DEL DESEO
En la edad media, las catedrales góticas eran construidas por varias generaciones. Este esfuerzo prolongado ayudaba a los participantes a organizar su pensamiento, agradecer y soñar.
Hoy el romanticismo acabó, una construcción es apenas un negocio más. Entre tanto, el deseo de construir permanece. Mucha gente dedica el final de sus vidas para terminar una casa, perfeccionar un jardín, levantar una capilla.
También nosotros precisamos ejercer este derecho; si no tenemos una catedral, reconstruiremos nuestro cuarto. Esto nos ayudará a conocer mejor quienes somos. Nos hará modificar una serie de cosas que nos están incomodando.
Tanto las iglesias como los hombres sufren del desgaste del tiempo – es por eso que no se pueden detener nunca.
DEL ERROR
En uno de los momentos más trágicos de la crucifixión, dos ladrones perciben que el hombre que esta moribundo a su lado es el Hijo de Dios. "Señor, acuérdate de mí cuando estés en el Paraíso", dijo un ladrón. "En verdad, estarás hoy conmigo en el Paraíso", responde Jesús, transformando al bandido en el primer santo de la iglesia Católica: San Dimas.
No sabemos porque razón Dimas fue condenado a muerte. En la Biblia, él confiesa su culpa, diciendo que fue crucificado por los crímenes que cometió. Supongamos que haya hecho algo tan cruel, tenebroso o suficiente como para terminar de aquella manera, lo mismo así, en los últimos minutos de su existencia, en un acto de fe se redime – y se lo glorifica.
Recordemos de este ejemplo cuando, por alguna razón, nos juzgamos incapaces de tener una vida espiritual.