El Baile De La Luna: Libro Uno Dela Serie Lazos De Sangre - Amy Blankenship 4 стр.


Girando, él agarró a la chica por la muñeca y la atrajo hacia él de espaldas antes de guiar sus manos hacia las barras que tenía delante. Haciendo que agarrara las barras, él se restregó por su cuerpo casi desnudo hasta que ella echó la cabeza hacia atrás contra su pecho como si lo estuviera disfrutando.

Todo aquello mostraba una naturaleza animal, casi como una danza ritual de apareamiento. Chad y Envy se vieron cautivados por el espectáculo, cada uno de ellos afectado de manera diferente.

Chad los observó durante unos pocos minutos más en silencio mientras la pareja principal se apartaba de un salto el uno del otro para que el hombre atrapara a la chica en una posición diferente. El calor de sus movimientos hizo que la bragueta de sus vaqueros creciera mientras las caderas del hombre se sacudían contra el culo de la chica. Chad se forzó a mirar hacia otro lado, como por ejemplo a las decoraciones de las paredes superiores que podía ver desde donde estaban.

La mayoría eran luces intermitentes con una luz negra fija cerca de pinturas que parecían retratos sobre jaguares en posición elegante, algunos luchando y otros depredadores solitarios de caza. Aquellos animales mortales parecían tener vida propia. Las pinturas estáticas casi se movían con las luces, dando la impresión de que aquellos animales estaban vivos y les observaban.

Tenía que admitir que el tema era único, pero funcionaba. Sus ojos siguieron el movimiento de las luces por las paredes y se dio cuenta de que unas cadenas colgaban entre las pinturas, algunas de ellas con collares de pinchos y látigos de cuero negro.

Volvió de nuevo la mirada hacia la jaula y estaba a punto de ir en busca de Jason cuando vio a Trevor en la pista de baile cerca de uno de los focos. El muy idiota estaba bailando entre dos chicas y parecía que se lo estaba pasando de maravilla. Miró hacia Envy, pero Chad supo que no tenía que decirle ni una palabra ya que ella estaba observando directamente al trío.

Envy ladeó la cabeza intentando estudiar a Trevor como si no lo conociera lo suficiente. Para empezar, aquello le hizo replantearse por qué había empezado a salir con él.

Tenía que reconocer que él era agradable a la vista. Asquerosamente guapo sería una frase más adecuada. Parecía el típico surfista californiano de pelo rubio y liso, moreno dorado y ojos azules. Estaba para chuparse los dedos, lo que resultaría bastante divertido.

Pero si quitabas esa belleza, no tenía mucho más para atraer a una chica. Lo único que quedaba era el típico niño rico de alguna fraternidad universitaria. Cuando estaba cerca, era muy atento con los demás, pero también desaparecía de repente, a veces durante días.

La única otra cosa buena que ella podría decir de él era que se movía bastante bien en la cama y, gracias a eso, ella había pasado algunos de los mejores momentos de su vida.

En realidad, ella había llegado a creer que a él le gustaba mucho... puede que incluso algo más que eso. Eso demuestra lo poco que sabía ella de los hombres. A decir verdad, se estaba empezando a cansar de estar sola... pero entonces, eso no era razón suficiente como para empezar a quedar con otro tío.

Suspiró con nostalgia mientras observaba como agarraba el culo de la chica que tenía pegada a él. De repente se dio cuenta de que no estaba celosa. Si realmente hubiera estado enamorada de él, ¿no debería estar totalmente cabreada en lugar de sentirse herida? Lo que más le molestaba era que él había mentido sobre quererla a ella con exclusividad.

Jason había estado esperando que Envy entrara por la puerta de la discoteca desde el taburete más cercano a la puerta. Él sabía que ella aparecería por allí y no se sorprendió de verla con Chad. Tras concederles algunos minutos para observar el lugar, esbozó una mueca de satisfacción cuando se dio cuenta de la tensión que se acumulaba en los hombros de Envy. Sabía que había visto a su novio morreándose con otra en la pista de baile.

Él había intentado esconder sus celos durante el último par de meses y no quería hacerle daño a ella, pero si era algo así lo que hacía falta para alejarla de Trevor, por lo menos sería por su bien.

Girándose hacia Kat, la guapa camarera con la que había estado hablando, Jason sonrió.

Te dije que vendrían él asintió mirando hacia Envy y Chad.

Había estado allí durante más de una hora, pero después de ver a Trevor engañando a Envy, no tenía ganas de unirse a la multitud. Se había acabado aburriendo y empezó a hablar con Kat para pasar el rato. Incluso le había hablado del novio infiel de Envy.

Entonces, ¿esos son tu mejor amigo y su hermana? Kat echó un vistazo a la pareja, pero su principal interés estaba en el policía. Si Jason no le hubiera dicho que era policía, ella no lo habría adivinado jamás. Estaba más bueno que el pan.

Medía más o menos un metro ochenta y cinco, de piel morena y pelo castaño con reflejos dorados. Lo llevaba algo más largo que el típico policía y parecía como si el viento se lo hubiera colocado hacia un lado, lo que le daba un aire algo salvaje. Se encontró a sí misma comparándolo con Quinn, parpadeó y se dio cuenta de que lo había vuelto a hacer. Miró de nuevo a Jason sabiendo que ambos necesitaban apagar de una vez aquellos fuegos o corrían el riesgo de quemarse constantemente.

No parece un poli dijo Kat, observando a Chad y preguntándose si saldría con alguien. Jason no había dicho si sí o si no.

Bueno Jason casi se enfurruñó cuando se dio cuenta de cómo estaba mirando a Chad. Agitó la cabeza, Vuelvo en unos minutos.

Acabándose la bebida se levantó del taburete y comenzó a andar hacia sus amigos. Cuando salvó la distancia que les separaba puso una mano sobre el hombro de Envy. Acercó los labios a su oreja y susurró, ¿Quieres bailar?

Envy sonrió sin girarse. Oh, ¡vaya que sí! exclamó ella, y de un salto bajó el tramo de escaleras que tenía delante, dejando a Jason junto a Chad con la mano todavía sosteniendo un hombro imaginario. Parpadeó cuando oyó a Chad riéndose.

Joder Jason suspiró mientras la veía bajar las escaleras.

Chad le dio unas palmaditas en el hombro con lástima mientras lo dirigía de vuelta a la barra y se apoyaba en ella No dejes que te moleste. Creo que Envy solo tiene una cosa en la cabeza y tiene que ver con la venganza.

Echó un vistazo a la chica detrás de la barra y, por un momento, incluso se olvidó de que Jason estaba allí. Ella estaba increíble con su bronceado y el pelo tan largo y moreno que le caía con ondulaciones por la espalda y hacia los labios. Sus ojos eran todo lo contrario, de un color azul claro con un profundo anillo negro alrededor del color más claro.

Fueron sus labios carnosos los que llamaron su atención después de decir: Solo un refresco, por favor.

¿No bebes esta noche? preguntó Jason, e intentó no mirar a su amiga mientras los ojos de Chad seguían en Kat. ¿Por qué todas las chicas se fijaban en los policías?

No, tengo la sensación de que tengo que estar sobrio por ahora. No me gusta Trevor, así que le di a Envy mi pistola paralizante para que se divirtiera.

Chad apartó su mirada de la chica lo suficiente como para hacerle un amago de sonrisa a Jason. Y he venido conduciendo el coche patrulla.

Sabía que Jason leería entre líneas.

repentinamente, Jason se apartó de la barra de un empujón perdonando a su amigo por ser un imán para las mujeres. Oh vaya, ¡entonces esto no me lo pierdo!

Él volvió a la barandilla seguido por la risa de Chad.

Sabía que Jason leería entre líneas.

repentinamente, Jason se apartó de la barra de un empujón perdonando a su amigo por ser un imán para las mujeres. Oh vaya, ¡entonces esto no me lo pierdo!

Él volvió a la barandilla seguido por la risa de Chad.

Bueno, ya he hecho felices a dos personas esta noche Chad le guiñó un ojo a Kat, sabía que ella le estaba escuchando, y después pagó su bebida. debía ir a ver lo que Envy era capaz de hacer.

Kat Asintió cuando Chad le deslizó un billete de veinte y le dijo que se quedara el cambio antes de alejarse de allí y unirse a Jason. Estos dos podían ser muy peligrosos para las hormonas de una chica. Jason tenía el pelo largo y castaño claro, con la cara y el cuerpo de un vigilante de la playa.

Ella había pillado a la mayoría de las chicas tratando de llamar su atención mientras pasaban. Jason parecía no enterarse de ello y parecía perdido en sus propios pensamientos... hasta que empezó a hablarle sobre su mejor amigo, Chad, y la chica que tanto trataban de proteger ambos.

Ella echaba de menos algo así, alguien aparte de sus hermanos que la protegiera. Parpadeó lentamente forzándose a borrar la imagen de Quinn de su mente y centrándose en el problema que tenía entre manos.

Fue el comentario sobre la pistola paralizadora la que le ayudó a olvidarse de Quinn por un momento. Kat decidió advertir a sus hermanos sobre el nuevo pasatiempo que estaba a punto de empezar. Ya había tenido suficientes problemas últimamente enfrentándose a la serie de asesinatos que rodeaban la discoteca. Lo último que necesitaban era seguir atrayendo una atención negativa.

Chad se apoyó un poco en la barandilla buscando a Envy. Gracias a Dios los bailarines de la jaula seguían allí y prestaban parte de la luz del foco que los iluminaba para que fuera más fácil localizarla. Escuchó un débil gruñido que venía de Jason, siguió su línea de visión y entonces la divisó bailando en medio de un grupo de chicos, cerca del brillo del foco de la jaula. Frunció el ceño, aguzó su mirada y se preguntó qué estaría a punto de hacer.

Por lo menos está observando a Trevor. Por cierto, gracias por llamarme dijo con voz seria. He esperado mucho para que algo así ocurriera.

Jason se encogió de hombros, No por mí. Por ella. Se merece algo mejor que él. Intentó sonreír, mientras observaba, sabiendo que ella estaría soltera a partir de ese momento. Pero la imagen de todos esos otros tipos intentando llamar su atención hizo que su pequeña sonrisa tuviera un toque de tristeza.

Capítulo 2

Envy sintió el calor deslizándose sobre ella como una segunda piel mientras bajaba los escalones. Intentó relajar sus tensos músculos y se acercó a la pista de baile Dio algunos pasos en dirección a Trevor, sentía como si estuviera en medio de un poco de sexo ya que notaba como algunos dedos tocaban suavemente su piel y cuerpos desconocidos se deslizaban contra el suyo.

La pista de baile era más oscura que las de otras discotecas en las que ella había estado o había trabajado y se dio cuenta de que le gustaba esa privacidad. No había muchas parejas bailando, era más como un grupo de cuerpos calientes mezclándose. Al sentir el cambio de ambiente, ella misma fue levantando lentamente los dedos para acariciar otros cuerpos en la oscuridad. El subidón de adrenalina que vino después la agitó al ritmo de la música sensual.

No tenía ganas de enfrentarse a Trevor, se tomó un momento para cerrar los ojos y dejarse llevar con una música que solo podía describirse como el sonido de la lujuria.

Empezó a sentir que los breves toques se volvían más intensos, así que Envy abrió los ojos y se encontró a sí misma mirando hacia varios pechos masculinos, algunos mostrando su piel bajo camisas desabrochadas y otros cubiertos con materiales ceñidos, lo que era igual de seductor. No se atrevió a mirar hacia sus caras por miedo a hacer contacto visual.

Sintiéndose un poco excitada, empezó a retroceder y no le importaba que ellos la siguieran en ese baile seductor. Al sentir el frío acero de los barrotes de la jaula de baile en su espalda, ella levantó la vista lentamente hacia la plataforma. Sus ojos se quedaron atrapados en el chico que estaba dentro de la jaula mientras hacía que la chica se arrodillara debajo de él en postura sumisa.

La sala entera pareció desvanecerse mientras mantenían sus miradas. La manera en la que él la estaba mirando hizo que Envy se sintiera como si fuera ella a la que estaba sometiendo. Él tenía los ojos de color azul pálido con un grueso anillo negro alrededor del iris. Ella no había visto ojos así de sorprendentes e intensos en su vida. Podría haber estado observándolos durante horas y aun así querer más, y eso la asustaba.

Su mirada le dio la impresión a Envy de que él ya sabía cómo era ella desnuda. La manera en la que sus ojos recorrían su cuerpo y se paraban en ciertas partes... hizo que sintiera como si fueran sus manos las que tocaban esos mismos lugares. La urgencia de tirarse hacia los barrotes de la jaula y rogarle que la tomara rápido y fuerte allí mismo fue casi demasiado para poder resistirse.

Envy intentó recordarse a sí misma que podía irse de la pista de baile cuando quisiera mientras apartaba con dificultad sus ojos de la mirada posesiva del chico.

Trevor no se estaba divirtiendo incluso aunque trataba de dejarse llevar con el baile y mezclarse todo lo que pudiera. Pero ni las chicas calientes ni el baile eran las verdaderas razones por las que él estaba allí. Él mantenía su mirada en el chico de la jaula porque ese era su verdadero objetivo.

El nombre del chico era Devon Santos, fue el último en ser visto con Kelly Foster, la veinteañera que fue encontrada la semana anterior en un callejón cercano. Ella estuvo en esa misma jaula con Devon la última noche que fue vista con vida.

Hasta entonces, él se había enterado de que la chica asesinada había dejado de trabajar en una discoteca calle abajo llamada Night Light. Solamente trabajó en el Moon Dance una noche... la noche que fue asesinada. La suya no era la única muerte que estaba siguiendo, pero era la más importante. Quien fuera que se deshiciera del cuerpo, se aseguró de dejarlo cerca de los pumas y los jaguares como un regalo.

Devon era socio propietario del local, junto con sus dos hermanos, Nick y Warren, y su única hermana, Kat. Los rumores decían que ambas discotecas tenían una enemistad desde hacía tiempo y que las dos familias habían sido rivales desde que los patriarcas habían desaparecido diez años antes.

Trevor entornó los ojos, sabiendo la verdadera razón de la enemistad entre las discotecas. No se trataba de discotecas normales, estas estaban dirigidas por cambiantes. La discoteca en la que Kelly había estado trabajando estaba dirigida por hombres puma. Ella lo dejó y vino a trabajar para los hombres jaguar, para acabar muerta al siguiente día. Aquello era demasiado como para ignorarlo.

Si los humanos supieran que los cambiantes vivían entre ellos, cundiría el pánico... aunque ellos habían sido parte de la sociedad durante muchos años sin que el secreto saliera a la luz. Mientras ellos siguieran cumpliendo las leyes de la raza humana, no había necesidad de descubrirlos. La mentalidad humana volvería a tiempos oscuros si aquello ocurría.

La teoría tras las operaciones encubiertas del comando paranormal de la CIA los trataba del mismo modo que trataba a los OVNI y los encuentros alienígenas; mentir, esconder y encubrir. Había cosas mucho peores por ahí que los cambiantes que encajaban perfectamente con los humanos... otras criaturas más peligrosas de las que los humanos solo hacían malas películas de miedo y otras de las que los humanos no tenían ni idea.

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