

Júlia

Va, un altre dia sí

Alexandra

Si tú no vienes

Júlia

Què?

Alexandra

Voy a tu casa

Júlia

Ets una idiota, Alexandra

Alexandra

No, en serio, dime dónde vives, que voy

Júlia

Avui no cari, i no diguis ximpleries

Alexandra

No són ximpleries, vull anar a casa teva. Et vull

Júlia

Alexandra que em posaràs vermella

Alexandra

¿Qué estás haciendo?

Júlia

Res, al sofà, veient una serie

Alexandra

Si fuese a tu casa ahora podríamos hacer otras cosas

Júlia

Alexandra!

Alexandra

¿No quieres?

Júlia

Clar que vull, idiota, però no avui

Alexandra

¿Y cuándo, entonces?

Júlia

Si passa, cuca, serà màgic, entens?

Alexandra

Va a pasar, quiero que pase

Júlia

I jo, no saps quant

Lo siguiente que recuerdo, además de llevar las bragas mojadas desde la última vez que había hablado con Júlia, era estar en un cajero automático a las dos de la madrugada. Sara estaba intentando sacar pasta para entrar en un antro de esos de bolleras a los que solía ir. A mí me gusta salir a los sitios de fiesta por la música que ponen, no por el tipo de ganado que exhiben. Pero para gustos los colores.

Olvídate de Júlia

¿Qué coño te pasa, Sara?

Tiene marido.

Qué pesada con el puto David, joder.

Ya lo sé.

Y tú también tienes señor.

También lo sé.

Hazme caso, Júlia nunca va a dejar a David por ti.

¿Y por qué no?

No te líes con ella, no merece la pena.

Sí, merecía la pena. Júlia lo merecía todo aunque fuera una putazorra.

¿Es tu Némesis o algo?

Tía, solo te digo que te va a hacer daño, te estoy avisando. Solo se quiere a sí misma y su marido le da de todo. Además, ella quiere un tío al que llevar los findes a comer a casa de sus padres y no le mola rayarse por estas movidas.

¿Pero qué dices?

Por las movidas de lesbianas.

Ah, ya. No ha pasado nada, Sara.

Ya, pero te he visto toda la puta tarde con el móvil y estabas hablando con ella del puto poliamor.

Tranqui

Yo estoy tranqui, tú verás. Va, date prisa que si llegamos antes de las tres la entrada vale seis pavos.

Otro flashback: Sara diciéndome lo mucho que le gusto. Sara llorando porque su Sara no la quiere. Sara intentando comerme la boca en aquel bar de bolleras. Yo, súper taja, dejándole que me la coma. Sara diciéndome que me quiere follar, que vaya al baño con ella.

Le pego un pequeño empujón y me largo. Me pongo a buscar el baño. Subo a la planta de arriba, hay una cola que flipas. Voy a ir al de tíos cuando me doy cuenta que es una jodida discoteca de lesbianas y hay tías en los dos baños. Espero. Me echo agua en la cara. Una de las amigas con las que habíamos entrado se me acerca y se me pone a hablar de algo. No sé qué coño le digo, estoy totalmente ida. Por fin entro al lavabo. Meo como puedo, todo está guarrísimo y lleno de pegatinas con festivales y conciertos.

Bajo otra vez y Sara está bebiendo y hablando con una amiga. Me acerco. Me hablan y no entiendo nada. Apestan a Jäger. Bailamos putamierda de reggaetón, la decadencia de Occidente. Me vienen imágenes de la conversación con Júlia. Miro el móvil. Son las cuatro y media de la mañana, a las ocho entro a currar. Me despido como puedo y me largo a pillar el autobús a la plaza Universitat. Por el camino leo los mensajes de mi madre, preocupada, diciéndome que avise si voy a casa a dormir; el mensaje de buenas noches de mi novio; mis amigos rayándome como de costumbre; el puto Twitter otra vez.

Paso de todo y me meto en el chat de Júlia. Releo todo lo que nos hemos escrito por WhatsApp. Estoy esperando al puto bus, que no llega. Antes de acabar de leerlo todo, se me va la pinza y le mando una nota de audio. Todavía sigo borrachísima y no tengo ni puta idea de lo que hago. Lo único que recuerdo es que le repetí varias veces: aprovéchate de mí, Júlia, aprovéchate de mí.

III

Adrià Salvador era un tío de 30 años al que la vida no trataba muy bien, o eso decía él. Eso es lo que dicen todos los hombres como si a nosotras nos fuera de maravilla. No solo corremos el riesgo de que nos violen; además, si nos ponemos chulas e intentamos defendernos, nos matan. Adrià era otro gilipollas más, cómo si en el mundo no hubiera suficientes.

Amante de Júlia, oí hablar de él mucho antes de liarnos. La muy imbécil tenía una puta espina clavada porque una vez, después de follar, no la había abrazado. Esa era la tragedia. El día que me empezó a rayar con él yo estaba camino de mi pueblo, con mis padres, en el coche. Creo que era Semana Santa. Cuando Júlia me habló estaba anocheciendo y me quedaba poca batería en el móvil.

Júlia

Hola cari

Alexandra

Ey, ¿qué tal?

Júlia

Bueno, fent, com estàs?

Alexandra

Bien, nada, estoy de viaje

Júlia

On ets?

Alexandra

De visita al extranjero, en España

Júlia

Que idiota que ets!

Alexandra

Això sempre, Júlia

Júlia

No diguis això. Et molesto?

Alexandra

No, que va, si lo más entretenido que hay por aquí es mi padre escuchando la Cope

Júlia

Vale

Alexandra

Y tú, ¿cómo estás? Que no te he dicho nada

Júlia

No passa res, cuca

Alexandra

Dime, Júlia

Júlia

No res

Alexandra

¿Seguro?

Júlia

Los tíos son imbéciles, Alexandra

Alexandra

¿Me lo dices o me lo cuentas?

Júlia

Es que no ho entenc

Alexandra

Es todo un giro inesperado de guión

Júlia

Alexandra

¿Júlia? Perdona si te ha molestado la broma

Júlia

Ah no, tranquil·la, no et preocupis cari, no em molestes

Alexandra

Perdona

Júlia

No, en serio, no molestes mai, Alexandra

Alexandra

Bueno, que sepas que estoy aquí para lo que necesites, ¿vale?

Júlia

Ho sé

Alexandra

Bien

Júlia

Mhe follat a un gilipolles

Alexandra

¿¡Cómo!?

Júlia

I no sé perquè testic dient això, però tho volia dir, ara pensaràs que sóc una boja que et ve amb els seus problemes i totes aquestes coses

Alexandra

Júlia, ¿estás bien?

Júlia

Sóc imbècil, tia

Alexandra

No, no lo eres, dime, ¿estás bien?

Júlia

Necessito sortir daquí

Alexandra

¿Dónde estás Júlia?

Júlia

És que sempre em passa això, em penjo de capullos. Necessito una abraçada

Alexandra

Si estuviera allí te daría todos los abrazos del mundo

Júlia

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