¿Se puede saber qué estás mirando? Si hubiera sabido que se te iba a caer la baba de esa forma no te habría traído a la fiesta.
¿Que miro, dices? ¡Pues claro! ¡Este sitio está lleno de tías buenísimas! ¡Eres una amiga de verdad! ¡Siempre lo he dicho! -y la besa.
Soy más que una amiga, digamos que soy una «amiga especial». Además, ¿nunca habías estado en una fiesta de una casa de modas?
¡Como si tú fueras todos los días! ¡Por supuesto que no! Es la primera vez Yo a las modelos las veo sólo en la televisión y en algunas revistas. ¡Nunca en persona! ¡Y tengo que reconocer que la cosa cambia! ¡Mira ésa! ¡Y la rubia! Y esa otra con la melena lisa Madre mía, ¡yo me muero! Vamos a beber algo, anda ¿Crees que Olly podría presentarme a alguna, dado que trabaja aquí? ¡Así podría sacarles unas fotografías con el móvil para hacer rabiar a alguien!
Erica le pellizca en el brazo.
¡Ay! Pero ¿qué he dicho? ¡Que no me las quiero tirar! Y, aunque así fuese, ¿qué problema hay?
¡Sólo faltaba eso! ¿Recuerdas que has venido conmigo? ¿Qué clase de caballero eres?
Bueno, si pretendías que me comportara como un caballero no deberías haberme traído a un sitio como éste. ¿Te das cuenta? Además, no me digas que a ti no te impresionan los modelos. ¿Has visto qué chicos?
¡Los he visto! ¡Vaya si los he visto! ¡Pero soy educada, considerada y, sobre todo, no me gusta poner en un aprieto a mi acompañante!
Mientras sigue observando a la gente divisa a Olly, que va del brazo de un chico guapísimo de pelo largo. Entorna los ojos y los escruta. No es posible. Sí, lo ha visto alguna vez en televisión. ¡Es Chris, el famoso fotógrafo de moda, uno de los más atractivos y célebres del momento! ¡Y Olly lo acompaña cogida del brazo! ¡Qué suerte! ¡Caramba! Es una tía genial. Así se hace. Erica alza un brazo para llamar la atención de su amiga. Olly la vislumbra mientras sube la escalera con Chris. La ve. La mira. Erica levanta el pulgar en señal de aprobación y le guiña un ojo. Sí, tengo una amiga genial. A saber con cuántas fotos magníficas volverá a casa mañana Venga, Olly, demuéstrales quién eres.
Justo en ese momento Simone ve también a la pareja y se extraña, pero permanece donde está y sigue bebiendo, procurando pasar desapercibido. Chris y Olly llegan al piso de arriba y cruzan el pasillo que conduce al gran invernadero acristalado que da a una inmensa terraza. Chris hace dar un par de vueltas a Olly y ella le obedece sonriendo.
Eres fantástica Muévete con espontaneidad
Olly vuelve a girar sobre sí misma, se apoya en la barandilla, mira el cielo, sonríe, hace muecas, se atusa el pelo y se levanta un poco la falda con malicia. No se lo puede creer. Se siente bien, ligera, con ganas de relajarse. Y lo hace. Por unos instantes Giampi deja de existir Giampi y también Eddy, que ignora sus diseños, ambos se desvanecen y la fiesta desaparece. Sólo existe ella. Libre de cualquier pensamiento, gracias al champán, gracias a ese espléndido joven que le saca una fotografía tras otra y que da vueltas a su alrededor como si ella fuese una flor y él una bellísima mariposa. Y los pétalos de Olly se abren a la luz de la luna, que resplandece en lo alto del cielo. Christian se acerca cada vez más a ella y deja resbalar la Nikon sobre su cuello. Olly lo mira, seductora. Sus labios se rozan. Y ella se olvida de todo por un instante, se abandona a ese beso nuevo, diferente y misterioso. Sí. La felicidad también es eso. Una pequeña locura, un momento para uno mismo. Y ese abrazo le parece el mejor remedio para su mal.
Un poco más abajo. Pero ¿dónde demonios se ha metido? Simone se lo pregunta en silencio mientras busca en el piso de arriba. Hace una hora que no la veo. Entra en varias habitaciones, llama a la puerta del baño. Nada. Cruza el largo pasillo y llega al invernadero. No ve a nadie. Sólo oye un sonido parecido a una voz, pero más sutil. Simone se acerca. Está oscuro, aunque no lo suficiente como para ocultar la figura de una chica que le gusta a rabiar entre los brazos de ese tipo. Simone no se lo puede creer. No es posible. Creía que ella era distinta.
Los ve. Siente una punzada en lo más hondo. En parte porque sabe de sobra quién es él. Lo conoce. Vaya si lo conoce. Por eso se siente aún peor. Procura que no lo vean. Da media vuelta y se aleja. Vuelve a la fiesta. Y nunca como antes toda esa gente jovial le parece una nota desafinada.
Setenta y ocho
Niki entra en casa echa una furia.
Mamá, papá, ¿dónde estáis?
¡Oh! -Una voz amiga procedente de la otra habitación-. Aquí, en la sala.
Ah, ahora os veo.
Están sentados en el sofá delante de la televisión.
Estamos viendo «L'eredità». Cario Conti es muy bueno. Y además nos gusta mucho la guillotina
¿Qué es?
Un juego en el que salen cinco palabras y tienes que encontrar la que está debajo de la carta que, de alguna forma, está relacionada con todas las demás.
Simona deja de ver la televisión.
¿Querías decirnos algo?
Niki se pone seria y cambia por completo de expresión.
Este fin de semana los padres de Alex nos han invitado a la casa que tienen en el campo, así podréis conoceros
Roberto bebe un poco de agua.
Ah Yo creí que lo pensaríais un poco más
¿Qué quieres decir?
Pues que que ya no te casabas.
Pero, papá, ¿por quién me tomas? Perdona, pero es una decisión muy importante, ¡y crees que me la tomo a la ligera! -Se marcha enojada.
Justo en ese momento entra en la sala Matteo, el hermano pequeño de Niki.
¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? ¿Niki ya no se casa?
Simona da unas palmadas en el sofá.
¡De tal padre, tal hijo! Los dos sois un desastre
Roberto grita desde la sala:
¡Niki, perdóname! No pretendía hacerte enfadar Al contrario Quiero que sepas que nosotros te damos toda la libertad
Niki vuelve a entrar.
¡De elección! ¿Lo entiendes, hija mía?
Roberto se pone de pie, la abraza y le da un beso.
Sólo quiero que estés tranquila, cariño.
Pero si yo estoy tranquila.
En ese caso, aún más, es decir, nosotros estaremos siempre contigo, decidas lo que decidas. Incluso si sales corriendo cuando ya estás cerca del altar, como en esa película, ¿cómo se titulaba?
Simona y Niki le responden a coro:
¡Novia a la fuga!
Eso es Yo, mejor dicho, nosotros te comprenderemos Incluso en el último momento -Sonríe mirando a Simona-. Bueno, en fin, que si alguna vez dudas, vacilas, no acabas de verlo claro, sería estupendo que nos lo comentases antes de que nos pongamos a organizar la boda -Roberto insiste-: No, ¿qué digo?, en el último momento, incluso.
Simona le sonríe con dulzura.
Imagino que sabes que corresponde a la novia y, por tanto, a sus padres, pagar el banquete -Guiña un ojo a Niki sin dejar de sonreír-. Quizá unos cuatrocientos
Niki se encoge de hombros, indecisa.
Sí, quizá Más o menos, no sé.
Simona mira de nuevo a Roberto.
Bueno -él vuelve a mostrarse risueño y complaciente-, la novia debe sentirse libre de tomar siempre cualquier decisión, aunque sea en el último Claro que si es antes ¡evitarías que nos arruinásemos inútilmente!
¡Papá! -Niki hace un amago de volver a su habitación.
Pero, Niki -Roberto corre detrás de ella-, sólo estaba bromeando
Pues tus bromas me parecen espantosas -Niki regresa al salón con él-. ¡Eres cheap!
¿Chip?
Matteo interviene:
Papá Pero ¿en qué mundo vives? Quiere decir vulgar, pobretón. ¿Qué pensabas, que se refería a Chip y Chop?
Está bien ¡En cualquier caso, seré Chip cuando hable de dinero! O Chop, o lo que queráis. Lo único que pretendo es que mi hija decida con serenidad y no tenga miedo de cambiar de opinión.
Niki lo abraza.
Gracias, papá, te quiero mucho Ahora iré a mi habitación intentaré estudiar un poco -Se aleja más tranquila y, exhalando un suspiro, enfila el pasillo camino de su dormitorio.
Yo también me voy a mi cuarto. -Matteo se levanta del puf-. Entraré en el Messenger para hablar con mis amigos.
Matteo, pero
Mamá, llevo toda la tarde estudiando, ya lo he hecho todo para poder disfrutar ahora de un poco de libertad -Hace un amago de salir, pero después se detiene en el umbral-. ¿Qué pasa? No me digáis que yo también tengo que ir a esa excursión.
Sí, por supuesto que sí. ¿Acaso no formas parte de esta familia?
Sí, pero yo tenía un partido con mis amigos. Además, ¿quién nos asegura que al final se casará con un tipo mucho mayor que ella?
¡Oye, no te entrometas tú también, eh!
¿Por qué nunca puedo expresar mi opinión, eh?
Lo que quieras Haz una encuesta entre tus amigos de Messenger Verás qué porcentaje te sale.
¡Qué rollo! Me hacéis sentir como que no pinto nada
Matteo sale también y Simona y Roberto se quedan a solas en la sala. Siguen mirando en silencio el programa. Cario Conti lee las cinco palabras.
Veamos, la totalidad de los premios ascienden a ciento veinte mil euros, has elegido muy bien las palabras, que, te recuerdo, son
giro, Napoleón, lobo, anillo y pájaro. Veamos si adivinas cuál es la palabra con la que están relacionadas, tiempo
Roberto y Simona miran fijamente la pantalla, intentando adivinar la solución al enigma.
Debemos tener cuidado -le dice Simona a Roberto sin mirarlo siquiera-. Creo que Niki no acaba de estar convencida En el fondo tiene miedo.
De eso nada Ya has visto cómo se ha enfadado, lo tiene muy claro.
Simona niega con la cabeza.
Lo hace para convencerse a sí misma de su elección.
¿Tú crees?
Estoy segura.
Puede Oye -Roberto se vuelve hacia ella-. ¿El banquete no se pagaba a medias?
No.
¿Nosotros también lo hicimos así?
Sí.
Ah ¡Por eso la comida dejaba un poco que desear!
Simona le da un golpe.
Imbécil Hasta la música era la mejor. Elegí la banda de moda, pagamos una fortuna
Bueno, por suerte no malgastamos ese dinero.
Simona lo mira arqueando las cejas.
De momento parece que no
¿Qué quieres decir?, ¿que nuestro matrimonio también puede estar en peligro?
¡Claro! Eso siempre ¡Y deja en paz a tu hija!
Sí, ¡solitario!
Pero ¿qué dices?
La palabra del juego
Ah
Simona vuelve a mirar las cinco palabras.
Sí, es correcta. Solitario
Y, más que el de la guillotina, le parece un extraño juego del destino.
Setenta y nueve
Un ruido martilleante llega procedente de la calle. Olly se despierta molesta. Se tapa la cara con la almohada. En vano. El ruido se oye igual. Resopla y se incorpora en la cama. Mira a su alrededor. El dormitorio. Está decorado con gusto, es moderno y el suelo está cubierto por parquet de abedul del mismo tono que la puerta y las ventanas. A los pies de la cama, que es baja, redonda y muy grande, hay una alfombra suave. Olly mira a su izquierda. Lo ve. Ve su hermosa espalda morena cubierta con varios tatuajes. Chris sigue durmiendo. No. No es posible. Lo he hecho. Me he acostado con él. Y la verdad es que no tengo la impresión de que haya sido nada espectacular. Me siento como si hubiese dormido mucho. Olly ve la Nikon sobre una mesita. Se levanta. Camina descalza hacia la cámara fotográfica. La enciende. Pasa las fotografías. Son preciosas. Ella aparece en todo tipo de poses. Sí, Chris es realmente un buen fotógrafo. Acto seguido deambula por la habitación. Las paredes están tapizadas con fotografías de modelos. Y de él. Las poses también son de lo más variopintas. Olly arquea las cejas. Sale de la habitación. Camina lentamente por el apartamento de Chris, que es enorme. Y muy bonito. Tiene un altillo al que se accede por una escalera metálica. Olly sube por ella. Arriba hay varias estanterías con libros y unos cuantos aparatos de gimnasia. Vuelve a bajar. En otra repisa ve unas notas enmarcadas. Las coge y las lee. Están escritas a mano con distintas caligrafías. «¡Chris, te adorooo!», «Llámame cuando quieras», «Ya te echo de menos», «Estás buenísimo, ya sabes dónde encontrarme», y otros cumplidos por el estilo.
Junto a ellas hay un bloc y un bolígrafo. Las amigas de Chris deben de haber arrancado las hojas enmarcadas de ahí. No es posible. O sea, que cada vez que viene una de esas tipas, ¿le deja una nota y él la enmarca? Qué asco. ¿Qué clase de tipo es? Olly mira alrededor y de repente se percata de que en ese apartamento vive un auténtico Narciso. En un abrir y cerrar de ojos toma una decisión. Se precipita hacia el dormitorio. Chris sigue durmiendo. Se viste a toda velocidad, va al cuarto de baño, ni siquiera se peina. Se calza las botas, coge el bolso y sale de la casa. En un principio se encamina hacia el ascensor, pero luego le entran ganas de caminar y baja la escalera a pie. Casi corriendo.
Nada más llegar al patio enciende su móvil. En ese preciso instante oye que alguien la llama.
Olly.
Es Simone, que sale de uno de los edificios contiguos.
No me lo puedo creer, ¿qué haces tú aquí? -le pregunta ella mientras trata de sobreponerse.
Simone la mira estupefacto. Nota que se ha vestido a toda prisa. No es propio de ella.
Yo vivo aquí.
Olly lo mira.
¿De verdad?
Sí, de verdad. Y ahora voy camino del trabajo. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? -mientras lo dice, Simone mira hacia el edificio del que ha salido ella. Sabe de sobra quién vive ahí. Ese tipo. El fotógrafo. No obstante, opta por no decir nada. Quizá no sea así Quizá se equivoque.
Oh, no, nada -La verdad es que no sabe qué decir.
¿Te acompaño al trabajo?
Olly se aturrulla.
No, no, gracias Me tomaré un par de horas libres Iré a casa, me cambiaré Nos vemos más tarde, discúlpame tú con los del despacho -dice, y se aleja a toda prisa. Confusa. Avergonzada. Incrédula.
Simone vive allí. Precisamente él. Caramba. Menudo ridículo. Llega a la calle. Busca el móvil y llama un taxi. Lo espera paseando nerviosa por la acera.
Ochenta
Es sábado por la mañana. Niki se ha bebido un zumo y no ha probado bocado debido a los nervios.
Mamá, papá, ¿estáis ahí? ¿Estáis listos? -Entra en su habitación.
Simona todavía no ha acabado de preparar la maleta.
¡Mamá! ¡Nos esperan para tomar el té!
Lo sé, pero no sé cómo pueden ser las diferentes veladas, de manera que he preferido buscar los vestidos que me parecen más adecuados.
Roberto sale del cuarto de baño con un neceser en la mano.
Yo he acabado. Todo en orden.
Entra Matteo.
¿Puedo llevarme al menos la pelota? Así me aburriré menos.
Los tres le responden al unísono:
¡No!
Al menos en eso están todos de acuerdo. Luego se echan a reír.
¡Venga, salgamos!
Roberto coge la maleta de Simona.
Pero ¿cuánto tiempo piensas quedarte? -le pregunta al comprobar lo que pesa-. ¿Un mes?
Si el sitio es bonito y me quieren, ¿por qué no?
Matteo lleva la cazadora vaquera desgarrada. Su madre lo aferra por los hombros y lo obliga a dar media vuelta y a volver a su habitación.
Ponte la nueva azul oscuro que te compré la semana pasada.
¡Pero, mamá, es demasiado elegante!
¡Precisamente por eso!
¡Y péinate!
¿También?
Sí, si no, me ocuparé yo misma de hacerlo.
¡Ni hablar! -Matteo se pone la cazadora nueva, entra en el cuarto de baño, coge el cepillo, lo moja ligeramente y se peina-. Ya está ¿Salimos?
Roberto también se ha puesto un abrigo de color azul oscuro. Simona, una preciosa chaqueta negra que hacía tiempo que no usaba, y Niki, un Fay, sencillo, pero muy elegante.
Poco después salen del portal del edificio y se encuentran con el portero, que está metiendo el correo en los buzones.
Buenos días -los saluda con una agradable sonrisa; la familia Cavalli le resulta muy simpática. Después pregunta, curioso-: Pero ¿adónde van ustedes tan peripuestos? ¿A una boda?
Niki se vuelve y sonríe antes de subir al coche.
¡Sí, a la mía!
El Volvo familiar arranca tranquilamente y se adentra en el escaso tráfico del sábado por la mañana mientras el portero sigue contemplándolos y piensa: Qué simpáticos son, ¡siempre con ganas de bromear!
Roberto conduce con calma, Simona tiene las manos apoyadas en las piernas y sujeta el elegante bolso que ha elegido. Niki mira por la ventanilla. Matteo es el único que de verdad está sereno. Se entretiene jugando con su Game Boy. Tras sortear un muro y obtener una puntuación inmejorable, mira un momento alrededor antes de pasar al siguiente nivel.
Vaya, ni que fuéramos a un funeral
Simona se vuelve de golpe.
¡Matteo!
Está bien, está bien Fingiré que todo es normal.
Niki lo fulmina con la mirada.
Sólo me faltaba el hermanito aguafiestas.
Oh, ya os dije que prefería no ir ¡Pero me habéis obligado! Deberías considerarme vuestra mascota Venga, Niki, hasta el momento todo ha ido bien, lo peor que puede pasar es que este fin de semana nos llevemos un planchazo.
Pero
Roberto los interrumpe antes de que estalle una discusión.
¿Os pongo música?
Enciende la radio. Suena la voz de Tiziano Ferro y todos se relajan un poco. El Volvo recorre la via Aurelia a toda velocidad. El paisaje cambia rápidamente en los sucesivos tramos de carretera. Primero predomina un verde suave, después aumenta la presencia de olivos, del Lacio a la Toscana, con el aroma a mar cada vez más presente. Por fin llegan a Maremma.
Casi hemos llegado -Roberto sonríe a Simona.
Justo a tiempo.
Matteo ha llegado al undécimo nivel y deja de jugar por un momento. Se vuelve hacia Niki, que sigue mirando por la ventanilla.
Oye, hermanita -Le estrecha una mano-. Perdona por lo de antes -Se percata de su nerviosismo y le sonríe-. Ya verás como todo va bien
Niki le devuelve la sonrisa y piensa: La verdad es que si incluso mi hermano trata de animarme es porque estoy realmente preocupada, mejor dicho, agobiada, ¡y porque, sobre todo, se me nota!
¡Hemos llegado!
Roberto abandona la Aurelia y, tras dar varias vueltas, enfila un camino de tierra que asciende hacia una finca grande. Al fondo del camino hay una verja con un letrero de bronce con una inscripción: «Villa Belli dei Cedri.»
Es ésta, ¿verdad?
Simona mira la hoja con las indicaciones.
Sí. Es preciosa Espectacular
El Volvo atraviesa el jardín de la mansión, los setos, los prados, los árboles Todo está perfectamente cuidado.
Es increíble
Matteo mira por la ventanilla. El coche está pasando por delante de los establos, donde un hombre cepilla un magnífico semental de pelo brillante.
¡Incluso tienen caballos! Este sitio es un sueño
Sí
Matteo da unas palmaditas en la pierna de su hermana.
¡Buena elección!
Roberto y Simona se miran sin añadir nada más. Doblan la última curva y se detienen delante de una espléndida casa de campo de ladrillo rojo.
Un mayordomo se acerca al Volvo para abrir la puerta de Simona. Unos segundos antes, Niki se ha asomado entre los asientos de sus padres.
Papá, mamá os agradezco lo que estáis haciendo por mí, ¿eh? ¡Pero procurad no quedar mal!
Dicho esto, abre la puerta y se apea a toda velocidad.
Roberto mira a Simona.
¿Que no quedemos mal? ¿A qué se refiere?
Simona intenta tranquilizarlo.
Ya te lo he dicho. Le aterroriza asumir un compromiso tan grande. Bajemos, venga
Alex, vestido como un perfecto vaquero de la región, sale de la casa a la carrera y va al encuentro de Niki.
¡Cariño! ¡Por fin habéis llegado!
La besa en los labios y la abraza radiante de felicidad. Acto seguido saluda a los padres de su novia.
Hola, Roberto, bienvenida, Simona, eh, ¿cómo estás, Matteo?
De maravilla. Este sitio es superguay ¿Después podré montar un caballo?
Alex se echa a reír.
¡Claro, lo haremos juntos! -Luego Alex se percata de que sus padres se están acercando-. Oh Aquí están, venid que os los presente. Mamá, papá, ésta es Niki Y éstos son sus padres, Simona y Roberto.
Encantado ¡Por fin! -El padre de Alex estrecha la mano de Simona-. Dos hermanas, parecen dos hermanas, me refiero a Niki y a Usted. ¡Me pregunto cuál de las dos es la que va a casarse con mi hijo!
Roberto interviene siguiendo la broma.
Es muy sencillo ¡La que no está casada, porque a la otra la atrapé yo!
¡Ah, claro! ¡Qué idiota! -Ríe divertido y encantado con la sintonía que se ha creado de inmediato entre ellos.
Silvia recibe a sus huéspedes y a continuación da las órdenes pertinentes a los dos mayordomos.
Said, Kalim, lleven las maletas de los señores a sus habitaciones y acompáñenlos
Alex se acerca a Niki.
Sí, cariño, ve, te esperamos en el jardín También han venido mis dos hermanas y sus respectivos maridos, además de una amiga.
Está bien, hasta luego
Roberto, Simona, Niki y Matteo siguen a los dos mayordomos por la escalera de la magnífica casa. Roberto y Simona miran a su alrededor. Las paredes están cubiertas de tapices antiguos, de trofeos de caza y de pinturas al óleo que representan escenas de caza y retratos de antepasados ilustres. Niki y Matteo también se quedan sorprendidos por la riqueza y la importancia de las salas, de las largas mesas de madera, de las sillas altas con los respaldos tapizados con telas oscuras, de los suelos de baldosas grandes, lisas y enceradas, y de las gruesas cortinas de rico drapeado.
Joder -suelta Matteo sin poder contenerse.
Niki lo mira y pone los ojos en blanco como diciendo: «¡Lo que nos faltaba!»
Aquí está su habitación -Los dos mayordomos indican a los padres de Niki un espléndido dormitorio matrimonial con una cama con dosel y unos aguamaniles de cerámica para lavarse las manos.
Por favor
Hacen entrar a los huéspedes y a continuación los siguen, colocan las dos maletas sobre unos arcones que les permitirán abrirlas sin inclinarse.
Aquí está el baño.
Simona y Roberto ven en el interior de éste dos albornoces y varias toallas de diferentes tamaños colocadas en las posiciones más apropiadas para que puedan ser utilizadas con facilidad. Tienen los bordes de encaje de diferentes tonalidades, de una elegancia refinada y sobria.
Y aquí tienen el minibar, donde encontrarán de todo: Coca-Cola, champán o agua. En caso de que deseen algo más, pueden tocar esta campanilla
Les indican la gruesa cuerda de terciopelo que hay junto a la cama y cuyo color combina con el resto de la habitación.
Gracias. -Cuando Roberto está a punto de sacar la cartera, Simona lo detiene-. Cariño -le dice en voz baja-, estamos en casa de los señores Belli, no en un hotel.
Ah, claro.
Los dos mayordomos sonríen y abandonan la habitación.
Roberto se echa sobre la cama.
¡En cualquier caso, me parece mejor que todos los hoteles en los que hemos estado hasta la fecha!
Simona se ríe y se sienta a su lado.
Pues sí Espero de corazón que Niki sea feliz, decida lo que decida
¡Sea como sea, lo que es seguro es que vamos a pasar un fin de semana magnífico!
Los dos mayordomos avanzan por el pasillo con Niki y Matteo.
Ésta es su habitación.
Dejan las maletas sobre unos arcones similares a los de la habitación de sus padres, sólo que aquí los colores son más claros. Después de enseñarles el cuarto de baño y el minibar los dejan solos.
¡Qué guay! Mira -Matteo enciende la televisión-. Tienen el Sky, con todos los canales, y la nevera está llenita. ¡Hay incluso avellanas y patatas fritas! Yo voy a abrirme una Coca-Cola. ¿Quieres una, Niki? ¿O prefieres champán?
No. -Niki está cabreada. Se ha tumbado en la cama con los brazos abiertos.
¿Qué te pasa? -Matteo se acerca a ella.
¡Me gustaría saber por qué no puedo dormir con Alex!
Venga, ¿qué más te da? ¡Resiste! ¡Sólo es una noche! Así podrás leerme la revista Cioé, como cuando éramos pequeños.
¡Matteo!
Los dos mayordomos se detienen al fondo del pasillo. Said está ligeramente perplejo.
¿Sabes cuánto tiempo se quedan, Kalim?
Creo que sólo el fin de semana ¿Por qué?
¡La maleta de esa señora hace pensar en dos semanas!
Said sacude la cabeza.
No tienen remedio. ¡Cuanto más ricos son, menos los entiendo!
Pero éstos no me parecen muy ricos, no sé
¿Por qué?
¡El señor ha estado a punto de darme propina!
Sí, qué vulgar
Poco después, la familia Cavalli se reúne en el pasillo.
¡Qué has hecho, Matteo!
Simona se acerca a su hijo y sacude una infinidad de migas de su camiseta.
He comido patatas
Sí, dos bolsas -especifica Niki-. Procura no hacer una de las tuyas, Matteo.
¡Madre mía, mira que sois pesados! Ha dicho Alex que después montaremos a caballo.
Sí, pero no se lo recuerdes cada dos minutos
Bajan la escalinata que da al salón y ven delante de ellos, en el jardín, a un grupo de personas sentadas a una gran mesa bajo una inmensa encina. Entre las mesas puestas y las telas de un cenador que, blancas al igual que los manteles, se agitan ligeras movidas por una delicada brisa.
Ahí están -Simona los mira entusiasmada-. Parece la escena de una de esas películas
Roberto asiente con la cabeza.
Sí, es cierto, sólo que hay una pequeña diferencia
¿Cuál? -pregunta Niki curiosa.
¡Que aquí todo es de verdad!
La madre de Alex es la primera en verlos.
¡Aquí están, aquí están, ya llegan!
Alex se levanta y les sale al encuentro.
_¿Te acuerdas de mis hermanas? Margherita, y éste es su marido Gregorio.
Encantada.
Claudia y Davide.
Hola.
Y ella es Eleonora Una amiga de la infancia
¡Hola! Me alegro de conocerte. He oído hablar mucho de ti, pero no te imaginaba así
Niki la mira intrigada. «¿Así, cómo?», le gustaría decirle, pero comprende que con toda esa gente alrededor no es el momento de provocaciones. En el fondo todos están aquí por mí. De manera que esboza una sonrisa, satisfecha con la respuesta que ha encontrado sin ayuda de nadie. No obstante, quiere aclarar algo.
Perdona, Alex -le dice al oído mientras toma asiento-. ¿Una amiga de la infancia de quién?
Bueno -Alex parece ligeramente cohibido-. Nuestra, de todos Cuando íbamos a la playa a Forte dei Marmi venía siempre con nosotros
Ah.
Niki la escruta mientras se sirve el té. Es realmente guapa, está en perfecta forma y combina de maravilla con el mantel. ¡Sí, tanto uno como la otra están cubiertos de encaje! Eleonora se vuelve hacia ella.
¿Quieres un poco?
Claro, gracias.
¿Leche o limón?
Leche, gracias. -¡Yo no lo tomo ácido como tú!, piensa Niki.
¿Azúcar?
No, gracias.
Yo también procuro guardar la línea.
Niki coge la tacita.
Oh, yo no, pero el té me gusta sin azúcar. ¡Como de todo, a fin de cuentas, luego quemo todas las calorías!
Matteo se inclina hacia su hermana.
Sí, exceptuando esta noche
Niki le da un codazo.
Traidor, ¿quién eres tú?, ¿un amigo de la infiltrada?
Luigi, el padre de Alex, toma el mando de la situación.
Ya nos hemos enterado de la espléndida noticia
Roberto se muestra de acuerdo con él y sonríe.
Pues sí
Estamos realmente encantados. Claro que está esa extraña diferencia de edad, pero como hoy en día es tan frecuente que ¡Basta con que haya amor!
Pues sí
Simona le propina un leve codazo a Roberto.
Cariño, intenta decir algo más aparte de «pues sí», o acabarán creyendo que no tenemos conversación.
Roberto intenta ser más brillante.
¡Estoy de acuerdo! Nosotros también pensamos lo mismo y, de hecho, nos asusta.
Simona lo fulmina con la mirada. Roberto intenta poner remedio de inmediato: