EMMANUEL LÉVINAS: LA FILOSOFÍA COMO ÉTICA
Andrés Alonso Martos, ed.
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA
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© De esta edición: Universitat de València, 2008
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PRESENTACIÓN LAS AVENTURAS DE UN MUSEO DE LAS IDEAS
Desde hace un lustro, la conexión del Museo Valenciano de la Ilustración y de la Modernidad (MuVIM) con el mundo universitario se ha convertido en uno de los ejes funcionales de sus programas museográcos a partir de la llegada del nuevo equipo directivo.
No es baladí que las distintas actividades expositivas del museo se vinculen directamente con la celebración intermitente de jornadas, encuentros y congresos especializados, programados para potenciar la vertiente reexiva crítica y analítica en torno a guras losócas o artísticas y a temas destacados de la historia y/o de nuestra contemporaneidad.
En realidad, tal planteamiento es lo que ha potenciado que el museo oriente y funde su identidad en la prioridad concedida a tres sectores que le son constitutivos: la Biblioteca especializada y el Centro de Documentación, el Departamento de Estudios e Investigación y el Departamento de Educación y Talleres. Respaldándose en ellos, desarrolla sus iniciativas el Departamento de Exposiciones, que canaliza, ejecuta y da cuerpo y visibilidad a los proyectos que conjuntamente se planican y ponen en marcha.
Se entenderá, pues, que la identidad del centro, por su claro carácter diferencial, frente a los museos de nuestro entorno, apunte esencialmente a mantener como «museo de las ideas» sus líneas de intervención, distendidas y abiertas de cara a reforzar las conexiones entre el mundo de la Ilustración y las subsiguientes «modernidades», que han tejido el cuerpo y la fuerza de nuestra historia.
Un museo centrado en el patrimonio inmaterial, como el MuVIM, no puede dejar de mirar hacia la historia y hacia el presente, hacia la memoria y hacia la cotidianidad, trazando un arco de inexiones e intereses, en este caso, entre el siglo XVIII y el XXI. Pero, singularmente, este museo ha jado su fulcro y su palanca en el cruce, que la historia de las ideas y la historia de los medios de comunicación han sabido efectuar, con sus diálogos, tensiones, refuerzos e interferencias.
Sentadas estas observaciones, a nadie extrañará, pues, que las dos primeras iniciativas tomadas por el nuevo equipo directivo del MuVIM, en el otoño del 2004, fueran precisamente la constitución y puesta en marcha de la Biblioteca de investigadores y la convocatoria de un congreso nacional que, bajo el título de Filosofía y razón. Kant, 200 años, suponía un homenaje al pensamiento de Immanuel Kant en el doscientos aniversario de su muerte. La colaboración entre la Facultad de Filosofía y el MuVIM quedaba así sellada. El número de personas inscritas fue una sorpresa para todos, al sobrepasar el centenar y medio de asistentes. Por supuesto, la edición posterior de las actas es, en estas convocatorias, un requisito obligado, que solucionamos mediante el correspondiente convenio con Publicacions de la Universitat de València-Estudi General.1
De esta manera, se estableció la costumbre de que la Facultad de Filosofía y el Museo Valenciano de la Ilustración y de la Modernidad organizaran cada mes de noviembre un congreso internacional centrado en el estudio de una gura losóca de relieve, extraída de ese arco cronológico que dene el perl del museo: entre la Ilustración y la Modernidad. Y la fórmula ha funcionado perfectamente. El Congreso del otoño del año 2005 tuvo asimismo su destacado protagonista, al celebrarse el bicentenario de la muerte de Schiller: Ilustración y modernidad en Friedrich von Schiller fue el tema planteado.2 Y así han seguido sucediéndose las convocatorias y las colaboraciones bilaterales.
En noviembre del 2006, celebrando precisamente el centenario de su nacimiento, tuvo lugar el congreso internacional Lévinas, la losofía como ética, cuyas actas tiene el lector entre las manos.3 Y una vez más, la convocatoria tuvo un resultado desbordante por la asistencia y la participación de un público delizado y activo, a pesar del riesgo que suponía el hecho de que Lévinas no fuese una gura comúnmente conocida, más allá del restringido contexto losóco. Sin lugar a dudas, fue ésta la mejor prueba de que la «fórmula MuVIM» ha resultado, en todos los sentidos, plenamente acertada.
Sin embargo, los esfuerzos ejercidos desde el museo para potenciar sus relaciones con la investigación histórico-losóca no se han limitado, como era de suponer, a estas estrictas y periódicas citas anuales, ya que, por una parte, toda una serie de jornadas y encuentros han venido a arropar y hacer posible las reexiones periódicas que el museo potencia en torno a su programa expositivo. Así, otras convocatorias e investigaciones han tenido lugar recientemente en el MuVIM: Museos y educación artística (2005);4Ciencia y técnica en el XVIII español (2006); Viajes y viajeros: entre cción y realidad (2007) y Guerra y viajes (2008).
Para mantener este programa de actividades, el museo siempre ha contado con ecaces colaboradores dentro del entramado universitario. Sacar la losofía fuera de sus espacios habituales y convertir el museo en un lugar singular de reexión han sido algunos de nuestros objetivos, a los que seguimos, a ultranza, fuertemente vinculados.
De manera muy especial, en esta hora de los reconocimientos, cuando ya disponemos de las actas, debemos referirnos también a la generosa predisposición de los jóvenes directores académicos del congreso dedicado a la figura de Emmanuel Lévinas (1906-1995). Muy particularmente a Andrés Alonso Martos, auténtico aglutinador de las diferentes vertientes del proyecto, junto a su equipo, José Miguel Martínez y Francisco Moragas, debemos agradecerles públicamente su constante entrega y directa colaboración.
Estas convocatorias, de cuño losóco, afortunadamente cuentan con el respaldo directo del Decanato de la Facultat de Filosoa, desde que se pusieron en marcha, hace un lustro. Con nuestro agradecimiento, apostamos fervientemente por su continuidad. Por su parte, también la Fundació General de la Universitat de València, a través del Patronat Martínez Guerricabeitia, ha facilitado su apoyo, concretamente con la concesión de créditos académicos de libre disposición a los asistentes, inscritos, que los han solicitado.
Por parte de los departamentos del MuVIM, son precisamente los miembros del equipo de la Sección de Estudios e Investigación, directamente involucrados en la planicación, desarrollo y realización del congreso, quienes merecen nuestro reconocimiento. Igualmente Publicacions de la Universitat de València, que con tanta ecacia ha trabajado, merece ser traído a colación, en estas circunstancias.
Valencia, mayo del 2008
ROMÀ DE LA CALLE
Director del MuVIM
1 Manuel E. Vázquez y Romà de la Calle (eds.): Filosofía y razón. Kant, 200 años, Valencia, PUV, 2005, 207 pp.
2 Faustino Oncina y Manuel Ramos (eds.): Ilustración y modernidad en Friedrich Schiller en el bicentenario de su muerte, Valencia, PUV, 2006, 256 pp.
3 En este caso los directores académicos fueron Andrés Alonso, José Miguel Martínez y Francisco Amoraga.
4 Ricard Huerta y Romà de la Calle (eds.): Espacios estimulantes. Museos y educación artística, Valencia, PUV, 2007, 240 pp. También Ricard Huerta y Romà de la Calle (eds.): La mirada inquieta. Educación artística y museos, Valencia, PUV, 2005, 249 pp.
INTRODUCCIÓN: FUE(RA) ADENTRO
Andrés Alonso Martos
Universitat de València
1
El lector tiene en sus manos los textos presentados en el congreso internacional de losofía dedicado al pensador Emmanuel Lévinas (1906-1995) lituano de origen, francés de adopción y judío con ocasión del primer centenario de su nacimiento. Bajo el título «Lévinas: la losofía como ética», fue celebrado en el MuVIM (Valencia) durante los días 15, 16 y 17 de noviembre del 2006 y organizado por el propio MuVIM y la Universitat de València; tuvo en su dirección académica a José Miguel Martínez Castelló, Francisco Amoraga Montesinos y quien esto escribe.
Hay algo arriesgadamente signicativo en la celebración de este congreso; tiene por ello este libro rasgos de hito editorial en lengua castellana. El riesgo reside en que no es Lévinas un lósofo conocido fuera del mundo de la academia losóca española, a la vez que no es demasiado estudiado dentro de ella; incluso a veces según se argumenta en uno de los artículos aquí recogidos no se le considera ni lósofo. Sin presencia fuera de este ámbito y con escasísima relevancia dentro de él, constituye un riesgo, por tanto, plantear cualquier proyecto sobre dicho pensador en España; de hecho y mientras se han sucedido en todo el mundo decenas de ellos, el congreso de Valencia ha sido el único que se ha organizado aquí para conmemorar esta efeméride. El signicado de este riesgo tiene, por su parte, doble faz: por un lado, es signicativo que el MuVIM y la Universitat de València decidieran incluir este nombre Lévinas o Levinas, como verá el lector a lo largo de estas páginas: doble nombre propio que señala su doble procedencia lituana y francesa, disyunción que expresa, quizá, un proceder lévinasiano dentro de los congresos anuales sobre losofía que realizan conjuntamente desde el 2004, pues sitúan a este pensador en una secuencia losóca que va de Kant (2004) a Schiller (2005), pasando por Hegel (2007) y Rousseau (2008);1 el otro lado de esta signicación arriesgada: dada la poca o nula existencia de Lévinas aunque va en aumento en el ámbito losóco español, pocos son los investigadores que dedican sus esfuerzos a este ¿lósofo?, por lo que un congreso que los reúna a prácticamente todos consigue ser un acontecimiento en los estudios sobre Lévinas, al mismo tiempo que un libro que contenga las conferencias de dicho acto está en tus manos, lector deviene un hito ¿losóco? en lengua castellana.
2
¿Por qué Emmanuel Lévinas: la losofía como ética? Parte de la respuesta a esta cuestión tal vez desemboque en que el amor a la sabiduría la filo-sofía es en verdad la sabiduría del amor;2 o en que «la ética no es en modo alguno una capa que envuelva a la ontología, sino que de alguna manera es más ontológica que la ontología».3 Tal vez así ocurra, cierto, pero para ello se exige la lectura del volumen que el lector tiene entre sus manos, con ello se le obliga a seguir todos los pasos que el pensamiento de Lévinas recorre: su posición dentro y fuera de la losofía (Antonio Pérez Quintana, Patricio Peñalver, Antonio Lastra, César Moreno, Manuel E. Vázquez), la torsión al concepto tradicional de ética (Agustín Domingo Moratalla, Graciano González) o de lenguaje (Antonio Domínguez Rey), la convergencia o divergencia de la ética y la política (Gérard Bensussan, Zygmunt Bauman, Ángel Gabilondo), o entre ética y derecho (Gabriel Bello), así como las raíces judías de su pensamiento (Julia Urabayen, Alberto Sucasas).
Lo exige y lo obliga porque no hay en Lévinas un abandono del concepto; digámoslo también de doble manera: su pensamiento opera con lo que hace su entrada, su intervención y con lo que se introduce y esto mismo hay que decirlo en toda introducción: «la sexualidad, la paternidad y la muerte introducen en la existencia una dualidad que concierne el existir mismo de cada sujeto»4 en el concepto desde un más allá o más acá de él, desde la exterioridad, para (des)habitar en su centro; existe en Lévinas, además, la rme voluntad de salir por la misma puerta por la que entró, desorientando la ordenación.5 Y es que allí donde se corre el riesgo con Lévinas porque, siendo su temática la alteridad, él es el otro, allí donde se le emplaza afuera y adentro, ni afuera ni adentro, pero en el adentro del afuera y el afuera del adentro,6 allí donde hay un rechazo a la exhibición, a la correlación o al encadenamiento, allí donde todo se asemeja a todo y cualquier cosa nos es familiar y forma género, allí donde poca cosa tampoco Lévinas, ¿por qué Lévinas? tiene transcendencia, «¿hay algo en el mundo que pueda hurtarse a este orden primordial de la contemporaneidad sin dejar por ello de signicar?».7 El riesgo de este congreso, también el de Lévinas, era signicativo porque no carecía de signicado:
Todo depende continúa poco después de la posibilidad de vibrar con una significancia [signiance] que no se sincroniza con el discurso que lo capta ni se sitúa en su orden; todo depende de la posibilidad de una signicación que signicaría como una perturbación [dérangement] irreductible.8
Salir por la misma puerta por la que se entró, poniendo a vibrar el concepto hasta su perturbación, desde adentro para crear un afuera, pensar el exterior para respirar,9 todo ello sería un modo de dejar esta puerta de la losofía un poco entreabierta para una intromisión que al mismo tiempo es una huida, pues «la perturbación entra de una manera tan sutil que ya se ha retirado»:10 Lévinas no es un fenómeno, sino un enigma.