Objetivo Principal - Джек Марс 9 стр.


Luke sonrió y negó con la cabeza. —Está bien, Papá.

—Te revolvería el pelo, pero eres demasiado viejo, —dijo Don.

Más allá de la puerta había una pequeña sala de espera. Tres filas, de cinco asientos cada una, estaban agrupadas frente a un escritorio y detrás del escritorio, la puerta de la pista. El escritorio estaba abandonado y nadie se sentaba en las sillas, era un área vacía de la terminal.

A través de los grandes ventanales, Luke pudo ver un pequeño avión azul del Departamento de Estado estacionado y esperando fuera. Una escalera plegable conducía a la puerta abierta de la cabina del avión.

Un grupo de tres personas se arremolinaba en la puerta. Dos de ellos eran Trudy Wellington y Mark Swann. Trudy era pequeña y lo parecía a cada centímetro. Swann era alto y delgado, pero se veía encogido por el tercer miembro de su grupo, un hombre negro con vaqueros y chaqueta de cuero. El hombre negro se quedó solo, un poco alejado de Trudy y Swann. Tenía una mochila verde en el suelo a sus pies.

—¿Ese es el tipo? —dijo Luke. —¿Newsam?

Don asintió. —Ese es el chico.

Luke se empapó de él mientras se acercaban. Parecía medir dos metros de alto, sus hombros eran anchos, al igual que su pecho. Debajo de su chaqueta de cuero, llevaba una camiseta blanca que se aferraba a su enorme musculatura. Parecía que alguien se la había pintado. Sus brazos estaban cubiertos por la chaqueta, pero sus puños eran enormes. Llevaba botas de trabajo amarillas en sus grandes pies. Parecía el dibujo animado de un superhéroe.

Excepto por su cara, era tan arrogante y tan joven como la de cualquier niño de instituto. No había una arruga en él.

—¿Este tipo ha combatido antes? —dijo Luke.

Don asintió de nuevo. —Sí.

—Bueno, tú eres el jefe.

—Sí, lo soy.

Cuando llegaron hasta el grupo, los tres se giraron. Los ojos de Trudy y Swann estaban enfocados en Don, su jefe. El recién llegado, Newsam, miró a Luke.

—Gracias por venir, todos. Trudy y Mark, habéis tenido la oportunidad de conocer a Luke Stone, vuestro comandante en este viaje. Luke ha sido uno de los mejores miembros de operaciones especiales con los que he tenido el placer de servir, en el Ejército de los Estados Unidos. Luke, este es Ed Newsam, con quien no he servido, pero sobre el que he escuchado cosas espectaculares.

Los dos hombres se dieron la mano. Luke miró a los ojos del hombre más grande. Newsam no hizo nada explícito; por ejemplo, no intentó aplastar la mano de Luke con la suya. Pero sus ojos lo decían todo: Tú no mandas en mí.

Luke lamentaba estar en desacuerdo, pero este no era el momento ni el lugar para preocuparse por eso. Sin embargo, si iban a trabajar juntos, especialmente en una zona de combate, ese momento casi seguro que llegaría.

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