Tres Metros Sobre El Cielo - Федерико Моччиа 21 стр.


Babi va a la ventana y mira afuera. Algunos árboles de navidad se prenden y apagan sobre las terrazas de las casas, en las salas elegantes del edificio de enfrente. Es navidad. Hay que ser buenos. Quizás debería llamarlo. Cuantas veces, sin embargo, fui buena. Cuantas veces lo perdone. Incluyendo lo de la Giacci. Se recuerda de las miles discusiones que tuvieron, su modo diferente de ver las cosas, las peleas, el dulce hacer las paces esperando que todo pudiera mejorar. Pero nunca fue así. Discusión tras discusión, día tras día, con sus padres que le hacían la guerra, llamadas escondidas, timbrazos nocturnos. Su madre que responde, Step que ataca. Y su celular en la casa no servia y ella castigada, cada vez mas a seguido.

Aquella vez que Raffaella había organizado una cena en su casa, obligándola a quedarse. Había invitado mucha gente refinada, el hijo de un amigo de ellos muy rico. Un buen partido, le habían dicho. Después llego Step. Daniela abrió sin pensarlo, sin preguntar quien era. Step le lanzo la puerta golpeándole la cabeza.

Lo siento Dani, sabes que no es contigo, lo sabes!

Agarro a Babi por un brazo y se la llevo fuera de ahí entre los inútiles gritos de Raffaella y el intento del buen partido de detenerlo. Ese tipo se encontró en el suelo con el labio golpeado y sangrante. Ella se durmió entre los brazos de Step, llorando.

Como todo se volvió difícil. Quisiera estar lejos de aquí contigo, sin mas problemas, sin mis padres, sin este desorden, en un lugar tranquilo, fuera del tiempo.

El le sonrió.

No te preocupes. Yo se adonde ir, nadie nos fastidiara. Hemos ido bastante, solo hay que querer.

Babi lo mira con los ojos llenos de esperanza.

Donde?

Tres metros sobre el cielo, donde viven los enamorados.

Pero el día después regreso a su casa y de ahí ha comenzado o quizás ha terminado todo.

Babi se inscribió en la universidad, comienza a ver economía y comercio, pasa las tardes estudiando. Comienza a verlo cada vez menos seguido ahora. Una tarde con el. Fueron a Giovanni a tomar un jugo. Están hablando fuera del bar cuando de repente llegan dos tipos tremendos. Step no le da tiempo de reaccionar. Le están rápido encima. Comienzan a agarrarlo a cabezazos teniéndolo abrazado entre ellos, golpeándolo con la cabeza por turnos, en una tremenda pelea sangrante. Babi ha comenzado a gritar. Step al final logra liberarse. Los dos han huido sobre una Vespa perdiéndose en el tráfico. Step se quedo en el suelo, atontado. Después, ayudado por ella, se alzo de nuevo. Con servilletas logro parar la sangre que le bajaba por la nariz. Más tarde la acompaño a la casa, en silencio, sin saber bien que decir. Ha hablado de una riña de tanto tiempo atrás, cuando aun no estaban juntos. Ella le creyó, o quizás ha querido hacerlo. Cuando Raffaella la vio entrar a la casa con la camiseta llena de sangre, le dio un susto.

Que te paso? Babi estas herida? Que te sucedió? Es culpa de ese delincuente verdad? No entiendes que terminaras mas?

Ella fue a su cuarto, se cambio en silencio. Después se quedo ahí, sola, echada sobre la cama. Entendió que algo no iba bien. Algo debería cambiar. No seria así de fácil, no como quitarse una camiseta y botarla entre la ropa sucia. Cualquier día después vio a Step. Tiene otro corte en la cara. Le pusieron puntos en la ceja.

Pero que te paso?

Bueno, para no despertar a Paolo entre a la casa y no prendí la luz del corredor. Me golpee contra un mueble. No sabes que mal, una cosa bestial.

Justo como esa que ha hecho. La verdad la supo de Pallina por casualidad, hablando por teléfono. Fueron a buscar a los tipos, con palos y cadenas, guiados por Step. Una riña gigantesca, una verdadera venganza. Salio hasta una noticia en el periódico. Babi tranco. Es inútil discutir con Step, siempre hará como quiere, a su modo. Tiene la cabeza dura. Le ha dicho miles de veces que ella odia la violencia, los puños, los golpeadores.

Acomoda los escaparates, tira abajo algunos cuadernos botándolos por el suelo, sin interés. Cuadernos de años pasados, apuntes del liceo, viejos libros.

Que hacemos esta noche? Vamos a las carreras de moto? Anda, van todos.

Estas bromeando espero, no pasara! Yo en ese lugar no vuelvo a poner un pie. Quizás encuentro a esa loca rabiosa y me toca caerle a golpes de nuevo. Tenemos una reunión, si quieres venir.

Step se puso una chaqueta azul y se quedo todo el tiempo sentado sobre un sofá mirando alrededor, tratando de conseguir algo de divertido en eso que escuchaba, sin lograrlo. El siempre odio esa gente. Ha entrado a estas fiestas, ha arruinado todo, si divirtió bastante con los otros robando en los cuartos, a lanzar al suelo las cosas. Los otros. Quien sabe donde estarán en este momento. En la Serra, corriendo a ciento cuarenta, sobre la moto con los amigos que los animan, con Siga que agarra las apuestas, con las groupies, Ciccio y todos los otros. Que genial esa fiesta. Encuentra la mirada de Babi. Le sonríe. Ella esta molesta, sabe muy bien lo que el esta pensando.

Babi trata de agarrar aquel libro más alto que el resto.

Después lo recuerda como si fuera en ese momento.

El intercomunicador suena alocado. La dueña de la casa atraviesa la sala corriendo, la puerta que se abre y Pallina ahí, pálida, agitada y se echa a llorar.

Es una noche terrible. Deja de pensarlo. Comienza a recoger los libros que lanzo al suelo. Agarra otros poniéndolos sobre la mesa y cuando se inclina de nuevo, la ve. Esta ahí, clara y seca, amarilla. Arruinada, sobre la alfombra oscura, carente de la vida que tenia hace tanto tiempo.

La pequeña espiga que metió en su diario la primera vez que huyo de la escuela con Step. Esa mañana con el viento que anunciaba el verano, esos besos que sabían a piel perfumada por el sol. Su primer amor. Se recuerda cuando estaba convencida que nunca podría existir algún otro. La recoge. La espiga se rompe entre sus dedos, como viejos pensamientos, como ligeros sueños y débiles promesas.

Step mira la cafetera sobre la hornilla. El café todavía no esta listo. Sube un poco la llama. Cerca todavía queda un poco de cenizas y un último pedazo de hoja amarillenta. Sus amados diseños, las caricaturas de Andrea Pazienza. Son los originales. Los ha robado en la redacción de un nuevo periódico, Zut, cuando Andrea estaba aun vivo y colaboraba con ellos. Una noche rompió el vidrio de la ventana con el codo y entro desde arriba. Fue fácil, agarro solo los diseños del mítico Paz y después se fue veloz por la puerta, desapareciendo en la noche, feliz, con los dibujos de su ídolo entre las manos. Poco tiempo después Andrea muere.

Es junio. Una fotografía suya en un periódico. Alrededor de Andrea esta toda la noticia. Esa foto debe haber sido hecha días después de su hurto. Step recoge entre las rejillas de las hornillas ese pedazo de papel. Que caricatura era? Debe ser esa con la cara de Zanardi. Ahora no importa más. Las quedo todas esa noche después de la llamada. Se quedo ahí viendo los colores quemarse, las caras de sus héroes desaparecer abrazados por las llamas, las frases graciosas de poetas desconocidos desvanecer en humo. Después entro su hermano.

Pero que haces? Eres cretino? Mira estas quemando el tope de la cocina

Paolo ha tratado de apagar esa llama muy alta pero el lo paro.

Step pero te da vueltas el cerebro? Después la tengo que pagar yo, no? Estas estupideces hazlas afuera.

Step no supo nada más. Lo batió contra el muro, cerca de la ventana. Paolo perdió sus lentes. Volaron lejos, al suelo, rompiéndose. Después Step se calmo. Lo dejo ir. Paolo recogió sus lentes rotos y salio en silencio, sin decir nada. Step se puso peor. Escucho cerrarse la puerta de la casa. Se quedo ahí, mirando sus dibujos que se quemaban, arruinando el tope de la cocina, sufriendo como nunca había sufrido. Solo como nunca lo había estado. Le viene a la mente Battisti. Agarrar a puños a un hombre solo porque fue descortés, sabiendo que lo que duele no son las ofensas. Es cierto, tiene razón. Y a el le duele mucho mas. Ese hombre es su hermano. El café esta listo de repente, burbujeando, como si también tuviera algo que decir. Step lo echa en una taza y se lo toma. En su boca se queda un sabor caliente y amargo, el mismo sabor de los recuerdos abandonados en su corazón.

Septiembre. Los padres de Babi le compraron un ticket para Londres. Se pusieron de acuerdo con la madre de Pallina. Quieren alejarlas de esas nuevas malas amistades. Solo basto poco. Un plan bien pensado. Una cita con un amigo que trabaja para el estado. Pasaportes nuevos. En ese avión para Inglaterra salen dos, pero los tickets, cambiados pocos días antes, tienen nombres diferentes. Pollo y Pallina.

Son quince días inolvidables para todos. Para los padres de Babi, ilusionados y contentos, finalmente tranquilos. Para Pollo y Pallina, de paseo en Londres, en los pubs y discos, mandándoles a todos postales compradas en Roma, postales inglesas, ya firmadas por Babi. Mientras que Step y ella, lejos de todos, en esa isla griega, Astipaleia. Un viaje épico. Abrazados bajo las estrellas, echados sobre un puente, sobre coloridos sacos, cantando con gente extranjera canciones ingleses, mejorando así su pronunciación, no de la misma forma como hubiesen querido sus padres. Después los molinos blancos, las rocas, una pequeña casa sobre el mar. Pescar al alba, dormir la tarde, salir de noche, pasear en la playa. Dueños del lugar, del tiempo, solos, contando las estrellas, olvidando los días, telefoneando mentiras.

Step saborea el café. Parece aun mas amargo. Comienza a reír. Esa vez que Babi invito a todos los amigos de el a cenar. Un intento de socializar. Se sentaron en la mesa y se comportaron bien justo como Step les pidió tanto. Después no resistieron más. Uno tras otro se levantaron, adueñándose de los platos, llevándose las cervezas y todo hacia la sala. Nunca invites los miércoles. Mucho menos si están jugando las copas de fútbol. Naturalmente termino de forma trágica. La Roma perdió, alguno que apoyaba al rival, la Lazio, ha comenzado a echar broma y fue el comienzo de una riña. Step ha tenido que sacarlos a todos. Divergencias, diferencias, dificultades. Ha tratado de superarlas. Fiesta enmascarada. Se disfrazaron de Tony y Jerry y justo a esa fiesta llegaron Pollo y los demás. Un simple caso del destino cruel? O más simplemente un chisme de Pallina? Todos hicieron como si no lo conocieran.

Saludaron a Babi, ese pequeño Jerry de ojos azules y han ignorado a Tom, riendo cada vez que pasaba ese gato de músculos hinchados.

El día después, en la plaza, Pollo, Schello, Hook y algún otro se le acercaron con aire grave.

Step, te debemos decir algo. Sabes, ayer fuimos a una fiesta y estaba Babi.

Step los miro fingiendo como si nada.

Entonces?

Bueno, entonces, estaba disfrazada de rata y había un gato que la atacaba como un puerco. Parecía uno fuerte, uno que golpea duro. Si quieres una mano para controlarlo, dilo. Sabes, hay un problema. Hay algunos gatos que tienen ciertas

Pollo no tiene tiempo de terminar la frase. Step le salta encima, bloqueandole la cabeza debajo del brazo, friccionando la nuca con su puño duro. Entre las risas de los otros, las risas de Pollo, sus risas. Que amigos! De repente se siente triste.

Esa noche. Porque fue a esa fiesta, porque fue, en ve de ir a las carreras? Babi insistió tanto. Cuantas cosas hizo por ella. Quizás no hubiera sucedido. Quizás.

El intercomunicador suena alocado. La dueña de la casa atraviesa la sala corriendo, la puerta se abre. Pallina pálida, temblante aparece en la puerta. Sus ojos tristes, llenos de lágrimas, de sufrimiento. Step se le acerca. Ella lo mira conteniendo ese primer sollozo.

Pollo esta muerto. Entonces lo abraza buscando en el eso que no puede conseguir más en ninguna parte. Su amigo, su novio, esa risa fuerte y llena. Fueron corriendo a la Serra con Babi, con la Y10 que hace poco le habían regalado los padres. Los tres juntos, en ese carro, con ese sabor nuevo que se tiñe de sufrimiento y silencio. Después lo vio. Luces brillantes alrededor a ese único punto. La moto de su amigo. Uniformes odiados y carros de la policía alrededor de Pollo, tirado ahí en el suelo, sin la fuerza de reír, de bromear, de echarle broma, de decir tonterías. Alguno mide algo extendiendo un metro. Algún otro chico mira. Pero ninguno puede ver o medir todo eso que se fue. Step se dobla encima de el en silencio, acaricia la cara del amigo. Ese gesto de amor que nunca hicieron en años de amistad, que nunca se permitieron. Después susurra llorando: Me harás falta. Y solo Dios sabe que tan sincero fue.

El café se termino. De repente le vienen ganas de escucharlo leer las últimas noticias del Corriere dello Sport, de ese tipo que aterroriza a Maria, que entra en la casa despertándolo cada mañana, que atraviesa su visa haciendo bochinche, riendo. Después se pregunta hace cuanto no come un sándwich de salmón. Pero extrañamente en ese momento no tiene ganas. Quizás porque, si quisiera un sándwich, lo podría tener.

Babi mira el regalo que compro para Pallina. Esta ahí, en la mesa, envuelto con papel rojo y un lazo dorado. Lo eligio con cuidado, le gustaría bastante, pago mucho por el. De igual forma esta ahí. No la ha llamado, no se han comunicado. Cuantas cosas han cambiado con Pallina. No es más la misma, no se visitan, no logran hablar. Quizás porque después del liceo han tomado dos vías diferentes. Ella economía y comercio, Pallina un instituto de gráficos. Siempre ha amado dibujar. Le vienen a la mente todos los papeles que le ha mandado durante las horas de clase. Caricaturas, frases felices, comentarios, caras de amigas. Adivina, quien es esta? Era tan buena que a Babi tardaba poquísimo tiempo en adivinar. Miraba el dibujo, alzaba la cabeza y ahí la veía. Esa compañera del mentón grande, de las orejas un poco alargadas, de la sonrisa excesiva. Y reían desde lejos, simples compañeras, grandes amigas. Cada pretexto era bueno para dejarse regañar, casi orgullosas de esa alegría, es esas sonrisas no muy bien escondidas.

Después de esa noche, y los días siguientes y el mes sucesivo. Silencios prologados, llantos. Pollo no esta más y ella no sabe conseguir la razón. Hasta que ese día fue llamada por la madre de Pallina. Corrió veloz hasta su casa. La consiguió ahí, echada en la cama, arruinada. Se tomo media botella de whisky y tomo un bocado de pastillas. El suicidio de los pobres, así Babi le dijo cuando la vio en grado de entender. Pallina se echo a reír y después a llorar entre sus brazos. La madre las dejo solas, sin saber bien que hacer. Babi le acaricia la cabeza.

Anda Pallina, no hagas así, todos pasamos momentos terribles, todos pensamos al menos una vez de terminar con todo, que no vale la pena vivir. Pero te olvidas de los cornettos de Mondi, la pizza de Baffetto, los helados de Giovanni? Pallina sonríe, se seca las lágrimas con la muñeca, respirando profundo.

Yo también, hace tanto tiempo, cuando termine con ese estupido de Marco pensé que moriría, que no podía mas, que no había otra razón valida para vivir. Pero me recupere, tu me ayudaste, me sacaste a pasear, encontré a Step. Claro, ahora quisiera golpearlo a el y su modo de ser, pero es mejor no?

Se echan a reír. Pallina sollozando aun. Babi le da un pañuelo para secarse. Pero desde ese día algo comenzó a cambiar. Se llamaban cada vez menos y aquellas veces no han tenido tampoco muchas cosas que decirse.

Quizás porque dejarse ver muy débil por un amigo después te hace sentirte en dificultad. Quizás porque pensamos siempre que nuestro dolor es único, personal, como todo eso que lo resguarda.

Nadie puede amar como amamos nosotros, nadie sufre como sufrimos nosotros. Ese dolor de barriga, justamente, lo tengo yo, no tu. Quizás Pallina nunca le había perdonado de ir a la fiesta con Step. Step, que si esa noche hubiese estado en las carreras, no le hubiera permitido a Pollo competir, Step que lo habría salvado, que no le hubiera permitido morir, Step que era su ángel de la guarda. Babi mira el regalo. Quizás hay otras razones, mas escondidas, más difíciles de entender. La debería llamar. En navidad todos son más buenos.

Babi! Es la voz de Raffaella. Llamaría a Pallina mas tarde.

Si, mama?

Puedes venir un momento ve quien esta?

Alfredo esta ahí, parado en la puerta.

Hola.

Babi se pone ligeramente roja. En eso no ha cambiado. Mientras va a saludar se da cuenta ella también. Quizás, en esto, nunca cambiaria. Alfredo trata de sacarle conversación.

Hace calor aquí adentro.

Si. Dice Babi sonriendo.

La madre los deja solos.

Quieres ir a ver la muestra de los pesebres en la plaza del Popolo?

Si, espera que me ponga algo. Aquí hace calor, pero afuera debe ser frío

Se sonríen. El le aprieta la mano. Ella lo mira cómplice. Después va hacia allá. Que extraño, viven desde hace tantos años en ese mismo complejo y no se habían conocido antes.

Sabes, yo he estudiado mucho este tiempo, preparando mi tesis, y bueno terminamos mi novia y yo.

Yo también.

También estas preparando la tesis? le sonríe el.

No, termine con mi novio.

En realidad Step todavía no lo sabia, pero ella lo había decidido. Una decisión difícil, llena de peleas, de discusiones, de problemas con sus padres y, en el fondo, porque no?, también de Alfredo.

Babi se mete la chaqueta. Atraviesa el corredor. Justo en ese momento suena el teléfono. Babi se queda un momento viéndolo. Un timbre, dos. Raffaella va a responder.

Si?

Babi se queda cerca, la mira curiosa, preocupada, preguntándole con la mirada si es para ella. Raffaella niega dulcemente con la cabeza, cobre el teléfono con la mano.

Es para mi anda. Anda

Babi se despide tranquila, palabras frágiles como su beso.

Yo regreso mas tarde.

Raffaella la mira salir, con una sonrisa cambia el saludo educado de Alfredo. La puerta se cierra.

Alo? No, lo siento, Babi salio. No, no se cuando regresa.

Babi cuelga el teléfono. Se pregunta si salio de verdad. Si le habría dicho. Solo en ese sofá, recordando, cerca de un teléfono mudo, sin esperanza. Días felices pasados, sonrisas, días de amor y de sol. Lentamente la imagina mas cercana a el, entre sus brazos, justo en ese sofá, así como esta.

Ilusiones de un momento, violentos segundos de pasión. Después se siente aun mas solo, vaciado también de orgullo. Mas tarde, caminando entre la gente, mira carros de parejas felices, en el trafico festivo, con los asientos llenos de cosas. Sonríe. Es difícil manejar cuando ella se abraza a ti, cuando quieres meter por fuerza las velocidades y no es capaz, cuando tienes una sola mano para girar el volante y, al mismo tiempo, para amar.

Continua a caminar entre falsos Santa Claus y olores de castañas asadas, entre policías pitando y gente con paquetes, buscando sus cabellos, su perfume, la confunde con otra que camina veloz y esta obligado a calmar a su corazón desilusionado.

En Vigna Stelluti, un día lleno de risas. Step la carga como a una niña, besándola frente a los ojos de todos, admirados por esa diversidad. Después entra en Euclide, la apoya delicadamente en la barra y la gente mirándola lo escucha ordenar: Un pastel de crema para mi pequeña. Poco después de nuevo afuera, en la calle, ella en los brazos de el, entre la gente normal, diferente. Una pareja los mira. La chica sonríe a si misma deseando a alguien así, exagerado y loco. Después piensa en su débil novio, en la dieta que no ha iniciado, que comenzara el lunes.

Los padres de Babi, viéndola en los brazos de Step, le corren a su encuentro preocupados.

Que te paso? Te caíste de la moto? Te lastimaste?

No mama, estoy muy bien. Así la ven alejarse, preguntándose un porque. Personas que siempre buscan razones, ese día regresan a casa con las manos vacías.

Alguno le tropieza, ni se da cuenta que es una bella chica. Donde sea ve recuerdos. Las camisas iguales que se compraron, el un extralargo, ella una tierna mediana.

Verano. El concurso de la miss en el Argentario. Babi ha participado por bromear, el ha tomado muy en serio un comentario sincero de uno. Oh, mira a ella, que culo mas espectacular. Y rápido inicio una riña.

Sonríe. Fue botado de la discoteca, no pudo verla ganar. Cuantas veces hizo el amor con Miss Argentarios. De noche en Villa Glori, debajo de la cruz a los caídos, sobre ese banco escondido detrás de un arbusto, sobre la ciudad. Sus suspiros besados por la luna. En el carro, esa vez que la policía ha interrumpido sus besos furtivos y ella molestada ha dado sus documentos. Step se despidió de los policías, una vez que estaban lejos, con un divertido Envidiosos!.

Recuerda esa red llena de huecos. Ayudarla a subir de noche, abrazarla cerca, amarse miedosos sobre ese banco, entre rugidos de bestias feroces y gritos de pájaros escondidos. Ellos, tan libres en ese zoológico lleno de prisioneros.

Se dice que cuando mueres ves en un segundo pasar frente a ti los momentos mas significativos de tu vida. Ahora Step trata de alejar todos esos recuerdos, esos pensamientos, ese dulce sufrimiento. Pero de repente entiende. Es todo inútil. Todo termino.

Continúa a caminar por un poco. Se encuentra casi por casualidad en la moto. Decide ir a casa de Schello. Sus amigos están todos ahí para festejar la navidad.

Sus amigos. Cuando la puerta se abre tiene una extraña sensación.

Hey! Hola Step! Hace una vida que no te veía. Feliz navidad. Estamos jugando cartas. Quieres jugar?

No, prefiero ver. Tienes cerveza?

El Siciliano le pasa una ya abierta.

Se sonríen. Ya se volvió agua. Toma un trago. Después se sienta en un escalón. La televisión esta prendida. En un programa navideño, los concursantes con ropas coloridas juegan a un estupido juego. Un presentador aun mas estupido se tarda mucho explicando lo que sucederá. Pierde interés. De un stereo escondido en alguna parte llega la música. La cerveza esta fría y lo calienta rápido. Sus amigos están todos vestidos bien, o esos tratan. Chaquetas azules un poco largas sobre un par de jeans.

Esta es su elegancia. Alguno usa un traje, otro un par de pantalones un poco estrechos. De repente recuerda el funeral de Pollo. Estaban todos ellos y muchos mas. Vestidos mejor, con un aire más serio. Ahora ríen, bromean, se lanzan cosas y cartas, comiendo gruesos pedazos de dulces. Aquel día todos tenían lágrimas en los ojos. Un adiós a un amigo verdadero, un adiós sincero, conmovido, del lo mas profundo del corazón. Los recuerda en esa iglesia, con los músculos sufriendo, en camisas muy estrechas, con caras serias, siguiendo lo que predicaba el padre, saliendo en silencio. En el fondo, chicas escapadas de la escuela llorando.

Amigas de Pallina, compañeras de veladas, de salidas nocturnas, de cervezas en el bar. Ese día todos sufrieron de verdad. Cada lágrima fue sincera. Escondidas detrás de Ray-Ban, Web, lentes normales u oscuros Persol, sus miradas se volvieron lucidas mirando ese Adios Pollo hecho de crisantemas rosadas. Firmado Los amigos. Dios como me hace falta. Su mirada se vuelve lucida por un momento. Encuentra una sonrisa. Es Madda. Esta en una esquina abrazada con un tipo que Step ha visto a seguido en el gimnasio.

Le sonríe después mira a otro lugar.

Step bebe otro poco de cerveza. Le hace mucha falta Pollo.

Aquella vez frente al Gilda cuando estaban pretendiendo ser los valet, consiguieron un Ferrari con teléfono. Dieron vueltas toda la noche, llamando a todos, a amigos en America, a mujeres apenas conocidas, insultando a padres todavía somnolientos. Y Aquella ve cuando fueron a regresarle el perro a la Giacci. Y Pollo que no quería devolverlo.

Pero me acerque mucho a Arnold. Este perro es genial. Porque se lo debo dar a esa vieja mala? Estoy seguro que, si pudiese elegir, Arnold se quedaría conmigo. Coño, no se había divertido tanto así en su vida, lo hacia cavar todos los días, dormir conmigo, come fabuloso, que mas puede querer?

Si, pero nunca lo enseñaste a regresar las cosas

Me bastaba otra semana y lo lograba, estoy seguro.

Step ríe, después llamaron por el intercomunicador a la Giacci. Le dejaron el perro amarrado al portón con la correa en el cuello. Se escondieron cerca, detrás de un carro. Vieron a la Giacci bajar corriendo por el portón, liberar el perro y abrazarlos. Se pone a llorar apretándolo contra el pecho. Después, lo increíble.

La Giacci le quita le quita al perro la corra y lo lanza lejos. Arnold salta al suelo, corre veloz, ladrando como un loco. Poco después regresa con la Giacci con la cuerda en la boca, meneando la cola, orgulloso de su labor perfecta. Pollo no aguanta mas. Salta fuera del carro gritando de alegría: Lo sabia! Coño lo sabia! Lo lograría!

Pollo quiere tener de nuevo a Arnold. La Giacci grita como una loca corriendo hacia ellos, el perro continua a mirar sus dos extraños dueños. Step carga al amigo a la moto, halándolo por un brazo. Y después corren, huyendo veloces, gritando como miles otras veces. De día, se noche sin pensar, gritando hasta perder el aliento, dueños de todo, dueños de la vida. Y esta consideración le hace aun mas daño. Se sentían inmortales, y no lo eran.

Como estas?

Step se voltea. Es Madda. Su sonrisa escondida por el borde de un vaso lleno de burbujas vacías, sus cabellos eléctricos como su mirada.

Quieres? Step alza su cerveza.

Ah. Madda esta desilusionada pero trata de esconderlo. Que haces esta noche? Donde cenas? Se le acerca mas.

Todavía no se, no he decidido.

Porque no te quedas aquí? Estamos todos juntos. Como en los viejos tiempos, anda!

Step la mira por un momento. Cuantas noches, cuanta pasión. Las carreras junto a ella, su jardín, la ventana, su cuerpo calido, fresco, las canciones de Eros. Esa mirada provocativa, lo mismo que ese momento. Step la mira por otro segundo. Ve un chico en el fondo que lo mira curioso, molesto, preguntándose si debería intervenir. Ve una chica aun mas lejano, en cualquier parte, en esa ciudad, en un carro, en una fiesta, cerca de algún otro. Se pregunta como es posible. Quizás todo esta aquí en mi corazón. Step pasa las manos por el cabello de Madda. Niega con la cabeza sonriéndole.

Ella alza los hombros.

Que malo.

Madda regresa con el tipo de la mirada dura. Cuando se voltea, Step no esta mas. Sobre el escalón esta solo la lata de cerveza vacía. El sonido del stereo cubre la puerta que se cierra. Fuera ahora hace frío. Step cierra bien la chaqueta de piel. Se sube el cuello de la chaqueta para cubrirse. Después casi si quererlo prende la moto. Cuando la apaga esta debajo del complejo de Babi. Se queda ahí sentado sobre la Honda, mirando a la gente que pasa, rápida, llena de regalos. Un chico y una chico agarrados de la mano fingen interés por algo detrás de una vitrina. Sus regales están seguramente en casa, ya envueltos. Ríen seguros de haber elegido bien y se van dejándole el puesto a una madre con su hija, misma nariz pero diferente edad. Fiore sale de la caseta, da algunos pases frente al portón y saluda a Step con la mano. Después sin decir nada regresar al calor. Step se pregunta si sabrá. Que tonto. Los porteros saben siempre todo. La habrá visto de seguro. Conocerá por persona eso que yo supe por teléfono.

Alo?

Hola.

Se queda un momento en silencio, sin saber que decir, dejando libre su corazón desenfrenado. Desde hace dos meses que no late así. Después la pregunta mas predecible: Como estas?

Después miles otras, llenas de entusiasmo. Lentamente perderlo todo, en sus palabras inútiles, llenas de noticias citadinas, de novedades viejas de interés, al menos para el. Porque ha llamado? Escucha su inútil hablar haciéndose cada momento esa pregunta. Porque ha llamado? Después repentinamente lo sabe.

Step esto saliendo con otro.

Se queda en silencio, golpeando como nunca lo ha sido en su vida, mas de mil puños, heridas, caídas, cabezazos en la cara, mordidas, de mechones de cabellos suelos. Entonces haciendo fuerzas busca su voz, la consigue ahí, en el fondo del corazón y la obliga a venir fuera, a controlarse.

Espero que seas feliz.

Después nada mas, el silencio. El teléfono mudo. No puede ser. Es una pesadilla. Quiere correr atrás en el tiempo, y allí, poco antes de haberlo sabido, detenerse, sin tener que vivir, sin tener que seguir adelante. En un mágico, terrible equilibrio. Solo en la cama, prisionero de su mente, de hipótesis, de ideas vagas sin sentido. Caras de personas vistas, de posibles amantes aparecen y se mezclan entre ellos combinando narices, ojos, bocas, cuerpos. Se imagina ella entre los brazos de algún otro. Su cara, cerca de aquella de uno imaginario pero en realidad bien existente. Entonces la ve sonreír. Cual habrá sido su primer acercamiento, su primer beso. La imagina en casa preparándose nerviosa antes de salir, probándose ropas, combinando colores, llena de entusiasmo, de novedad. Siente el corazón de ella batir mas feliz con el sonido del intercomunicador. La ve salir del portón bella, como ha estado tantas veces para el, mas bella aun porque ahora no lo es mas. La ve subir en un carro seguramente rico, saludar a alguien divertida con un beso en la mejilla y alejarse con el, charlando. Frescos y felices, llenos de cosas fáciles de decirse, saboreando el perfume del otro y fantasías comunes. Y después una cena de miradas y atenciones, de sonrisas, educación, una cena mas bien escena. Mas tarde la ve pasear por cualquier parte de la ciudad, lejos de el, de su vida, de miles recuerdos. La ve arreglarse sus cabellos como siempre ha hecho pero ahora por otro, mira que le sonríe y lentamente sus labios se acercan. Ahora como nunca sufre. Después se pregunta. Porque si hay un Dios, lo permitió? Porque no la detuvo? Porque en ese momento no le hizo ver algo de mi, algo esplendido, el recuerdo mas bello? Alguna cosa que no pudiese darle vida a un futuro diferente, muy tarde, a ese beso ahora vivo.

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