Jurada - Морган Райс 4 стр.


“¿Un castillo?" Scarlet preguntó de repente. “¿Un auténtico castillo?"

Taylor miró hacia abajo, y sonrió divertida. Se acercó y tomó la mano de Scarlet mientras caminaba.

"Sí, cariño. Te estamos llevando allí ahora mismo. De hecho,” dijo mientras  doblaba en una una colina y señalaba, "está justo allí.”

Todos se detuvieron y a Caitlin le sorprendió la vista. Ante ellos, se extendían colinas, montañas, lagos y, a lo lejos, a la orilla de un gran lago, encaramado en su propio pequeño acantilado, había un antiguo castillo.

“El Castillo de Dunvegan," Taylor anunció. “El hogar de los reyes de Escocia durante siglos."

"WOW!" gritó Scarlet. "Mami, ¡vamos a vivir en un castillo!"

Caitlin no pudo evitar sonreír al igual que los demás, el entusiasmo de Scarlet era contagioso.

“¿¡Puede venir Ruth, también!?" preguntó Scarlet. Caitlin miró a Taylor, quien asintió con la cabeza. "Por supuesto que puede, cariño.”

Scarlet gritó de alegría abrazando a Ruth, y el grupo se apresuró a bajar la pendiente hacia el castillo lejano.

Mientras Caitlin observaba el castillo, percibió que sus paredes podrían ocultar secretos profundos, secretos que podrían ayudarla a encontrar a su padre. Una vez más, sintió que estaba en el lugar correcto.

"¿Está Aiden aquí?" Caitlin le preguntó a Tyler.

"Eso es lo que nos hemos estado preguntando desde hace un tiempo," contestó Tyler. "No lo he visto en semanas. A veces desaparece por un tiempo. Ya sabes cómo es.”

Caitlin lo sabía, por supuesto. Recordó todas las épocas, todos los lugares en los que ella había estado con ellos. Desesperadamente, necesitaba hablar con él ahora, para saber por qué habían aterrizado allí, para averiguar si Sam y Polly estaban bien, y para saber más acerca de la llave final -y, sobre todo, si su padre estaba allí. Tenía muchas preguntas candentes que se estaba muriendo por preguntarle. Como, ¿qué había sucedido en Londres antes de que todos regresaran en el tiempo? ¿Kyle había logrado sobrevivir?

Mientras se acercaban al castillo, Caitlin admiró su arquitectura -se elevaba a  cincuenta metros de altura y se extendía por muchos niveles en forma rectangular, tenía varias torres cuadradas y parapetos. Se erguía con valentía y orgullo en la cima de un acantilado con vistas al gran lago y el cielo abierto y, a diferencia de otros castillos, era amplio y estaba bien iluminado con docenas de ventanas. Su entrada era impresionante, con una amplia calzada de piedra que conducía a una puerta frontal y a una imponente puerta arqueada. No era un lugar al que se podía acercar con facilidad y, cuando Caitlin miró hacia arriba, vio en todas las torres guardias humanos que los observaban como si fueran halcones.

Cuando se acercaron a la entrada, repentinamente se escucharon trompetas, seguidos por el estruendo de los cascos de los caballos.

Caitlin se volvió. Galopando sobre el horizonte, corriendo directamente hacia ellos, había docenas de guerreros humanos vestidos con armaduras. Al frente de ellos había un hombre imponente vestido con pieles, con una gran barba naranja, flanqueado por sus asistentes, tenía el porte de un rey. Tenía rasgos faciales suaves y parecía ser el tipo que sonreía con facilidad. Lo seguía un gran séquito de guerreros, y Caitlin se habría preocupado si Taylor y Tyler no hubieran estado tan  relajados. Claramente, eran amigos.

Cuando los soldados se detuvieron frente a ellos y se separaron, Caitlin se detuvo en seco, sorprendida.

Allí, en el centro del grupo que desmontaba, había dos de las personas que más quería en el mundo. No lo podía creer. Parpadeó varias veces. Eran realmente ellos.

De pie frente a ella, sonriendo, estaban Sam y Polly.

*

Ante los dos grandes grupos de guerreros, Caitlin y Sam se acercaron y se reunieron en un enorme abrazo. Caitlin se sintió tan aliviada de estar abrazando a su hermano y ver y sentir que estaba vivo, y comprobar que realmente estaba  allí. Luego, abrazó a Polly, mientras Caleb se acercaba y también le daba un abrazo a Sam y a Polly.

“¡Polly!" Scarlet gritó mientras corría hacia ella con Ruth ladrando a su lado. Polly se arrodilló y le dio un gran abrazo, levantándola en los brazos.

“¡Creí que nunca te volvería a ver!", dijo Scarlet.

Polly sonrió. “¡No vas a poder deshacerte de mí tan fácilmente!"

Ruth ladró y Polly se arrodilló y la abrazó, mientras que Sam abrazaba a  Scarlet.

Caitlin sintió la calidez de tener a su familia y seres queridos con ella. Recordó los días en Londres cuando todos habían estado enfermos y moribundos, cuando no podía imaginar que una escena feliz pudiera ser posible. Se sentía muy agradecida de que todo se había resuelto y le maravilló pensar en todas las vidas que ya había vivido. Estaba muy agradecida por la inmortalidad. No podía imaginar cómo  podría  haber hecho tanto con una sola vida.

"¿Qué pasó con ustedes?" Caitlin le preguntó a Sam. "La última vez que te vi, me prometiste que no dejarías a Caleb y Scarlet. Y cuando volví, te habías ido.”

Caitlin estaba todavía molesta por su traición.

Sam y Polly miraron hacia abajo avergonzados.

"Lo siento mucho", dijo Sam. "Fue mi culpa. Secuestraron a Polly y fui a recatarla.”

"No, es mi culpa", dijo Polly. "Sergei había dicho que había una cura para Caleb y Scarlet y que lo acompañara para buscarla. Fui muy estúpida -le creí. Creí que iba a salvarlos. Pero rompí mi promesa. ¿Vas a perdonarme? "

"¿Y a mí?" preguntó Sam.

Caitlin miró sus rostros y vio que lo decían con total sinceridad. Una parte de ella aún estaba molesta porque habían roto su promesa y habían dejado a  Scarlet y Caleb expuestos a los ataques. Pero, otra parte de ella, la parte que estaba cambiando, le decía que debía perdonarlos y olvidarse del asunto.

Ella respiró hondo y se concentró para soltar su pensamiento. Exhaló y asintió con la cabeza.

"Sí, los perdono", dijo.

Ambos sonrieron.

“Tú podrás perdonarlos," el rey McCleod dijo de pronto, desmontando y caminando hacia ellos, “¡pero yo no voy a perdonarlos por avergonzar a mis hombres de esa manera!", dijo, dejando escapar una carcajada. "Especialmente a Polly. Los dos avergonzaron a mis mejores guerreros. Claramente, tenemos mucho que aprender de ustedes así como hemos aprendido de los demás. Los vampiros contra los humanos. Nunca es justo ", dijo, sacudiendo la cabeza con otra carcajada.

McCleod dio un paso adelante y se acercó a Caitlin y Caleb. De inmediato, a Caitlin le cayó muy bien. Él se apresuró a sonreír, tenía una risa profunda y reconfortante, y parecía que todos estaban a gusto a su alrededor.

"Bienvenidos a nuestra isla", dijo tomando la mano de Caitlin y besándola con una reverencia. Luego, se acercó y estrechó calurosamente la mano de Caleb entre las suyas. "La Isla de Skye. No hay un lugar igual en el mundo. El hogar

Desesperado

Caitlin se sintió abrumada por su hospitalidad. No sabía qué decir.

"Es un gran gusto", ella dijo.

"Y le damos gracias por su bondad," dijo Caleb.

"¿Eres un rey?" Scarlet dio un paso adelante y le preguntó. "¿Hay una princesa real aquí?"

El rey miró hacia abajo y se puso a reír a carcajadas, eran más fuertes y más profundas que antes. "Bueno, ahora, yo soy el rey, sí de verdad, pero me temo que no hay una princesa aquí. Sólo estamos nosotros, puros hombres. ¡Pero quizás tú puedas corregir eso, mi belleza!", dijo con una risa y dio dos pasos hacia delante, levantó a Scarlet y la hizo girar. “¿Y cómo te llamas?"

Scarlet se sonrojó, de repente se vio tímida.

"Scarlet", dijo ella, mirando hacia abajo. "Y esa es Ruth," dijo mientras la señalaba.

Ruth ladró como toda respuesta, y McCleod la bajó con una sonrisa y acarició la piel de Ruth.

"Estoy seguro de que todos ustedes tienen mucho hambre", dijo. “¡Vamos al castillo!", gritó. “¡Es hora de celebrar!"

Todos sus hombres gritaron, se dieron vuelta como un grupo, y se dirigieron a la entrada del castillo. Las filas de guardias se cuadraron.

Sam pasó un brazo alrededor del hombro de Caitlin, y Caleb alrededor del hombro de  Polly mientras todos caminaban hacia la entrada del castillo. Caitlin sabía que no debía pero, a pesar de sí misma, tuvo la esperanza de que, una vez más, había encontrado un hogar permanente, un lugar en el mundo donde todos ellos podrían, por fin, vivir en paz para siempre.

CAPÍTULO SEIS

Era la bienvenida más cálida y más lujosa que Caitlin hubiera podido imaginar. Su llegada había iniciado una gran celebración. Se había encontrado con todos los demás miembros de la cofradía, y vio caras que no había visto en lo que le parecía una eternidad -Barbara, Caín, y muchos otros. Todos se sentaron a almorzar un banquete enorme alrededor de una mesa en el cálido castillo de piedra, con pieles debajo de sus pies, antorchas en las paredes, la chimenea encendida y perros corriendo por todos lados. La habitación era cálida y acogedora, y Caitlin se dio cuenta de que hacía frío afuera -era finales de octubre, le habían dicho a Caitlin. 1350. Caitlin no lo podía creer. Estaban a casi 700 años del siglo 21.

Siempre había tratado de imaginar como podría ser la vida en este tiempo, en la época de los caballeros, de armaduras, castillos … pero nunca había imaginado algo así. A pesar del marcado cambio en el entorno y la ausencia de grandes pueblos o ciudades, la gente era todavía muy cálida, muy inteligente, muy humana. En muchos sentidos, no había tanta diferencia con la gente de su tiempo.

Caitlin se sintió muy a gusto en esta época y en este lugar. Había pasado horas poniéndose al día con Sam y Polly, escuchando sus historias, su versión de lo que les había pasado en Inglaterra. Se había horrorizado al enterarse de lo que había sucedido entre Sergei y Polly, y estaba orgullosa de Sam por haberla salvado.

Y durante toda la noche, no pudo dejar de notar que Sam apenas quitaba sus ojos de Polly. Como hermana mayor, sintió que había ocurrido un cambio importante en su hermano. Se veía más maduro y, por primera vez, verdadera y totalmente enamorado.

Sin embargo, Polly se veía un poco evasiva. Fue difícil para Caitlin tener una idea exacta de los sentimientos de Polly hacia Sam. Tal vez porque Polly era más reservada. O tal vez porque, esta vez, a Polly realmente le importaba. Caitlin podía sentir que, en el fondo, Sam significaba el mundo para ella y que se estaba cuidando de no revelar sus sentimientos para no estropearlo todo. Caitlin se dio cuenta de que a veces, cuando Sam miraba hacia otro lado, Polly le lanzaba una mirada furtiva. Pero, luego, rápidamente desviaba la mirada para que Sam no la atrapara mirándolo.

Sin lugar a dudas, su hermano y su mejor amiga estaban a punto de convertirse en una pareja. La idea la emocionó mucho. Y le divertía que ambos estaban negando lo que les estaba pasando, e incluso fingían lo contrario.

En la mesa también había nuevos amigos humanos, y Caitlin conoció a mucha gente a quien sentía muy cercana. Todos eran guerreros. El rey se sentó en la cabecera, rodeado de docenas de caballeros. A lo largo de la tarde, todos cantaron canciones

beber,

La comida y las historias se prolongaron por horas y el almuerzo se extendió hasta entrada la tarde. Las antorchas se extinguieron y las volvieron a encender. Agregaron docenas de leños a la enorme chimenea de piedra y se reemplazaron las enormes cubas de vino. Eventualmente, todos los perros se cansaron y se durmieron sobre las alfombras. Scarlet finalmente se quedó dormida sobre el regazo de Caitlin, mientras Ruth se acurrucó junto a Scarlet. Ruth había comido gracias a Scarlet, quien la había alimentado con carne. Una docena de perros se sentaron alrededor de la mesa pidiendo las sobras, pero todos tuvieron el buen tino de mantenerse lejos de Ruth. Y Ruth tampoco parecía interesada en jugar con ellos.

Algunos de los guerreros, saciados de comida y bebida, también se quedaron dormidos en sus pieles. Caitlin

se encontró a la deriva

Era el rey, McCleod, dirigiéndose a ella por encima del estruendo.

"¿Y qué piensas, Caitlin?", él preguntó de nuevo.

Lentamente, todos en la mesa hicieron silencio mientras se volvían y miraban en su dirección.

Caitlin se sintió avergonzada porque no había estado escuchando la conversación. El rey la miró, como esperando una respuesta. Finalmente, ella se aclaró la garganta.

"¿Qué opinas del Santo Grial?", el rey preguntó de nuevo.

¿El Santo Grial? Caitlin se preguntó. ¿Eso era de lo que estaban hablando?

No tenía ni idea. No había estado pensando en el Santo Grial para nada, y apenas sabía lo que era. Deseaba haber estado escuchando su conversación. Trató de recordar lo que era, y volvió a pensar en los cuentos de hadas de la infancia, en los mitos y leyendas. En las historias del Rey Arturo. Excalibur. El Santo Grial …

Poco a poco, empezaba a acordarse. Si recordaba correctamente, se rumoreaba que el Santo Grial era un cáliz o copa que contenía  un líquido especial … .Sí, ahora recordaba. Algunas personas decían que el Santo Grial contenía la sangre de Cristo y, que si se bebía, te volvía inmortal. Si no recordaba mal, los caballeros habían pasado cientos de años buscándolo y habían arriesgado sus vidas buscándolo en los confines de la tierra. Y nadie lo había encontrado .

"¿Crees que alguna vez lo encontrarán?" McCleod preguntó de nuevo.

Caitlin se aclaró la garganta, toda la mesa la estaba mirando esperando una respuesta.

"Um …" ella comenzó, "En realidad, no he pensado mucho en ello", respondió. "Pero si realmente existe … entonces no veo por qué no pueda encontrarlo."

Hubo un pequeño rugido de aprobación en la mesa.

"Ves," dijo McCleod a uno de sus caballeros. "Ella es optimista. Yo también creo que se va a encontrar.”

"Cuentos de viejas", dijo un caballero.

"¿Y qué vas a hacer cuando lo encuentres?", preguntó otro caballero. "Esa es la verdadera pregunta."

"¿Pues, voy a hacerme inmortal", contestó el rey, rompiendo en una carcajada.

"Para eso no es necesario el Santo Grial", dijo otro caballero. "Todo lo que necesitas es ser convertido."

De repente, un silencio tenso cayó sobre la mesa. Era evidente que este caballero había hablado demasiado y había cruzado una línea mencionando algo que era un tabú. Bajó la cabeza avergonzado reconociendo su error.

Caitlin vio cómo repentinamente McCleod oscurecía su expresión y, en ese momento, se dio cuenta de que desesperadamente quería ser convertido. Y que estaba profundamente resentido con la cofradía de Aiden por no permitírselo. Este caballero había planteado un punto delicado que ponía en tensión a las dos razas.

"¿Y cómo es?", preguntó el rey en voz alta, dirigiendo, por alguna razón, su pregunta a Caitlin. “¿La inmortalidad?"

Caitlin se preguntó por qué, de todos los vampiros en la habitación, le tuvo que preguntar a ella. ¿Cómo era? ¿Qué podía decir? Por un lado, le encantaba la inmortalidad, le encantaba vivir en todos estos tiempos y lugares, ver a su familia y amigos una y otra vez. Por otra parte, algunas partes de ella deseaba tener una vida normal, simple, que su vida tuviera un curso normal. Por encima de todo, le   sorprendía lo breve que parecía la inmortalidad: por un lado, se sentía como que se vivía para siempre pero, por otro lado, parecía que nunca había suficiente tiempo.

"No se siente tan permanente como se podría imaginar."

El resto de la mesa asintió en señal de aprobación a su respuesta.

De repente, McCleod se levantó de su silla. Todos los demás se levantaron también.

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